PSICOLOGÍA

¿Cómo puedes ayudar a una persona con una enfermedad mental?

Los trastornos mentales tienen una influencia directa sobre todo el entorno de quien lo sufre

Una mujer acude a la consulta de una psicóloga, en una imagen de archivo

Una mujer acude a la consulta de una psicóloga, en una imagen de archivo / Dmitriy Shironosov (123RF)

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Ángel Rull
Ángel Rull

Especialista en Gestión emocional, Psicología afirmativa, Psicología positiva y Terapias de tercera generación

Escribe desde Madrid

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Las enfermedades mentales tienen una prevalencia cada vez más alta en nuestra sociedad. Datos de la Organización Mundial de la Salud apuntan a que en el mundo hay 60 millones de personas con un Trastorno Bipolar y 21 millones con Esquizofrenia, pero la cifra alcanza los 300 millones si hablamos de Depresión. Estas cifras no son personas aisladas, sino que cada una de ellas cuenta con una red de contactos a los que su enfermedad también afecta. Y es que, la enfermedad mental no es algo aislado que solo sufre la persona que la tiene, sino que de forma más o menos directa alcanza a quienes conviven con él o se relacionan en su día a día.

Saber cómo enfrentarnos a la enfermedad mental en nuestra vida sin caer en el estigma parece complicado. Sin embargo, desde la empatía y la comprensión podremos llegar a una normalización, liberándonos de etiquetas que nos dan miedo y pudiendo paliar ciertos síntomas que mejoran si el apoyo se fortalece.

Ayuda a la persona

Cuando una persona se enfrenta a determinadas enfermedades, independientemente de su afección, lo hace desde el miedo y la sensación de soledad. Es en estos momentos donde el apoyo familiar y de su círculo cercano es fundamental. No se trata de crear una base de dependencia sino de comprensión y tolerancia, donde la persona pueda sentirse segura para afrontar los problemas cotidianos y aquellos que de la patología puedan derivar.

Cuando lo que ocurre es de carácter mental, nos enfrentamos a una barrera: el estigma. Surge del desconocimiento y del miedo, de la necesidad de etiquetar y señalar. Sin embargo, si superamos la barrera inicial, podemos llegar a nuestro ser querido y ofrecerle nuestro apoyo.

1. Infórmate

El desconocimiento es el patrón general en las enfermedades mentales. Ideas preconcebidas sobre cómo se desarrolla o los síntomas que aparecen que no siempre se ajustan a la realidad. Esta incomprensión ha sido arrastrada durante años y parte de la desinformación.

Cada trastorno tiene una serie de síntomas comunes, pero también otros personales. Por un lado, debemos saber en qué consiste lo que la persona padece y, por otro lado, preocuparnos por saber cómo nuestro ser querido lo está viviendo. Simplemente debemos adquirir conocimiento que nos libre del prejuicio y genere una mayor empatía.

2. Cuida el lenguaje

Todo lo que decimos tiene repercusión en las demás personas. Este aspecto es especialmente importante en alguien que está pasando por un mal momento. Las frases suelen ser negativas, dirigidas a la valía o la fortaleza y pueden causar daño en la autoestima.

Debemos evitar un lenguaje que tienda a la comparación, a la lástima o a la justificación. También es importante que equilibremos la importancia de lo que ocurre: ni es algo fácil ni el fin del mundo.

3. Acompaña sin dramatizar

Cuando la persona que tenemos al lado tiene una enfermedad mental, debemos usar nuestra paciencia y nuestra empatía. De esta forma, podremos llegar a ella para poder ayudarla. Lo normal es que se sienta desconcertada y sola, sin las herramientas para afrontar el problema. Tenemos que mostrar que no está aislada, que no es culpable de lo que le ocurre y que cuenta con nuestro apoyo. Esto debe hacerse desde la comprensión, pero no desde la lástima, ya que hará a la otra persona sentirse aún menos válida.

4. No protejas en exceso

Es algo muy frecuente que tendamos a intentar hacer todo por la otra persona, desde ir a la compra o gestionar sus citas médicas. En este sentido, le estamos ofreciendo ciertos privilegios de enfermedad que crean una falsa comodidad de la que será difícil que quiera desprender y que agotará la relación. Solo debemos acompañar, no gestionar su vida ni realizar sus tareas.

5. Acude a un psicólogo

La terapia psicológica está también destinada a las personas que acompañan en la enfermedad mental. Que nuestra pareja tenga depresión o un amigo un trastorno de ansiedad nos afecta y supone un obstáculo que no siempre sabemos superar. Es aquí, cuando no contamos con herramientas necesarias, cuando debemos nosotros buscar ayuda.

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La patología mental está extendida a nivel social y sigue ocultándose por el miedo al estigma y al desconocimiento. Factores no tan irreales que pueden superarse con la información y la normalización. Saber cómo gestionarlo en personas de nuestro entorno nos ayudará también en nuestro desarrollo y contribuiremos a que la persona a la que queremos pueda sentirse mejor.

Ángel Rull, psicólogo.

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