El impacto del calor en la salud femenina

Las altas temperaturas cuatriplican los sofocos en mujeres con la menopausia y aumentan su intensidad

Si de media una mujer en este período de su vida sufre tres sofocos al día, con el calor puede experimentar hasta 12, y durante seis minutos cada uno de ellos

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Una mujer se abanica en plena ola de calor en Madrid, el pasado 30 de junio.

Una mujer se abanica en plena ola de calor en Madrid, el pasado 30 de junio. / Marta Fernández / Europa Press

Beatriz Pérez

Barcelona
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Las altas temperaturas, como las que se han vivido en España con la reciente ola de calor, cuatriplican los sofocos que sufren muchas mujeres con la menopausia y también se triplica la intensidad de los mismos. Los sofocos son "episodios de dilatación súbita, acompañados de sudoración profusa", como explica la ginecóloga especializada en menopausia Silvia P. González Rodríguez. Estos episodios, que representan un "estrés térmico para el organismo", pueden hacer que el sistema termorregulador se vea "sobrepasado" cuando se combinan con "altas temperaturas".

Una 'start-up' especializada en investigar, acompañar y tratar la menopausia, Domma, ha puesto ahora cifras a esta realidad tras haber realizado una encuesta entre unas 13.000 mujeres. Si de media una mujer en este período de su vida sufre tres sofocos al día, con el calor puede experimentar hasta 12, y durante seis minutos cada uno de ellos. Domma alerta de que la llegada del verano agrava los síntomas del climaterio (que abarca desde la premenopausia hasta la post-menopausia), tanto en frecuencia como en intensidad. Esto tiene un impacto directo en la calidad de vida de las mujeres de más de 45 años.

La 'start-up' Domma, especializada en menopausia, ha estudiado a 13.000 mujeres para analizar el impacto del calor en el cuerpo

"Durante el climaterio, bajan los estrógenos y eso hace que el cuerpo se vea afectado. El sistema termorregulador es uno de los que más afectados se ven porque, cuando entramos en menopausia, se va perdiendo", explica Mireia Roca, cofundadora de Domma. "Por eso pasa que, de golpe, se producen esos cambios de temperatura, hay sudoraciones repentinas, palpitaciones... Y las mujeres experimentan un calor que viene como de dentro del cuerpo y que puede durar varios minutos", añade. Esos son los sofocos. Hay mujeres que los sufren "ocasionalmente", a otras no les pasa nunca y a algunas, solo por la noche. "Pero los sofocos son de los síntomas más comunes de la menopausia y afectan al 70% de las mujeres", dice.

Durante los meses veraniegos se triplica la frecuencia de los sofocos: a una temperatura de 31 grados, una mujer en transición menopáusica puede llegar a sentir más de 12 sofocos de media al día. En comparación, en otras épocas del año, a una temperatura de 19 grados padece tres sofocos al día. La duración de los sofocos también es mayor entre junio y agosto: en verano de media se pueden prolongar durante seis minutos, mientras que en invierno la duración media es de dos minutos.

Según Domma, además, el calor y la humedad tienen asimismo un impacto directo en los sudores nocturnos. En el mes de junio las mujeres en transición menopáusica tienen un 50% más de sudores nocturnos que respecto al mes de enero.

Bajos estrógenos

"Las altas temperaturas afectan porque en la menopausia hay unos niveles bajos de estrógenos y, a su vez, eso afecta directamente al sistema termorregulador del cuerpo, que está en el hipotálamo [en el cerebro]. Si la mujer ya tenía sofocos, ahora tiene más", explica la ginecóloga Missy Guinot, responsable del Área de Menopausia del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona). Como consecuencia de todo esto, ante un "pequeño cambio de la temperatura corporal", el cuerpo reacciona "de manera exagerada" y aumentan "los sofocos, la fatiga y el insomnio".

Puede ocurrir también, advierte Guinot, que experimenten sofocos mujeres que nunca antes los habían experimentado. "Pero a la que se vayan estos calores, dejarán de tenerlos", precisa esta ginecóloga. Por eso cree que, cuando los sofocos son puntuales y están sobre todo ligados a una ola de calor, "no vale la pena empezar un tratamiento".

Sin embargo, una mujer con déficit de estrógenos puede tener "muchos síntomas". "Por eso es importante hacer una buena historia clínica. Hay muchos otros síntomas, además de los sofocos, que la mujer no relaciona con la menopausia y que sí tienen relación con esa falta de estrógenos, por lo que son candidatas a un tratamiento hormonal", dice Guinot. Entre estos síntomas que la mujer no siempre relaciona con la menopausia se encuentran el dolor óseo generalizado, la niebla mental, las taquicardias, la sensación de que las cosas dan vueltas, el insomnio, la irritabilidad, las ganas de llorar, los cambios de humor y el cansancio.

Además, también avisa de que las mujeres que no tienen la menopausia pero que están al borde de la misma también pueden experimentar más sofocos. "Cada vez veo más mujeres que tienen reglas cada mes y sufren sofocaciones. No tanto por las olas de calor, sino porque la falta de estrógenos hace que presenten síntomas como si estuvieran en la menopausia aunque no lo estén".

Este período es la llamada "perimenopausia", cuando empiezan las "alteraciones de las reglas". "Aquí empiezan a faltar mucho los estrógenos y se pueden tener más síntomas incluso que cuando la menopausia ya esté establecida", advierte esta especialista. Para el verano —y especialmente durante las olas de calor— aconseja mantener los sitios lo más frescos posible, usar ventiladores, llevar ropa de algodón, beber mucha agua, comer lo más ligero y fresco posible y no hacer deporte en oras de calor.

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