PSICOLOGÍA

Autoaceptación: ejercicios para alcanzarla

Aceptarse a uno mismo asienta las bases de la autoestima y el bienestar personal y social

'Masterclass' de meditación multitudinaria en Barcelona

'Masterclass' de meditación multitudinaria en Barcelona / periodico

Ángel Rull

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Reconocernos y aprobar todo aquello que nos conforma, desde todo lo negativo hasta los aspectos positivos, definen la autoaceptación. Consiste en ser capaces de ver los puntos débiles que tenemos, los valores en los que nos apoyamos o las fortalezas con las que contamos. Es una de las variables relacionadas con la autoestima, y como esta, está influida por todas las experiencias vividas, así como la educación recibida o la cultura en la que la persona se ha criado.

Si la autoaceptación se constituye fuerte y sabe superar la adversidad, nos impulsa al crecimiento y al desarrollo, permitiéndonos alcanzar un mayor bienestar y niveles óptimos de convivencia con los demás. Esta capacidad puede analizarse, fortalecerse y potenciarse.

Alcanza la autoaceptación

La sociedad occidental sufre niveles altos de autoexigencia y muy baja aceptación. La autoestima no está en puntos adecuados y diversas áreas de cada persona se ven afectadas, como las relaciones personales y profesionales. También se relaciona con una mayor ansiedad, por la baja tolerancia a la frustración y al estrés, y con síntomas depresivos.

A través de los siguientes ejercicios, podemos empezar a potenciar la autoaceptación, consolidando la buena autoestima y siendo mucho más felices.

1. Conócete

¿Sabes esos momentos donde juzgas a alguien por lo poco que conoces? Y con el tiempo te das cuenta de que te has equivocado. Todos somos mucho más que una primera apariencia o aquello que nos han contado. Con nosotros mismos nos pasa también. Formamos una imagen a raíz de detalles negativos o las palabras que nos dicen, cuando hay mucho más. No somos lo que las personas de nuestro alrededor nos dicen que somos. Solo nosotros mismos lo sabemos. Por eso, debes conocerte, darte una oportunidad y descubrir todo lo que guardas.

2. Fortalezas personales

Las fortalezas personales son aquellas habilidades relativamente innatas en las que nos sentimos cómodos trabajando, como la creatividad, el optimismo, el altruismo o el pensamiento crítico. Nos ayudan a ser mejores y encontrarnos más felices con aquello que hacemos.

Analiza cuáles son tus fortalezas personales, desde lo que tú sabes de ti mismo o apoyándote en las 24 propuestas por Martin Seligman dentro del marco de la Psicología Positiva. Una vez que las conozcas, procura buscar la forma de usarlas diariamente en tu trabajo, en tu vida familiar o con tus amigos.

3. Afirmaciones positivas

Estructuramos nuestro conocimiento del mundo en imágenes, pero también en palabras. Estas palabras son especialmente útiles en nuestros discursos internos. Nos repetimos frases sobre los demás o sobre nosotros mismos constantemente. Por eso, debemos saber cuáles son esas frases, que suelen ser negativas, y transformarlas. Por ejemplo, “no soy capaz” o “no merezco el ascenso”. Si las invertimos, si las ponemos en positivo, y nos las repetimos de forma contundente a lo largo de los días, ejercerán un poder muy beneficioso sobre la forma que tenemos de vernos y de enfrentarnos a determinadas situaciones.

4. Valores

Los valores personales son aquellas normas que tenemos interiorizadas y que nos impulsan a vivir de acuerdo a ellas. Están influidas por la cultura o nuestra educación y forman parte imborrable de nosotros mismos.

Estos valores nos hablan de nosotros y de lo que realmente nos satisface. Escucharlos, saber cuáles son y cuáles no son y ser coherente con ellos es la base para que podamos estar bien, independientemente de los intereses de los demás.

La autoaceptación implica respetarnos, reconocernos como válidos y dignos y lograr una buena relación con nosotros mismos. Una vez logrado, unido a la autoestima, fortalecido y trabajado diariamente, podremos empezar a alcanzar un crecimiento y una orientación al éxito.

Ángel Rull, psicólogo.