PSICOLOGÍA
Silencio: así te ayuda estar callado
Frente al ruido, este mecanismo genera reducción de estrés y ansiedad
Ángel Rull
Licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, con más de 10 años de experiencia en el ámbito de la Psicología Sanitaria, tanto en clínica con población general, como en hospitales, con patologías más severas. Desde 2017, trabajo diariamente con personas de diferentes edades y con una amplio abanico de problemas de manera online, rompiendo las barreras físicas de la terapia convencional.
Ángel Rull
Las sociedades actuales viven un auge del ruido. Aunque sigue habiendo lugares con más calma, el silencio es algo con el que la mayoría de las personas ya no conviven. Vivimos sobrecargados, no solo por el ambiente, sino también dentro de casa. De hecho, aun estando solos, necesitamos oír algo de fondo para no sentirnos incómodos.
El exceso de información auditiva a través de la música, el tráfico o las conversaciones genera malestar físico y psicológica y se asocia a los altos niveles de estrés y de ansiedad que vivimos. Y, por el contrario, los estados de silencio generan malestar. De hecho, la meditación o el yoga, relacionados con la relajación, requieren de silencio o baja estimulación. Pero no solo actúa el silencio sobre el estrés. Se han descubierto otros beneficios que podemos observar si lo aplicamos a nuestra vida.
Música y silencio
Los estudios recientes asocian cierto tipo de música con estados de relajación. De hecho, en la práctica, cada persona puede observar cómo algunas canciones tienen el poder de alterar sus estados de ánimo. La música impacta en nuestras emociones, las despierta o las potencia. La música clásica puede ayudarnos a estudiar o la alegre nos motiva en el gimnasio.
El médico Luciano Bernardi quiso replicar los estudios que había leído sobre la relación entre la música y nuestro cuerpo, con el fin de observar cómo afectaba a nuestros sistemas respiratorio, cardiovascular y cerebrovascular. En lugar de obtener lo que había predicho, observó que el mayor estado de relajación venía en el tiempo programado entre canciones. Las personas del estudio lograban estar más calmados cuando había silencio.
Sin embargo, no todo el silenció que observó era positivo. Para que sí lo fuera, debía solo abarcar el periodo entre las canciones, dos minutos, más que ser un silencio continuado.
Disfruta el silencio
En nuestra rutina habitual, no somos conscientes de la importancia del silencio. De hecho, hasta que no nos alejamos de la ciudad o nos metemos en la cama, no hemos podido reparar en que siempre hay algún tipo de estimulación auditiva. Es por eso que no hay una tendencia a buscar el silencio de forma premeditada, sin reparar en todo el bien que nos podría hacer a nivel físico y mental.
¿Qué beneficios pueden obtenerse de implementar deliberadamente la práctica del silencio?
- Relajación mental.
- Reducción de los niveles de estrés y ansiedad.
- Mejora de la sensación de bienestar psicológico.
- Bajos niveles de ira.
- Eliminación de los dolores de cabeza y las migrañas.
- Mejora del sistema inmunológico.
- Bajos niveles de cortisol en sangre, lo que se relaciona con el estrés.
- Bajada de la tensión arterial.
Busca el silencio
Si nos paramos a pensar en nuestra rutina diaria, vemos cómo el ruido abarca la totalidad de los días. Es aquí donde creemos que hay un problema a la hora de aplicar el silencio a nuestra vida. Sin embargo, siempre hay alguna forma de poder usarlo y disfrutarlo.
Para que podamos ver sus beneficios, debemos buscar cada día un momento pequeño sin ruido y cada cierto tiempo, dependiendo de cada persona, momentos más largos. Por ejemplo, la práctica de la meditación, con tapones en los oídos si es necesario, puede ser un buen momento para disfrutar de la soledad. También visitar una biblioteca o un parque vacío a primera o última hora del día. Y, cada cierto tiempo, este tiempo debe ser mayor. Una visita al campo o a una casa rural nos ayudará a tener momentos más largos de quietud.
El silencio es una de las grandes herramientas que podemos usar contra el estrés. Sin embargo, este beneficio no es el único que se puede observar. Empezar a tenerlo es sencillo si cada día buscamos un hueco y escuchamos las necesidades que nacen de nuestro interior.
* Ángel Rull, psicólogo.
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