Acompañamiento vecinal

El programa ‘A-Porta’ combatirá la soledad no deseada de las personas mayores de Santa Coloma

El segundo puerta a puerta del municipio se extenderá a 700 viviendas, algunas ya incluidas en la primera fase de la iniciativa

Una anciana, en una residencia de ancianos

Una anciana, en una residencia de ancianos / CARLOS MONTAÑÉS

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El proyecto de acompañamiento vecinal A-Porta, de la Confederació d’Associacions Veïnald de Catalunya (CONFAVC) y la cooperativa iesMed scel, se desplegará en una segunda fase desde ahora y hasta noviembre a 700 viviendas más de Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès).

El objetivo de esta segunda intervención es mejorar las condiciones de vida de las personas mayores de los barrios de Can Mariner y el Centre de Santa Coloma, a través de la detección de situaciones de aislamiento o de soledad no deseada y “activando un servicio de acompañamiento, de escucha activa y de atención emocional”, explican desde el consistorio colomense.

La primera intervención en 700 viviendas de Can Mariner, que fue intermitente debido a la pandemia, se hizo de forma presencial y vía telefónica. Ahora, el segundo puerta a puerta en Santa Coloma se suma a este que ya se hizo en 2020 con la misión de acompañar y “empoderar” al vecindario que sufría vulnerabilidad energética y lograr una reducción de sus facturas de suministros básicos.

Recursos de acompañamiento

Desde este 8 de mayo, los Picaportes -vecinos del mismo barrio que asesoran y aconsejan gratuitamente a sus vecinos visitando sus respectivos hogares- están llamando a las puertas de las 700 viviendas de personas mayores que viven solas, para detectar e identificar todas las que podrían estar viviendo en una situación de vulnerabilidad, soledad o aislamiento.

Una vez detectados estos vecinos y vecinas y, a fin de aumentar la calidad de vida y la autonomía de las personas mayores, los Picaportes los asesoran sobre los recursos que disponen en su barrio y les plantean soluciones a las situaciones de aislamiento y soledad no querida.

Así, las personas con este tipo de vulnerabilidad pueden recibir información sobre el programa Siempre Acompañados, para apoyarlas emocional y escucha activa; acompañamiento para salir a pasear, ir al médico, a servicios sociales, a comprar o para participar en actividades de ocio, si así lo necesitan.

“El grupo de Picaportes que hace el puerta a puerta son personas referentes y conocidas en el barrio, de diferentes orígenes y etnias y representativas de la diversidad en el barrio, que han sido contratadas por 25 horas mensuales, formadas y coordinadas por la CONFAVC”, señalan desde el Ayuntamiento de Santa Coloma.

El detonante de la segunda misión

Algunos de los resultados de la primera fase desplegada en el barrio de Can Mariner durante 2020 detectaron, según palabras del coordinador de la primera misión, Celso Pérez, y el vicepresidente de la Asociación de Vecinos de Can Mariner, Alberto Cruzado, un "elevado número" de personas mayores con posibles problemas de soledad no querida.

"Un gran problema en Can Mariner es la cantidad de gente mayor que vive sola. Un 26% de los hogares son unifamiliares, lo que demuestra que existe mucha gente de edad elevada, porque este 26% que vive sola no suele ser gente joven", resume Alberto Cruzado. Además, destaca como durante covid y desde el AV de Can Mariner se derivó a "mucha gente con problemas muy urgentes a Servicios Sociales”.

Vulnerabilidad energética

Otros datos de la primer fase concluyeron que un 59% de las 118 hogares entrevistados por el proyecto de acompañamiento vecinal A-porta en el barrio tenían sobrecoste a las facturas de suministros básicos; un 19% de las viviendas entrevistadas no pudieron pagar a tiempo una o más facturas del año anterior, un 24% acusaban problemas estructurales en la vivienda, un 26% no estaban adecuadas al frío y un 22% no lo estaban al calor.

Estos últimos tres indicadores mencionados (la imposibilidad de pagar facturas, los problemas estructurales a las viviendas y su adecuación al frío y al calor) son los que utiliza Eurostat (la Oficina de Estadística de la Comisión Europea) para medir la vulnerabilidad energética en los hogares.

En el caso de Can Mariner, este patrón situaría entre el 20-25% los hogares que sufren vulnerabilidad energética en el barrio. Es decir, una de cada cuatro o cinco hogares de Can Mariner podría encontrarse en situación de pobreza energética.

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