PSICOLOGÍA

Guía para evitar conflictos de pareja en las vacaciones de verano

¿Podemos evitar conflictos innecesarios y superar problemas de pareja en verano? Hay varias claves

Una pareja, durante el trámite de divorcio.

Una pareja, durante el trámite de divorcio. / periodico

Ángel Rull

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El verano es la época del año donde más rupturas de pareja se producen. Elegir destino, problemas de comunicación o aburrimiento, sumado a la intensidad de la convivencia en esa fecha, acaban por desgastar la relación. Pero ¿podemos evitar conflictos innecesarios y superar problemas de pareja en verano?

El verano puede acabar con tu relación

Las estadísticas son claras: con la llegada de septiembre, tras las vacaciones, aumenta significativamente el número de demandas de divorcio. Y no es que la época estival nos siente mal, sino que la ruptura suele ser el punto y final de relaciones en las que ya existía una problemática previa. Los conflictos se agravan en verano, donde las jornadas intensivas en el trabajo o las vacaciones hacen que pasemos más tiempo con nuestra pareja y, por tanto, seamos más consciente de todas las rencillas que llevamos tiempo arrastrando.

Y, aunque los problemas de pareja no se solucionan únicamente en el período que dura las vacaciones, si empezamos en esas semanas a hacer las cosas diferente, estaremos sembrando una semilla que acabará afectando positivamente al global de la relación.

Salva tu relación

Un primer punto de partida es elegir correctamente el destino de vuestras vacaciones. Tal vez aquí ya pueda surgir el primer conflicto y es que no siempre se tienen gustos afines. Pero, aunque resulte complicado llegar a un acuerdo entre la hamaca en Denia o las playas de Bali, se puede encontrar un punto intermedio mediante la flexibilidad. Es importante en cualquier relación de pareja saber que nadie ostenta el poder, que no es una guerra que hay que ganar y que no siempre es importante salirse con la suya. De hecho, como apunta Felipe E. García en su estudio sobre bienestar en la pareja y resolución de conflictos, "los acuerdos dentro de una relación de pareja estable influyen positivamente en los niveles de satisfacción". Llegar a un acuerdo mutuo, siendo más flexibles, hace que no solo se encuentre un destino en el que ambos miembros de la pareja puedan disfrutar, sino que al abrirnos y consensuar ya estaríamos aumentando nuestro bienestar.

Otro factor clave sería la comunicación. Como otros animales, el ser humano necesita expresarse y en eso se basa especialmente una relación: a través del lenguaje somos capaces de demandar atención, mostrar cariño o señalar errores importantes. Aunque esto último no siempre se hace de una forma asertiva, sino que acabamos cayendo en extremos mediante la sumisión o la agresividad. John Gottman lo dice muy claro, "la crítica, la defensiva, el desprecio y el obstruccionismo son conductas que contribuyen a la insatisfacción de pareja".

Si conseguimos cambiar nuestros estilos comunicativos, si mostramos de frente nuestros sentimientos, nuestras quejas, los propios errores y rechazamos generar en el otro culpabilidad, podremos sentar las bases de una relación cada vez más próspera capaz de superar conflictos. Y en este punto, sería importante señalar la diferencia entre responsabilidad y culpa. Mientras que la responsabilidad es hacerse cargo de todo aquello que una persona ha hecho bien o mal, la culpa es el valor directamente negativo que se le otorga a esa situación. Por tanto, la culpa conlleva una oleada de sentimientos negativos que no siempre van relacionados con enmendar el error, de hecho, puede llegar a paralizar a la persona. Por eso, si tu pareja ha hecho algo que no te ha gustado, la conversación debe centrarse en hacerle entender qué te ha hecho sentir a ti mal, para que pueda asumir su responsabilidad, evitando juicios de valor que conlleven a sentir al otro culpabilidad, ya que también podría verse como una vulnerabilidad y se perdería la asertividad.

Y un tercer punto importante, las vacaciones son el momento perfecto para afianzar la confianza y la intimidad, algo que durante el resto del año no siempre resulta fácil. Expresar las preocupaciones, mostrar los puntos positivos o hablar sobre planes de futuro son varias de las cosas que puede uniros un poco más a vuestra pareja, basándose siempre en la premisa de que tenéis que pasar tiempo a solas. Aunque aquí no siempre es fácil encontrar el equilibrio entre el aburrimiento y el agobio. Tal vez prefieras pasar muchas horas en la playa con un buen libro, pero esto no tiene porqué ir acorde a lo que quiere hacer tu pareja. Piensa también en sus prioridades. A veces es sencillo encontrar el punto en común.

Resolver los problemas de una pareja no siempre es fácil. A menudo arrastramos conflictos a lo largo de todo el año. Pero el verano, el calor y las vacaciones, pueden hacer que tengamos el cambio necesario para que mediante una mejor comunicación y una relación basada en la confianza, septiembre no acabe trayéndonos una ruptura.

Ángel Rull es psicólogo clínico.