GRÀCIA

El obrador de golosinas

La antigua sede de A Casa Portuguesa alberga a Çukor, un taller laboratorio y una tienda de caramelos y chocolates artesanales. El establecimiento se inspira en la filosofía 'pop-up'

Taller goloso 8Unos niños aprenden a preparar dulces en Çukor.

Taller goloso 8Unos niños aprenden a preparar dulces en Çukor.

CARME ESCALES / Barcelona

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Pop-up es el término que, en inglés, designa algo repentino, efímero, efervescente, explosivo, que aparece inesperadamente. Muchos emprendedores se han inspirado en este concepto para abrir tiendas pop-up, con la idea de experimentar la novedad de un negocio, testar en un local a pie de calle las sensaciones de los transeúntes respecto a un producto sin necesidad de seguir el protocolo habitual para abrir un local. Este tipo de tiendas tos funciona desde hace años en ciudades como Nueva York.

En Barcelona, tres jóvenes procedentes de Navarra, Hungría y Francia, se han unido para elaborar caramelos y chocolates. Aprovechando la amistad con el antiguo inquilino del local que ocupaba A Casa Portuguesa (Verdi, 58), abrieron hace un mes en esa dirección Çukor, una tienda y taller laboratorio de dulces artesanales.

Hacerlos en casa

«El proyecto es independiente del local. El responsable de A Casa Portuguesa nos cede la licencia del local y el propietario del mismo, nos da la oportunidad de probar a ver si el negocio funciona en este lugar», explica Javier Poveda, uno de los tres emprendedores y creativo de dulces artesanales.

«La cesión es por tres meses, el primero de los cuales dedicamos a reformar el espacio, y hasta el 15 de enero estaremos fabricando dulces originales, de forma natural, a base de azúcar y agua, con pulpa de frutas y esencias naturales», añade otro de los tres impulsores del goloso y original proyecto, el francés Manu Abraham.

La propuesta compagina la venta de los caramelos y chocolates con talleres para aprender a hacerlos en casa. La ubicación del obrador, integrado a la tienda abierta al público, también lo hace accesible a los clientes en su visita al local.

Muchas de las golosinas artesanales están inspiradas en dulces típicos de diferentes países, «elaboramos diferentes tipos de dulces: caramelos fríos, que tienen que estar en la nevera y que pueden ser de coco, nata y limón o té verde y espirulina», describe el artista de estos dulces, el húngaro Peter Nagy. «También hacemos nubes con sabor a rosas, limón, jengibre, menta y chocolate; y caramelos duros de vainilla y pimienta, limón y sal, miel y menta y otras chucherías», detalla Nagy. «Además, fabricamos chocolate en grajeas, gominolas bañadas en chocolate, maíz inflado cubierto también en chocolate y piruletas y otros objetos de chocolate», añade.

La web www.cukor.es y Facebook informan de los dulces y talleres que realizan los tres emprendedores, a los que el Distrito de Gràcia ha brindado una oportunidad.