Psicología

¿Cómo superar los problemas de ego?

El ego obedece a la subjetividad de quien lo vive ensalzando valores que no siempre están presentes

Una mujer observa su reflejo en un espejo

Una mujer observa su reflejo en un espejo / 123 rf / Shannon Fagan

Ángel Rull

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El ego personal tiene la función de influirnos en las decisiones que tomamos, llevándonos a la acción. Reflejamos una imagen que interiorizamos sobre lo que somos y valemos y en base a ello nos comportamos. Un factor relacionado con el orgullo equilibrado pero que acaba excediéndose en muchos casos, con tendencias al narcisismo y el egoísmo.

Cuando el ego se eleva crea una ceguera sobre la verdadera valía y no siempre va relacionada con niveles óptimos de autoestima. Acaba convirtiendo a quien lo sufre en esclavo de la imagen que proyecta y de los actos que realiza. Es por eso, que debe equilibrarse hasta alcanzar un nivel real de bienestar.

Ego y baja autoestima

Solemos confundir un ego elevado con alta autoestima, cuando no siempre son sinónimos, sino todo lo contrario. Si lo confundimos, anteponemos nuestras propias necesidades a los demás, desde la tiranía y, en ocasiones, la agresividad. Creemos valer y merecer más que el resto. Estamos por delante de lo que los demás quieran.

¿En qué se basaría una buena autoestima y qué lo diferencia del ego?

  • Siento admiración real por lo que soy, que no es ni mejor ni peor de lo que tienen los demás.
  • Soy capaz de superar mis creencias limitantes y mantengo mi mente abierta al cambio.
  • Acepto que cometo errores y no me exalto si me presentan mis fallos de forma constructiva.
  • Me preocupo por mí, pero desde el egoísmo razonable y la atención de los demás.
  • Mis actos altruistas no esperan nunca el favor o el equilibrio del otro.
  • No creo que exista una jerarquía real entre las personas.

Elimina el ego

Al ego le gusta tener el control sobre cada situación y sobre todas las personas. Deben actuar en base a lo que él desea, sin excepción. De no ser así, hay un torrente de emociones negativas. Como realmente no puede salir todo como esa persona quiere, acaba frustrada, enfadada con el mundo y tratando mal a los demás. Esa tiranía nunca trae la felicidad, sino que acaba ganando en infelicidad y más ego.

Romper el círculo vicioso obedece a estos 5 pasos:

1. No puedo tener la razón

El ego, ante su ceguera, cree que su opinión y su creencia es la única válida. Es incapaz de ver que puede estar equivocado o que no siempre hay una sola razón correcta. Por eso, para combatirlo, debemos ser conscientes que ni debo ni necesito tener siempre la razón. Hay un gran porcentaje de la realidad que no podemos llegar a ver. Suelta el control.

2. No soy superior

El mundo es vivido en primera persona. Conocemos lo que vemos, sentimos, escuchamos o decidimos de forma unilateral. Todo lo demás se nos escapa y es cuestión de empatía. Esto acaba haciéndonos creer que todo gira en torno a nosotros. Sí somos el centro de nuestra vida, pero solo de la nuestra. El resto merecen serlo de la suya. No hay una diferencia real entre nosotros y los demás.

3. Controla tu autoestima

¿Estás realmente admirándote por lo que eres o basas tu esencia en lo que tienes y aparentas? Trabaja tu yo real, tus valores, tus fortalezas. Elimina las corazas que te protegen. No eres más débil por mostrarte, sino más auténtico.

4. Nada es personal

Que algo no cumpla tus expectativas o que hayas cometido un fallo y alguien te lo diga no significa que el mundo vaya en contra de ti. Nada es personal. Todo forma parte de lo que eres, lo bueno y lo malo, y así está bien.

5. Practica el altruismo

Quitarte el foco de encima y trabajar por y para los demás te ayuda a ganar en humildad y rebajar el ego. Hazlo desde el anonimato y dedica cada semana tiempo a hacer algo por el otro, ya sea un amigo o en una obra benéfica.

Quererte por lo que realmente eres y no por la imagen que proyectas te ayudará a eliminar el ego. Además, los 5 pasos anteriores son el mejor antídoto contra la baja autoestima y el narcisismo. Rompe con las corazas y gana en amor propio.

Ángel Rull, psicólogo.