Ordenanzas fiscales 2025

La mayoría de hogares de Santa Coloma pagarán entre 82 y 152 euros anuales por la nueva tasa de residuos

Unas 37.500 familias asumirán este importe anual por el tributo de basura, calculado en la ciudad a partir del consumo del agua

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Una vecina tira la basura en un contenedor de la fracción 'resto'.

Una vecina tira la basura en un contenedor de la fracción 'resto'. / Manu Mitru

Manuel Arenas

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La mayoría de hogares que tributan en Santa Coloma de Gramenet, unos 37.500, pagarán entre 82 y 152 euros al año en concepto de la nueva tasa de residuos que ya ha irrumpido en otras grandes ciudades del área de Barcelona. Este importe cubrirá el servicio municipal de recogida de residuos y se cobrará en el recibo bimensual del agua. Aparte, este mismo recibo del agua seguirá contemplando también, como en el resto de localidades metropolitanas, el importe de la Tasa Metropolitana de Tratamiento de Residuos (TMTR), que el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) cifra en unos 50 euros anuales de media.

La concreción local del tributo se produce este 28 de octubre en Santa Coloma al aprobarse por el Pleno municipal del Ayuntamiento las ordenanzas fiscales de la ciudad para el próximo año 2025, novedad normativa a la que ya han dado trámite otros consistorios importantes de la región metropolitana de Barcelona como los del Vallès (Terrassa, Sabadell o Rubí), Badalona o L'Hospitalet de Llobregat.

La ley española que transpone la correspondiente directiva europea determina que los ayuntamientos —de los 8.132 municipios de toda España— deben establecer la nueva tasa antes del 10 de abril del próximo 2025 —tres años desde la entrada en vigor de la ley—, un plazo que exige que las aprobaciones iniciales de las regulaciones locales se produzcan a finales de este 2024. El propósito pedagógico del tributo es desarrollar en las ciudades el conocido como principio de 'quien contamina, paga', según el cual debe ser el productor de los residuos quien sufrague los costes de gestionarlos en función de qué proporción de desecho genere ('pago por generación).

El Ayuntamiento de Santa Coloma, por su parte, ha adoptado el 'modelo Barcelona' y basará el cálculo de la cuota anual de la nueva tasa en el consumo doméstico de agua de los hogares, sistema que avaló el Tribunal Supremo en mayo de este 2024 después de que ABEMCIA, la sociedad mixta integrada por el AMB y Aigües de Barcelona, recurriera la ordenanza municipal del Ayuntamiento de Barcelona y el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) le diera la razón en primer lugar. Otros consistorios, no obstante, se han apartado de este criterio: L'Hospitalet, por ejemplo, calcula su cuota a partir de metros cuadrados y habitantes de los domicilios; Sabadell toma como referencia a residentes y valores catastrales; y Badalona ha optado por una cuota fija de 100 euros.

Dos variables: tipo de vivienda y consumo de agua

La nueva ordenanza colomense asume como propias las mismas variables que prevé el reglamento metropolitano del ciclo del agua. Por un lado, asigna una categoría en función del tipo de vivienda de los contribuyentes, siendo las más habituales la A, la B y la C: esta última, por ejemplo, se asigna a viviendas con un grifo, un lavavajillas, una lavadora, un WC, un lavamanos, una bañera y un bidé.

En segundo término, para la cuota también pondera el consumo de cada hogar, siendo los más habituales de 0 a 6 metros cúbicos mensuales y de 6 a 12 metros cúbicos al mes. Cada uno de estos dos tramos de consumo, relativos a las mencionadas viviendas A, B y C, son los que aplican una cuota de 82,14 euros y 152,64 euros anuales respectivamente, uno de 19.311 y otro de 18.231 hogares contribuyentes (de la suma resultan los 37.500).

A partir de esta cantidad, la cuota crece progresivamente a medida que lo hace el consumo de agua en los hogares: otros 4.102 pagarán unos 260,12 euros anuales; otros 2.477 tributarán 338,26 euros anuales; y otros 1.596 pagarán 208,28 euros anuales. La cuota de la nueva tasa de residuos en Santa Coloma llegará a alcanzar los 550,91 euros anuales, que pagarán únicamente 127 hogares, los cuales consumen más de 18 metros cúbicos de agua al mes y son de alguna de las tipologías más sofisticadas (con el doble de grifos o lavamanos, por ejemplo, o incluso con piscina en algún caso).

Cada administración local, además, podrá aplicar reducciones en la cuota. En el caso de Santa Coloma, el consistorio por ejemplo permitirá reducciones del 100% en casos de exclusión residencial avalada por los Servicios Sociales y del 50% para beneficiarios del cánon social de la Agència Catalana de l'Aigua.

Una tasa específica, diferenciada y no deficitaria

Una de las concreciones de la nueva regulación es que la tasa municipal debe ser "específica, diferenciada y no deficitaria", por lo que deberá cubrir la totalidad del coste del servicio municipal —recogida, transporte y tratamiento de los residuos— y no sólo una parte de él, como hasta la fecha. En L'Hospitalet, por ejemplo, el coste anual del servicio serán unos 16,5 millones de euros, según datos del consistorio. Además, el tributo pasa a ser obligatorio y deja de ser potestativo, propiedad que explica que hasta la fecha fueran las administraciones locales las que asumían, a cargo de sus presupuestos municipales, parte del coste del servicio.

Estas novedades regulatorias afectarán tanto a ayuntamientos como a ciudadanía. Por una parte, los consistorios deberán calcular el coste real de sus servicios sumando el gasto invertido en la recogida y en el tratamiento —muy variables en función del método, de los recursos y de cómo se recicle— y restando los denominados 'retornos', por ejemplo el cánon que perciben por parte de la Agència de Residus de Catalunya (ARC) o lo que ingresan a cargo de sistemas de responsabilidad como Ecoembes.

Los hogares, por su parte, deberán asumir un cambio de paradigma: su comportamiento en torno al reciclaje determinará su gasto tributario. Por ejemplo, cuanto mayor sea la 'fracción resto' —es decir, cuanto menos se recicle— más caro será el servicio municipal porque más caro será el tratamiento de residuos, de modo que consecuentemente aumentará la tasa que el ayuntamiento repercuta sobre la ciudadanía.

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