PSICOLOGÍA

Me engaño a mí mismo: así puedo identificarlo

Mentirnos a nosotros mismos puede protegernos y también dañarnos

Chico joven con los ojos tapados

Chico joven con los ojos tapados / periodico

Ángel Rull

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El autoengaño es la capacidad que todos tenemos de poder mentirnos a nosotros mismos. Mientras que cuando va dirigido a los demás suele ser algo deliberado, cuando se hace hacia uno mismo es debido a la necesidad inconsciente de protegernos o crearnos seguridad. Nuestro cerebro crea un ambiente que no existe pero que convierte para nosotros en auténtico. De esta forma, preserva la autoestima o nos mantiene en nuestra zona de confort.

Existen diferentes formas de llevar a cabo un autoengaño, con las distintas consecuencias que todos ellos provocan. No solo es necesario que veamos dónde nos mentimos, sino identificarlo para poder ver la raíz real del problema.

Versiones de la mentira

El cerebro siempre tiene una razón para hacer las cosas, aunque en alguna enfermedad mental la causa es únicamente dicha enfermedad. En estados normales repetimos ciertos patrones como seres humanos. Uno de estos patrones es la mentira orientada hacia uno mismo. El autoengaño es frecuente, se debe a diversas causas y tiene diferentes consecuencias, según cómo lo llevemos a cabo.

Aunque no nos demos cuenta, nos mentimos diariamente. Tiene su función biológica o social y podemos encontrar entre sus formas las siguientes:

1. Alto precio

¿Qué pasaría si nos compramos un objeto de gran valor pero nos damos cuenta al tenerlo de que no vale para nada? ¿Y si estudio durante cuatro años una carrera que luego no me gusta? Para protegernos de esta realidad, existe esta forma de autoengaño. Si algo requiere un gran esfuerzo, tiene que ser necesariamente bueno.

2. Desviar

Cuando no queremos responsabilizarnos de errores o de aspectos de nuestra vida, tendemos a culpar de ello a los demás. Para ello, antes de convencer al otro, nos mentimos a nosotros mismos de que así es. Soy desconfiado porque mi pareja me da motivos o tengo miedo a los animales porque mi madre era sobreprotectora.

3. Miento al otro

La mayoría de las veces, mentirnos a nosotros mismos es algo que no tiene nada que ver con los demás. No es este caso. Estamos usando al otro para convencernos a nosotros mismos de algo. Miento a los demás para creerme yo mismo esa mentira.

Funciona por repetición, ya que a medida que vamos extendiéndolo nos convencemos aún más de que es verdad.

Me miento

Ya sea para salvaguardar nuestro ego, para mantener nuestros esquemas rígidos o para seguir con una alta autoestima, nos mentimos a nosotros mismos con mucha frecuencia. El autoengaño, sea de la forma que sea, va dirigido a protegernos, pero acaba causando más daño, tanto personal como social. Puede herirnos en nuestras relaciones o causarnos problemas en el trabajo.

Identificar el autoengaño nos ayuda a poder buscar otro tipo de estrategias más fuertes que nos sirvan en nuestro día a día. ¿Cuándo puedo encontrar que me miento a mí mismo?

  • Si al mirar la situación desde fuera ves que la situación no es tan cerrada como parecía.
  • Si una parte de ti mismo te lleva a proyectar una imagen falsa.
  • Si tienes esquemas fijos y cerrados para responder a las distintas situaciones del día a día.
  • Si crees que las consecuencias de tus acciones no son importantes.
  • Si desvías la atención de pensamientos recurrentes que te avisan de la verdad.
  • Si sientes que te aferras a una realidad para la que no tienes pruebas significativas.

La mentira es un recurso que usamos ante situaciones que creemos que son difíciles de afrontar. Lo usamos socialmente, pero también a nivel individual con nosotros mismos. Protegemos así nuestra integridad sin valorar las consecuencias reales. Tiene siempre una repercusión negativa que no vemos hasta que es demasiado tarde.

Ángel Rull, psicólogo.