La parroquia que intentó recristianizar

Inaugurado en 1945, el templo del paseo de Enric Sanchís debe su nombre a una estatua

Un aire románico 8 Fachada del templo de Bon Pastor.

Un aire románico 8 Fachada del templo de Bon Pastor.

ANNALISA PALUMBO
BARCELONA

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El barrio de Bon Pastor debe su nombre a la homónima iglesia de Bon Pastor (paseo de Enric Sanchis, 2), una de las primeras de la zona. Cuando se levantaron las primeras casas, en 1929, la barriada era más conocida por el nombre de Milans del Bosch. "A medida que avanzaba la urbanización, los vecinos ocupaban las casas", explica el historiador Sergio Fuentes en su libro L'església del Bon Pastor de Barcelona.

La zona era uno de los focos de la resistencia antifascista en Barcelona. Para recristianizarla se decidió levantar el templo en el verano de 1943, justo en el auge de los valores de Iglesia y Familias en las filas franquistas, se empezó a trabajar en el proyecto de la iglesia del Bon Pastor.

"El obispo de Barcelona, Gregorio Mondrego Casaus, fue clave para conseguir tanto el dinero como el espacio necesario", sigue Fuentes, que en su libro explica que el proyecto fue llevado a cabo por Josep Maria Sagnier Vidal, arquitecto de la Diócesis de Barcelona."Sagnier no solía aparecer mucho durante las obras de construcción. De hecho, no estuvo ni en el acto de colocación de la primera piedra", afirma el autor.

La iglesia de Bon Pastor tiene una planta de 26 metros de largo y dos naves laterales. Una cubierta a dos aguas y el campanario completan el conjunto, que sigue esquemas arquitectónicos románicos. "La elección de estilo también tiene connotación política, ya que se identificaba entonces la época románica con la cristianización", aclara Fuentes.

El presupuesto de las obras se disparó. "Tras varias inyecciones de dinero público y privado, el 22 de abril de 1945 se inauguró el templo, a pesar de estar inacabado", continúa Fuentes. Su campanario se acabó en 1951. El 20 de abril de 1947, la iglesia recibió en donación una estatua de madera policromada que representa el Bon Pastor, de Ricardo Font Pons, y que preside aún la iglesia desde el ábside. Fue entregada por el arzobispo de Toledo, Enrique Pla, cuando recibió el título de hijo de Barcelona. "Curiosamente, el Bon Pastor aparecía en el escudo cardenalicio del arzobispo, que identificaba los republicanos como hijos de Caín, contra los que había que llevar a cabo una nueva cruzada", añade el historiador.