Joan Capdevila, director de un documental: "Rumba 3 fue el sueño vivido de los niños del Bon Pastor"

El cineasta Joan Capdevila, en el Bon Pastor, donde nació Rumba 3.

El cineasta Joan Capdevila, en el Bon Pastor, donde nació Rumba 3.

CARME ESCALES / BARCELONA

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Joan Capdevila (Barcelona, 1977) es hijo y sobrino de Joan y Pere Capdevila, miembros del grupo Rumba 3. Y es también el responsable de que hoy se estrene en el cine el documental que recorre la historia de este trío nacido en Sant Andreu. Él mismo ha dirigido con David Casademunt el homenaje a una carrera de éxitos que empezó a forjarse cuando sus componentes, con apenas 8 años, comenzaron a cantar en calles y plazas del humilde Bon Pastor.

-Rumba 3, de ida y vuelta fue Mejor Obra Nacional y Premio del Público en el festival In-Edit 2015. ¿Cómo surgió la idea de un documental?

-Yo quería hacerles un regalo. Era demasiado lo que habían logrado, como para quedar en el olvido. Pensé en un videoclip y, con David, que hicimos juntos cine en la ESCAC, un día que íbamos a verles actuar en Luz de Gas para la Fundació Pare Manel, empezamos a decir ideas. Y vimos que daba para mucho, había anécdotas muy cinematográficas.

-Y aquí está, la película en cines.

-He puesto en ella todos mis ahorros. Ellos me dieron la vida, y yo les doy esto. Cuando yo era pequeño, estuvimos a punto de ir a vivir a Miami, Rumba 3 triunfaba muchísimo en América, pero los tres valoraron mucho lo que hubiera significado romper con la familia y sus raíces. Eso los define bien: supieron estar en lo más alto, pero siempre con los pies en el suelo, sin olvidar nunca el cariño a la familia, a los amigos y a su barrio.

-¿Qué lugar ocupa el barrio del Bon Pastor en el documental?

-Hay entrevistas e imágenes rodadas allí, entre sus casas baratas, donde vivieron ellos, y algunas de las cuales están aún en pie. Allí donde yo jugaba a fútbol hasta que mi abuela me llamaba a comer.

-¿Cómo era el barrio entonces?

-En 60 metros cuadrados vivían hermanos, padres, tíos y abuelos. Mi abuelo paterno, era paralítico de guerra y tenía tres trabajos. Y en la calle, sus hijos Joan y Pere empezaron a cantar boleros con un laúd, y cayeron en gracia. Josep Sardaña -que más tarde sería concuñado- se les unió con la guitarra. La música fue el refugio de aquellos niños del Bon Pastor que llevaron la rumba catalana a todo el mundo. Rumba 3 fue su sueño vivido.

-¿Actúan todavía alguna vez?

-Poco. Pero en junio lo harán en el primer festival de rumba catalana que se hará en Tossa de Mar.

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