Por qué Sant Cugat sigue siendo el bastión independentista del 'cinturón rojo' de la Gran Barcelona

La histórica hegemonía convergente

Sant Cugat, donde Junts ha vuelto a ser la lista más votada, es la mejor metáfora metropolitana de un histórico bastión convergente y ahora neoconvergente: si en Barcelona es novedoso que Xavier Trias sea la lista más votada, en Sant Cugat no porque lleva ocurriendo tres décadas.

Esto es determinante para el politólogo Guillem Rico, de la Universitat Autònoma de Barcelona, que tilda de "anécdota" la mayoría independentista teniendo en cuenta la tradicional hegemonía de Junts.

“Por poco que aporten los otros dos partidos independentistas, ya que se configura la mayoría. Que ERC y CUP pierdan algún concejal no afecta en la composición del consistorio”, detalla Rico en relación al declive republicano, que este 28M cedieron dos ediles y la CUP uno.

Precisamente por esos malos resultados de ERC renunció esta misma semana la republicana <strong>Mireia Ingla,</strong> hasta ahora alcaldesa de Sant Cugat que lideraba un ejecutivo formado por ERC, PSC y CUP.

Ante la imposibilidad de una mayoría absoluta alternativa, todo apunta a que el candidato de Junts, Josep M. Vallès, será el próximo alcalde de Sant Cugat después de tomar el relevo de Carmela Fortuny, que a su vez se lo cogió a Mercè Conesa, exalcaldesa de CiU que durante los años más intensos del 'procés' mantuvo un pulso con el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) por una bandera estelada izada en la plaza Lluis Millet, centro neurálgico de Sant Cugat donde se ubica la estación de Ferrocarrils.

Junts, beneficiado del 'efecto oposición'

Otro de los elementos que según el politólogo Marc Guinjoan, profesor de Ciencias Políticas de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), han influido en que Junts mantenga su fuerza electoral es el 'fenómeno oposición': "El votante de Sant Cugat puede haber ido a invalidar la coalición de izquierdas [ERC, PSC y CUP] y, por tanto, han reforzado el partido de la oposición [hasta ahora Junts] para que ejerza como el partido de gobierno y recupere su estado natural, que es tener el poder”.

En términos de participación, la paradoja es que, pese haber afectado la bajada más a los partidos independentistas (ERC y CUP, sobre todo), ello no ha desvirtuado la mayoría nacionalista del Pleno. Más allá de la caída en picado de Ciutadans, que desaparece del Pleno y cuyo electorado queda en manos de PP y Vox, el PSC también fue uno de los damnificados por la caída de participación.

Un voto de rentas altas

Sant Cugat es el tercer municipio español con la renta per cápita más alta. Con esta premisa, Rico hace la siguiente lectura: “El perfil del Sant Cugat ya es de por sí distinto [al del resto del área metropolitana], fruto del nivel socioeconómico tan alto. El voto natural es de derechas”. 

Ello explica, a ojos del politólogo, la capacidad de Junts de capitalizar voto en una ciudad con perfil sociodemográfico favorable a la neoconvergencia, por encima de la "pequeña comunidad obrera sin alto poder adquisitivo" que, dice Rico, se ha configurado en el contexto electoral de ERC, PSC y CUP.

Si se analiza el mapa electoral de Sant Cugat, prácticamente la totalidad de la ciudad se tiñe del verde turquesa de Junts a excepción de Les Planas, donde ganan CUP y En Comú Podem; el territorio situado alrededor del club de golf, donde vence el PP; y a excepción también del barrio de Sant Francesc, dentro el núcleo urbana donde gana el PSC.

¿El posible "voto al orden"?

Para explicar la hegemonía de Junts en estas elecciones municipales, Guinjoan hace referencia a la tendencia en estos comicios del "voto al orden", ejemplo del cual pone a las políticas de seguridad que el PSC abanderó durante la campaña en toda la región metropolitana.

Al respecto, Guillem Rico discrepa porque sostiene que el voto a Junts es histórico (más allá del posible "voto al orden" al que apunta Guinjoan) y está alimentado por un tradicional votante de derechas y nacionalista. 

La independencia, fuera de la campaña del 28M

Una última clave para dimensionar la excepción independentista de Sant Cugat es tener en cuenta el diferente contexto electoral de las elecciones municipales del 2019 en relación a este 28M, cuando la independencia de Catalunya ni siquiera ha sido uno de los temas de campaña.

“Además de subir la participación debido al convulso otoño del 2017 [cuando se celebró el referéndum del 1-O], en 2019 se desarrolló una competición europea entre Junts y ERC que afectó a los comicios locales", recuerdan Rico y Guinjoan.

Ante el actual escenario, Rico explica que la caída de participación encasilla a la ciudadanía en su voto natural: “Hasta el momento parecía que la movilización beneficiaba a los republicanos. En estas elecciones, no se ha percibido que la independencia entre en juego, por lo que la ciudadanía vota lo que siempre ha votado [Junts, en el caso de Sant Cugat]”. 

Rico considera que los resultados de este 28M vuelven a la casilla de salida de hace una década, cuando en Sant Cugat no había duda de la hegemonía convergente. Con los resultados en la mano y la reciente renuncia de la republicana Ingla, el histórico cambio de rasante del 2019 con ERC, PSC y CUP ha quedado relegado en Sant Cugat, y hasta nuevo aviso, a una 'anécdota' de cuatro años.