PSICOLOGÍA

Así puedes superar el complejo de inferioridad

Problemas en las relaciones y malas experiencias personales causan daños a nivel psicológico

Inferioridad

Inferioridad / periodico

Ángel Rull

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El complejo de inferioridad se refleja a través de la baja autoestima y la sensación continuada de no contar con las habilidades necesarias que nos hagan enfrentarnos al mundo, especialmente en los ámbitos que impliquen relaciones con los demás. Es una visión subjetiva, donde los rasgos físicos y de personalidad se consideran poco válidos.

Sus causas son diversas, pero normalmente están relacionadas con las experiencias vitales. Afecta a muchos niveles, llegando a impedir un óptimo desarrollo, con consecuencias muy negativas para la persona. Superarlo no siempre es fácil, aunque la psicología nos puede dar algunas pautas para salir de ello.

Así aparece

Cuando conseguimos entender las causas y la raíz de un problema, podemos ser capaces de superarlo con mayor facilidad. Aunque no siempre es determinante, entender los motivos nos ayuda a su superación y resolución.

Los motivos por los que una persona puede desarrollar con el tiempo un complejo de inferioridad suelen ser diversos, pero entre los más comunes podemos encontrar los siguientes:

  • Mala aceptación de un rasgo físico que, aunque sea correcto, crea malestar por una incorrecta interpretación de la realidad.
  • Falta de habilidades sociales y herramientas adaptativas.
  • Críticas excesivas durante la infancia o la adolescencia, con humillaciones y falta de valoración.
  • Baja autoestima. Esto suele ser tanto causa como efecto.
  • Foco en los puntos débiles personales.
  • Exceso de autoexigencia, en muchos casos impulsado por el entorno.

Supéralo

El complejo de inferioridad causa en la persona unos rasgos característicos que dificultan el completo desarrollo de su rutina diaria. Aparece timidez excesiva, dificultad en la toma de decisiones, sentimientos de no validez, baja autoestima o necesidad de complacer a los demás.

Estos rasgos que la persona va adquiriendo a lo largo del tiempo, pueden empezar a trabajarse con un enfoque psicológico a través de los siguientes puntos:

1. Escúchate sin criticarte

El exceso de autocrítica acaba teniendo en nosotros mismos un efecto paradójico: en lugar de ayudarnos a crecer, nos bloquea, paraliza y anula. Por tanto, este juicio acaba aumentando el problema y haciendo que se prolongue en el tiempo.

Para reducirlo, debemos entender que, de la misma forma que permitimos el fallo y el error en los demás, también debemos hacerlo con nosotros mismos.

2. Límites

Intentar agradar a todo el mundo repercute en nosotros mismos. Perdemos los límites, no existe respeto propio y nos dejamos invadir. Además, las demás personas no van a valorar aquello que nosotros mismos tampoco valoramos. Para ello, establece límites claros y normas, que permitan generar unas mejores relaciones, tanto en el ámbito profesional como laboral.

La reacción que normalmente aparece ante la invasión externa es la rabia. Este enfado, aunque pueda parecer lógico, es inadecuado. La rabia nos sirve para restaurar el equilibrio ante una injusticia. Pero cuando nosotros mismos no hemos puesto límites, no hay un desequilibrio. Por tanto, la ira aparece de forma disfuncional. Son los límites los que restauran el orden.

3. Huye de la comparación

Todas y cada una de las características físicas y psicológicas que tenemos nos conforman como seres únicos e independientes, sin aumentar o restar nuestra valía respecto a los demás. Si partimos de esta concepción, ¿tenemos la necesidad real de compararnos? Pero, independientemente de la necesidad, ¿sería algo objetivo juzgarnos como mejores o peores al resto?

La influencia de los medios de comunicación, la exigencia de los estándares sociales y un exceso de competitividad, tanto a nivel social, profesional, como personal y familiar, nos empujan a sentir falta de validez e inferioridad. Una mala gestión de este sentimiento, se convierte en un complejo psicológico que nos impedirá siempre alcanzar el desarrollo y el bienestar. Por eso, a través de consejos psicológicos, debemos restructurar nuestros pensamientos y esquemas mentales para conseguir una mayor adaptación.

Ángel Rull, psicólogo.