PSICOLOGÍA

Abre tu mente: así puedes ver con nuevas perspectivas

La apertura mental conlleva nuevas experiencias y mejores relaciones interpersonales

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Ángel Rull

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Abrir la mente consiste en tener el poder de recibir ideas o experiencias con las que antes no contábamos. Nos libera del pasado, de viejos hábitos cerrados. Sin ello, no lograríamos alcanzar el desarrollo y el crecimiento personal. Conlleva saber que contamos con unos muros que nos protegen del resto, que delimitan lo conocido de lo que va más allá. Aunque puede parecer que esta zona nos generará comodidad, realmente nos impedirá disfrutar plenamente de la vida y no llegaremos a alcanzar un nivel óptimo de bienestar.

La rigidez mental parte de la creencia de que solo lo que nosotros tenemos, pensamos y decimos es lo correcto, que todo lo demás está equivocado y que nos puede perjudicar. Los prejuicios, por ejemplo, nacen de la rigidez mental, y se basan en creencias limitantes y erróneas.

Apertura mental

Cuando se alcanza un nivel de apertura mental, la persona está dispuesta a escuchar otras opiniones y ver otras versiones de los hechos. Adquiere un pensamiento crítico en el que está dispuesto a reconocer que, a veces, estamos equivocados. Esto no implica que la persona tenga que adaptarse a todo, ni que deje de lado sus valores. Es simplemente que, sin perder nuestra verdadera esencia, estamos dispuestos a dejar que otros nos aporten nuevas ideas o nuevas experiencias, y que entonces podremos saber si las queremos interiorizar o no.

Abrir la mente conlleva necesariamente saber ser crítico. Ver que hay partes de la vida que al aceptarlas te llevan al crecimiento, pero hay otras que debes desechar porque a ti no te hacen ningún bien, pero antes las habrás escuchado.

¿Cómo podemos desarrollar una mayor apertura mental?

1. Escuchar y callar

En una discusión donde aparecen diferentes puntos de vista, la tendencia general es la de imponer nuestras ideas al resto, convencer de que lo nuestro es lo correcto. Sin embargo, para lograr la apertura mental, debemos empezar a escuchar al otro, entender los motivos que le llevan a pensar así y saber si cabe la posibilidad de que podamos estar equivocados o que haya más de una verdad. Consiste en escuchar más y hablar menos.

2. El miedo a destacar

Existen unos esquemas definidos a nivel social y cultural. Estos esquemas son de carácter rígido. Cuando entramos en estado de apertura mental, los esquemas cerrados ya no son válidos y, a veces, tendremos que ir en contra. Esto puede darnos miedo y es una de las mayores razones para permanecer con la mente cerrada. Por eso, es importante que no tengamos miedo a ser nosotros los que opinemos de forma diferente.

3. El miedo al error

Si nuestra forma de pensamiento es cerrada existe la creencia de que siempre tenemos razón y que no cometemos equivocaciones. Al abrir la mente, debemos aprender a reconocer el error. No supone una barrera, sino que nos da la oportunidad de crecer y ser cada día mejores. Esto lo podemos aplicar tanto a nivel personal, como social o laboral.

4. Suelta el control

Las ideas preconcebidas y tu manera habitual de pensar y hacer las cosas mantienen seguridad y control sobre tu vida. Para abrir la mente, debes perder esta necesidad de control. Al fluir, encuentras nuevas formas de seguridad y bienestar que nada tienen que ver con la visión limitada que antes tenías.

Salir del esquema cerrado habitual de pensamiento es necesario para poder conectar con todas las personas que nos rodean, así como con las experiencias que nos podamos encontrar. Nos libera del miedo y la necesidad de control, encontramos nuevos puntos de vista y podemos fluir en la vida, alcanzando cuotas mayores y mejores de felicidad.

Ángel Rull, psicólogo.