PSICOLOGÍA

Rutinas matutinas: cambia tu vida antes de irte a trabajar

El cambio de los hábitos diarios nos lleva a resultados diferentes

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Ángel Rull

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Cuando empezamos el día posponiendo la alarma, debemos tener en cuenta que la mañana estará marcada por las prisas. Dejamos menos espacio al desayuno, no nos dedicamos unos minutos antes de trabajar e introducimos ya desde primera hora una sensación de estrés que hace que tengamos mayor ansiedad y menos emociones positivas.

Cuando analizamos las rutinas de personas de éxito suele haber un factor común: empiezan el día antes y con más calma. Su día se divide en tres momentos. El primero aparece cuando suena el despertador y se dedican a ciertas actividades para ellos mismos, después está la etapa laboral y, por último, vuelven a tener horas para ellos mismos antes de acabar el día. En cambio, la costumbre general es que solo haya dos etapas, la laboral y la de después del trabajo. Nos faltaría una etapa para nosotros mismos antes de ir al trabajo que podría suponer la diferencia entre seguir estancados o poder avanzar.

Rutinas matutinas

Cuando nos planteamos cambiar nuestra situación, tenemos que analizar primero qué hábitos deberíamos implementar y que nos están faltando. A veces solo nos falta una rutina, como puede ser la deportiva, y otras veces son varias, como desayunar, meditar o repasar nuestras metas. En este segundo caso, necesitaremos más tiempo para hacer los cambios, pero alcanzaremos en pocas semanas la meta.

Cuando hemos logrado dos semanas consecutivas con la nueva rutina, si queremos añadir más, estaremos en el momento perfecto. El hábito se consolida tras varios días y deben introducirse uno a uno.

¿Qué hábitos nos acercarían al éxito y podemos introducir fácilmente en nuestra rutina matutina?

1. Deporte

La actividad deportiva es la gran aliada para empezar con energía el día. Aunque puede haber somnolencia a primera hora, una fuente de vitaminas, como el zumo, o un café nos ayudará a afrontarlo mejor. Después sentiremos dosis más altas de energía, un menor estrés y mayor autoestima.

2. Meditación

Suena el despertador y ya empieza el estrés diario. No tenemos tiempo para recapacitar o escuchar nuestras necesidades. Lo posponemos para el fin de semana, pero tampoco tenemos tiempo. Lo mejor es dedicar cada mañana diez minutos a la meditación. Te ayuda a despejar la mente, oxigenar el cuerpo y comenzar con otra actitud.

3. Metas

Tendemos a marcarnos metas y objetivos únicamente dos veces al año. Después las olvidamos en un cajón. Una buena forma de proyectarnos hacia ellas es repasarlas cada día al levantarnos. Puede ser un buen momento mientras se hace el café o en el trayecto al trabajo. Además, si cada día marcas un pequeño paso para cumplir, estarás cada vez más cerca.

4. Visualización

Cuando empieza el día, tenemos una idea general de las cosas que tendremos que hacer. Para inducir una dosis de optimismo, debemos generar una imagen mental positiva. Cinco minutos para visualizar el día nos ayudará a mejorar la actitud y generar pensamiento positivo.

5. Gratitud

La gratitud es una de las fortalezas en el ámbito de la Psicología Positiva. Numerosos estudios han comprobado su efecto tanto dentro como fuera de la terapia. De hecho, diferentes programas nos ayudan a potenciarla para alcanzar el bienestar.

Para enfocarnos en todo lo bueno con lo que contamos en nuestra vida, basta con escribir cada mañana una lista de diez cosas por las que estemos agradecidos y el motivo. Reducirá emociones negativas y potenciará las positivas.

Cada paso que damos determina el camino que andamos y la meta que alcanzamos. Las rutinas que seguimos por las mañanas son responsables del nivel de bienestar con el que vivimos. Po eso, si queremos estar mejor y tener grandes resultados, la primera área que de nuestra vida que debemos alterar son nuestras rutinas matutinas.

Ángel Rull, psicólogo.