PSICOLOGÍA

Impulsividad: beneficios de este rasgo de la personalidad

La impulsividad tiende a perjudicar las relaciones personales y laborales

Un grupo de jóvenes saltando a un lago

Un grupo de jóvenes saltando a un lago / periodico

Ángel Rull

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La impulsividad es un rasgo con el que cuentan muchas personas. Se ve por primera vez en la infancia, se potencia en la adolescencia y perdura durante toda la vida adulta, con ligeras oscilaciones. Al tener consecuencias negativas en aquellas personas que la tienen y su alrededor, se busca contenerla, modificarla y lograr que sea adaptativa, sin tener en cuenta que también aporta varios beneficios que sí deben valorarse a nivel social.

Numerosos estudios relacionan la impulsividad con emociones negativas, especialmente en jóvenes y adolescentes. La perspectiva clínica se ha orientado a reducir el malestar que esto produce y modificarlo hasta que llegue a resultar adaptativo. Las partes buenas del rasgo se han obviado. Sin embargo, aunque ser impulsivos no siempre nos vaya a ayudar, sí hay aspectos que pueden sernos útiles y podemos aprovechar.

Signos de impulsividad

El impulso es la necesidad irremediable que tenemos de llevar a cabo una acción. Es sentido por todas las personas y se repite a lo largo de nuestros días. Es algo aislado para muchos, pero se convierte en repetitivo para unos pocos. Estas personas convierten hechos concretos en un rasgo de personalidad, la impulsividad. Tienen predisposición a actuar de una manera incontrolable, sin análisis y sin revisión de las futuras consecuencias.

¿Qué rasgos podemos encontrar asociados a la impulsividad?

  • Falta de autocontrol

La persona no siente restricciones y no logra llegar a controlar sus impulsos.

  • Ausencia de persistencia en las acciones

Es difícil que lleven a cabo durante mucho tiempo una tarea, especialmente si esta debe proyectarse en el tiempo y es necesario el paso de las semanas o los meses para ver los resultados.

  • Necesidad de novedad

Hay una tendencia a necesitar que todo sea nuevo y excitante. La monotonía se hace pesada y buscan nuevos estímulos.

  • Falta de planificación

Como no existe una visión a largo plazo, no hay una planificación ni una proyección a metas. Se vive más en el momento, sin la sensación de que pueda haber consecuencias negativas.

  • Mala gestión emocional

No hay tolerancia a la frustración, por lo que aparece un estado de ira recurrente con explosiones intermitentes.

Beneficios de la impulsividad

Ser impulsivo es un rasgo al que se nos predispone con nuestra educación, pero también tiene un factor genético. Esto hace que vayamos desarrollándolo hasta hacer que sea parte de nosotros. Tiene numerosas consecuencias negativas, pero hay una parte de ella que también es positiva y que, ya que contamos con ella, también podemos sacar un cierto rendimiento.

¿Cuáles son los beneficios que tiene ser una persona más impulsiva?

1. Aquí y ahora

La impulsividad cuenta con la falta de perspectiva sobre el futuro, por lo que predispone a vivir en el momento presente. Esto hace que la ansiedad que produce el largo plazo se pueda reducir, generando una menor sensación de estrés si disfrutamos solo lo que estamos viviendo en ese instante.

2. Espontaneidad

Esto es valorado a nivel social ya que hace que haya experiencias nuevas más placenteras fuera de la zona de confort. Una mayor tendencia a la sorpresa y la improvisación.

3. Toma de riesgos

Este rasgo solo se convierte en beneficio si hay personas alrededor más conservadoras para equilibrarlo, tanto a nivel profesional como social. Se apuesta más por el riesgo, pero teniendo en cuenta que no haya un fracaso asegurado.

4. Mayor emocionalidad

Se conecta más con lo que se siente y con lo que el mundo produce en su interior. Aunque sea necesario escuchar a la cabeza, también hay que hacer caso del corazón, igual que hacen las personas impulsivas.

5. Tolerancia al caos

La necesidad de control o el perfeccionismo se elimina con este rasgo. Ansiedad o baja autoestima se reducirían y se potenciarían emociones más positivas.

Cualquier rasgo de personalidad que sea llevado al extremo tendrá consecuencias negativas para quien lo sufra. Esto es algo que va directamente unido a las personas impulsivas. Sin embargo, aunque la tradición psicológica haya sido fijarse en lo negativo, también hay aspectos positivos que podemos potenciar ante un rasgo que no siempre se podrá eliminar.

Ángel Rull, psicólogo.