Santa Coloma conmemora el 25N con la presentación del Protocolo para un espacio público libre de violencias machistas y lgtbifóbicas

Bajo el lema “Santako no calla! Queremos una ciudad libre de violencias machistas!”, la ciudad colomense se ha movilizado durante todo el mes de noviembre para convertirse en una ciudad “libre de violencias machistas”. 

Este lunes 25 - Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres -, a las 19 horas, en el Centro de Arte Can Sisteré, se presentará el “Protocolo para un espacio público de ocio y festivo libre de violencias machistas y lgtbifóbicas”, una de las iniciativas destacadas del programa, que tiene por objetivo potenciar Santa Coloma como una ciudad comprometida, segura y feminista.

Y es que el Ayuntamiento y diferentes entidades miembros del Consejo Municipal de las Mujeres han organizado dicho programa feminista que incluye una quincena de actividades para sensibilizar contra la violencia machista, durante el mes de noviembre y hasta el 3 de diciembre. 

Según el consistorio, esta nueva edición del 25N quiere volver a evidenciar que se trata de “una violencia de carácter específico y estructural, que tiene por objetivo controlar a las mujeres y acabar con su libertad”. También, se pondrá el foco en las respuestas que se están articulando frente a esta violencia.

Contra los feminicidios

El programa feminista se inauguró el pasado martes 5 noviembre, con la concentración mensual que se hace cada primer martes de mes, a las 20 horas, en la plaza de la Vila, para denunciar los feminicidios. En estos encuentros se lee el nombre de todas las mujeres asesinadas, y se hace un pequeño recorrido por la ciudad para dar visibilidad al acto.

Moción contra las violencias machistas

El 2018 marcó un punto de inflexión en el movimiento feminista, después de un 8 de marzo en el que las mujeres del mundo protagonizaron una movilización global. Fue en este contexto que el Pleno municipal colomense llevó a cabo en octubre la Moción con motivo del 25N contra las violencias machistas. 

En ella, se instaba al Congreso a dotar al Pacto de Estado contra la violencia de género de los recursos presupuestarios necesarios, así como crear una ley abolicionista que penalice a proxenetas y puteros, y a impulsar las medidas necesarias para combatir las formas de violencia estructural como, por ejemplo, la feminización de la pobreza.

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