Salud femenina

Olas de calor y menopausia: "Si en invierno me pongo a sudar por los sofocos, imagínate ahora"

Las altas temperaturas cuatriplican los sofocos en mujeres con la menopausia y aumentan su intensidad

Silvia P. González, ginecóloga: "Con la menopausia, el riesgo de morir de infarto o ictus es mayor que por cáncer de mama"

Ola de calor el pasado 2 de julio en Barcelona.

Ola de calor el pasado 2 de julio en Barcelona. / Enric Fontcuberta / Efe

Beatriz Pérez

Barcelona
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"Imagínate lo que es para mí salir a la calle ahora mismo a las 15 horas. Si ya en invierno hay veces que me pongo a sudar como sudo ahora, imagínate lo que es vivir en un constante verano". La que habla es Laura, una mujer de 44 años que desde los 40 vive la perimenopausia (la transición hacia la menopausia). Aunque accede a contar su historia, Laura (nombre ficticio) prefiere mantenerse en el anonimato.

La 'start-up' Domma, especializada en investigar, acompañar y tratar la menopausia, ha realizado una encuesta entre unas 13.000 mujeres y ha concluido que las olas de calor cuatriplican el número de sofocos que las mujeres sufren al día y aumenta la intensidad de los mismos. "Muchas me pasaba: estaba en una reunión, vivía un momento tenso y parecía que me ardía el cuerpo", explica Laura para ilustrar los sofocos que sufre desde hace tiempo.

Si en verano, prosigue, es "más difícil" para cualquiera hacer deporte o ir a comprar, lo es todavía más para las mujeres con menopausia. "Nuestro cuerpo tiene más grados de temperatura que el de una persona normal. Todo te da más pereza. Te sientes mucho más cansada. Tienes menos energía", cuenta. Laura toma soluciones naturales y asegura que desde entonces se encuentra mejor.

"Todo el día sudando"

Para ella también fue duro cuando le dijeron, a los 40 años, que tenía la perimenopausia. "Los cambios que estaba teniendo se debían a un descenso hormonal. Me pasaba todo el día sudando", relata Laura.

Como explica la ginecóloga especializada en menopausia Silvia P. González,durante la menopausia, la disminución de los estrógenos altera el funcionamiento del hipotálamo, que es la región del cerebro que contiene el centro termorregulador del organismo, es decir, que actúa como termostato del cuerpo. "Los estrógenos influyen en la vasodilatación y en la respuesta sudorípara. Con lo cual, su reducción compromete la capacidad del organismo para dispersar el calor de manera eficiente", dice esta doctora.

Según ella, las mujeres con menopausia también tienen alteraciones del sueño. "A nivel cardiovascular, los estrógenos tienen efectos cardioprotectores y, al disminuir, se puede comprometer la respuesta adaptativa del corazón y lossados sanguíneos durante el estrés que genera el calor", explica esta ginecóloga. Así, la combinación de todos estos factores "incrementa el riesgo de golpe de calor o de deshidratación".

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