ENTIDAD FUNDADA POR UN GRUPO DE PADRES

Un 'esplai' muy familiar

El centro infantil y juvenil Movi celebra su 50º aniversario en el marco de la fiesta mayor de Sarrià. La entidad de la Casa Orlandai ha marcado la vida de los vecinos del barrio

Ruido festivo 8 Cacerolada en Sarrià organizada el pasado sábado por el 'esplai' Movi.

Ruido festivo 8 Cacerolada en Sarrià organizada el pasado sábado por el 'esplai' Movi.

L. B. / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La tradicional cacerolada por las calles de Sarrià, organizada por el esplai Movi, despertó el sábado a unos vecinos que respondieron bajando cestas repletas de caramelos desde sus balcones engalanados. Con este ruidoso y dulce pasacalles en el marco de la fiesta mayor de Sarrià, el centro infantil y juvenil pone punto y final a la celebración de su 50º aniversario. «También organizamos una yincana por el barrio durante las fiestas y hace poco hicimos una excursión a Solsona en la que participaron más de 300 personas entre usuarios, monitores, exmonitores y padres», rememora Kinu Reyes, de 23 años, directora y monitora de la entidad.

El esplai Movi fue fundado en 1963 por un grupo de padres que contaron con la ayuda de Enric Colet, rector de la parroquia de Sant Vicenç de Sarrià. «La entidad ha pasado por varios locales. Desde el 2007 estamos en la Casa Orlandai (Jaume Piquet, 23), una antigua escuela recuperada por los vecinos y entidades como Movi», recuerda Reyes, encantada con su actual ubicación. Y es que la directora considera que la Casa Orlandai les permite llegar a mucha más gente: «Por su situación céntrica pero, sobre todo, por su ayuda a la hora de difundir todas nuestras actividades».

Actividades con mensaje

Los usuarios del esplai están repartidos en tres grupos llamados tandaspetits (a partir de 6 años), mitjans y grans (hasta 17 años). Los sábados de cuatro a ocho de la tarde se reúnen todos en la segunda planta de la Casa Orlandai. «Los monitores de cada grupo dirigimos juegos y actividades con objetivos educativos. Por ejemplo, si vemos que los miembros de un grupo no se conocen, organizamos juegos basados en la confianza. Si vemos que hay un tema que les preocupa, montamos un debate. Todas las actividades tienen un objetivo, pero también un componente lúdico», subraya Reyes.

La mayoría de los actuales monitores han sido usuarios del esplai y ahora son los encargados de transmitir los valores fundacionales: la solidaridad, la participación , la responsabilidad y la inclusión, entre muchos otros.

El Movi ha marcado de forma muy positiva a muchos hogares del barrio de Sarrià. Es el caso de la familia de Berta Blanes, exusuaria, exmonitora y actualmente vinculada a la entidad como representante de los padres. «Mis abuelos fueron cofundadores del centro y llevaron a mis padres, que a su vez me apuntaron cuando era una niña. Ahora soy yo la que llevo a mis hijos cada sábado», recuerda Blanes.

Después de cinco décadas de trabajo ininterrumpido, la entidad goza de una salud envidiable. «Mis padres me explicaban que en el barrio no había nada. Hoy en día, con toda la oferta de ocio que existe, tiene doble mérito que tengamos lista de espera», puntualiza Berta Blanes.

Movi reserva unas plazas a niños y jóvenes derivados por Servicios Sociales y colaboran de forma puntual con entidades solidarias de su distrito.