LA GRAN FIESTA DEL LIBRO Y LA ROSA

Los libreros aspiran a que Sant Jordi 2019 bata el record de ventas poscrisis

Albert Espinosa, Javier Pérez Andújar, Marta Orriols y Rafel Nadal se perfilan como algunos de los más vendedores de la 'diada'

Ambiente pre-Sant Jordi en la librería La Central del Raval, la mañana del lunes de Pascua.

Ambiente pre-Sant Jordi en la librería La Central del Raval, la mañana del lunes de Pascua. / periodico

Elena Hevia

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Hace dos años, cuando la 'diada' cayó en domingo, los libreros acuñaron aquello del Sant Jordi más largo, porque los lectores tuvieron no solo un día sino todo un fin de semana no tanto para comprar (porque el 10% de descuento solo se hace el día D) sino para curiosear en las librerías. Pero aquello no fue nada comparado con este prólogo festivo de la Semana Santa y el lunes de Pascua. Si se trataba de poner a punto los motores, este prolegómeno ha calentado a base de bien el ambientillo librero, no tanto en Barcelona, de la que ha desertado tanta  gente estos días vacacionales, sino a lo largo del territorio, donde las presentaciones de las novedades y las firmas de los autores locales han convertido Vic, Torroella de Montgrí, Girona, Tarragona o Lleida en pruebas piloto del verdadero Sant Jordi.

Lo único que enturbia la ‘diada’ son las previsiones metereológicas que no se presentan demasiado esperanzadoras, siguiendo la tónica más bien poco soleada de estos días. Así que es fácil que a lo largo de toda la jornada haya algún chubasco tanto en Barcelona como en el resto de Catalunya. Es un inconveniente, sí, pero la lluvia rara vez ha frenado las ventas, que este año desde el Gremi de Llibreters esperan que por lo menos sean las mismas que las del año pasado o aumenten, en la misma medida, un 2%. No será un record absoluto, claro, porque lo único que está haciendo el sector es reponiéndose lento pero seguro de la debacle de una crisis que llevó a mínimos el negocio editorial. Pero si el año pasado se vendieron 1,2 millones de ejemplares con una facturación de 22 millones de euros, hay que ser optimistas. Patrici Tixis, presidente de la Cambra del Llibre, lo es. "Llueva o truene, en festivo o en laborable, Sant Jordi siempre acaba funcionando bien porque la gente quiere que así sea".

El día fuerte de la literatura catalana

Además es una fecha clave para la edición en catalán. El día mágico en el que las ventas invierten la habitual relación en la que se venden muchos más libros en castellano. Desde el 24 de abril hasta el 22 del mismo mes del año siguiente la proporción es de un 70% en castellano y un 30% en catalán, pero en el día del 'Drac', priman los libros en catalán y, tal y como ha venido ocurriendo los últimos años, se invertirán las cifras de venta. Así el 30% quedará para el castellano. 

Entre los títulos que se disputan laureles de los más vendidos hay varios autores que parten como caballos ganadores -sí, la metáfora no es muy respetuosa pero sirve, porque Sant Jordi es también es, entre otras muchas cosas, una competición-. Ahí están Albert Espinosa y su nuevo libro ‘Lo mejor de ir es volver’, que transcurre precisamente un 23 de abril; Marta Orriols y su 'Aprendre a parlar amb les plantes', ese libro tan doloroso que tantas alegrías le ha dado; así como Annette Hess y ‘La casa alemana’, en la que se rescata el silencio que la nación alemana mantuvo respecto a Auschwitz; la hilarante fantasía 'La noche fenomenal' de Javier Pérez Andújar, o el que ya es un avezado corredor de fondo del festejo, Rafel Nadal y su ‘El fill de l’italià’, último premio Ramon Llull. Ellos serán algunos de los escritores más buscados y que a buen seguro brillarán en el tradicional desayuno que desde el año pasado se celebra en el Palau de la Virreina, tras años de concentración editora y literaria en el Hotel Regina.

El trasfondo político

Si el año pasado, el 155 marcó profundamente la celebración de Sant Jordi porque eliminó de un plumazo los actos institucionales, en esta edición se recuperan. El disparo de salida de las actividades lo dará el 'president' Torra con su declaración desde el Palau de la Generalitat, a la que seguirá el saludo a los miembros de los puestos de las entidades de iniciativas sociales que participarán en la ya habitual venta de rosas solidarias. En los últimos años, Sant Jordi, con toda su peso simbólico, ya arrastraba una gran carga de significación política de la que esta vez no se va a librar puesto que se celebra en pleno juicio al ‘procés’ (de hecho, este mismo martes se reanudan las sesiones) y coincide con una campaña electoral a cara de perro que a buen seguro se va a hacer evidente entre los puestos de libros. Pese a ello, la presidenta del Gremi de Llibreters, Maria Carme Ferrer ha augurado que "la campaña no va a empañar lo que significa Sant Jordi, porque la fuerza de la fiesta son los libros". Lo que no quita para que Oriol Junqueras, Jordi Cuixart y Raül Romeva sean algunos de los autores que destacan en las listas de no ficción, y ninguno de ellos estará presente en las mesas de los puestos.

Por lo demás, no faltarán los habituales agobios, aunque este año se haya intentado esponjar aun más el espacio callejero. Y es que Sant Jordi sin aglomeraciones no es Sant Jordi.

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