UN CURIOSO RINCON DE LA HISTORIA SURAMERICANA

El tesoro amazónico de Sarrià

El Convent dels Caputxins atesora desde 1975 unas 1.500 piezas procedentes de misiones a la Amazonia

museo etnografico

museo etnografico / Ricard Cugat

Beatriz Pérez

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En la planta baja del Convent dels Caputxins de Sarrià (Cardenal Vives i Tutó, 2) se esconde una pequeña joya de la historia de Catalunya: el Museu Etnogràfic Missional Andino-Amazònic. Fue inaugurado en 1975 y es único en su género en todo el territorio catalán. No es difícil acceder a él, pues puede entrar cualquiera, pero tampoco fácil:  la visita debe ser concertada previamente. "No viene mucha gente", certifica el director y guardián del centro, el fraile Valentí Serra de Manresa.

El Museu Etnogràfic Missional Andino-Amazònic conserva unas 1.500 piezas procedentes de las misiones de capuchinos catalanes en la Amazonia a finales del siglo XIX. Coronas de baile de los huitoto (pueblo indígena de la Amazonia colombiana y peruana), máscaras totémicas de los indios tikuna o un maguaré (un gran tambor amazónico que se emplea para convocar fiestas y cuyo sonido se escucha a 30 kilómetros) son solo algunos de los elementos que el visitante puede admirar. "La madera de chonta suple a los minerales, pues en la Amazonia no hay minerales", explica Serra mientras señala una espada de madera.

Destacan, además, las piezas de bisutería hechas con alas de insecto y vasos funerarios con caras sonrientes que simbolizan "la creencia en la continuidad de la vida". El centro que este fraile capuchino custodia también guarda fósiles de caracoles, de monos aulladores, de caimanes recién salidos del huevo y mandíbulas de piraña.

Hace 525 años

Pero, sobre todo, el museo conserva elementos de la vida cotidiana de los pueblos de la Amazonia, con quien Catalunya comenzó sus relaciones hace 525 años. Estas se mantienen a día de hoy porque actualmente aún hay religiosos en la Amazonia que acompañan a los pueblos indígenas y estudian sus culturas.

Al Museu Etnogràfic Missional Andino-Amazònic acuden fundamentalmente investigadores. De su conservación y difusión se ocupan los frailes capuchinos de Sarrià. Los misioneros que fueron a la Amazonia ("los que viajan ahora ya no traen piezas, eso se hizo en un momento en que se podía hacer", matiza Serra) construyeron parroquias y escuelas. Y, en definitiva, defendieron los derechos de los indígenas ante la opresión de colonos y las prácticas esclavistas de los caucheros.

Es por eso que la exposición Catazònia. Els caputxins catalans a l’Amazònia (en el Museu de Cultures del Món hasta el 24 de junio y conformada por piezas de la galería del convento de Sarrià seleccionadas por Serra) supone un reconocimiento al trabajo de esos religiosos.

"Los misioneros catalanes salvaron las culturas de aquellos pueblos. Fueron muy sensibles con su realidad cultural", apunta Josep Fornés, director del Museu de Cultures del Món de Barcelona. Fornés destaca los diccionarios y libros que escribieron los frailes catalanes para conservar las lenguas aborígenes. "Sin nuestros misioneros, quizás no habría rastro de esas culturas", concluye Fornés.

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