SANT MARTÍ
Veto a la cuarta gasolinera
Vecinos de El Besòs i el Maresme se movilizan cada jueves contra una estación de servicio
La construcción de una gasolinera entre las calles del Maresme y de Veneçuela tiene en pie de guerra al barrio de El Besòs i el Maresme desde diciembre. Los vecinos comenzaron a protestar cuando se iniciaron las obras, que acabaron por paralizarse. De momento nadie, ni siquiera el ayuntamiento, sabe cuándo se reanudarán, si es que lo hacen. Pero la gente no se fía y sigue movilizándose. Cada jueves, a las siete de la tarde, un grupo de vecino
Dos son los motivos principales: porque ya hay tres más en los alrededores (la última de ellas, levantada en el 2016 en Pere IV con la rambla de Prim, también fue polémica) y por el ruido y la contaminación que generaría en la calle del Maresme, donde, según los vecinos, apenas hay tráfico.
"Inicialmente, en este solar de Maresme con Veneçuela se iban a hacer viviendas. Pero, con la llegada de la crisis, nunca llegaron a construirse", explica José Manuel López, secretario de la Associació de Veïns i Veïnes Maresme. Esta entidad encuentra "paradójico" que la gasolinera vaya a estar dentro del Distrito 22@. "Dicen que quieren pacificar calles y que cada vez se menos la gente que use el coche, pero nos ponen otra gasolinera. Si quieren una ciudad saludable, ¿por qué no ponen electrogasolineras?", reflexiona.
RESPUESTA MUNICIPAL
La asociación de vecinos también critica que el ayuntamiento concediese la licencia en el 2016 para construir la estación de servicio. Pero el consistorio no lo ve así. "El ayuntamiento comprueba la compatibilidad urbanística de la licencia solicitada. Después otorga las licencias ambiental y de obras comprobando el cumplimiento de la normativa", explican fuentes municipales. Y añaden: "Más allá de la opinión del ayuntamiento, se ha otorgado esta licencia porque el solar es de propiedad privada y tiene la cualificación urbanística". El consistorio recuerda que incumplir los pasos para dar licencias puede suponer "prevaricación" y "fraude".
A los vecinos no les sirven estas explicaciones. Ramon Tur, vocal de la asociación vecinal del Maresme, explica que los estudios médicos recomiendan que haya un mínimo de 50 metros entre las gasolineras y las viviendas, mientras que en este caso solo habrá 20. "Si el ayuntamiento hubiera regulado esto, estas cosas no estarían pasando", dice. Pero el consistorio alega no tener competencias para regular este tipo de actividad. La única administración competente es el Ministerio de Industria. Es decir, el Estado.
Pepi Gómez, que vive en la calle de Veneçuela, será una de las afectadas en caso de que se construya esta estación de servicio. "Lo veo muy mal. El distrito nos ha pasado muy poca información", opina. "A nosotros lo que nos gustaría es que se respetara el proyecto inicial de las viviendas", añade. Aunque no en este solar, en los números 87 y 91 de la calle del Maresme y en el 100-102 de Puigcerdà, ya están en marcha dos proyectos de vivienda pública destinados a alquiler social.
Pero esto, para el vecindario, no subsana el daño que, aseguran, entrañará la gasolinera. "Estoy en contra. Tener una gasolinera tan cerca no es saludable", dice José Arnalda, vecino de la calle del Maresme.
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