Investigados por "administración desleal" los albaceas de la fortuna de Pere Mir, entre ellos el oncólogo Josep Tabernero

El Juzgado de Instrucción 12 de Barcelona está investigando, por delitos de "administración desleal" y "apropiación indebida", a los tres albaceas testamentarios del empresario químico Pere Mir, según fuentes judiciales de EL PERIÓDICO. Se trata del oncólogo Josep Tabernero Caturla (jefe de Oncología Médica del Hospital Vall d'Hebron y director del Vall d'Hebron Institut d'Oncologia), Jordi Segarra Pijuan (quien fue la mano derecha de Mir) y el abogado Juan Francisco Capellas Canes.

La Fundació Cellex, piedra angular de la investigación biomédica de Catalunya

El juez investiga un presunto "desfalco" en las fundaciones Cellex y Mir Puig, creadas por el empresario, quien falleció en 2017 sin hijos. Según fuentes judiciales, agentes del Área de Delitos Económicos de Mossos hicieron un registro en sedes de varias sociedades y en los domicilios de los acusados a principios de abril. Las entradas y registros contaron con la presencia de los investigados, que estuvieron acompañados por sus representantes legales, pero no quedaron detenidos, sino que se les hizo estar presentes durante la actuación policial para garantizar sus derechos.

Según ha podido saber este diario, el doctor Tabernero está "tranquilo" y confía en que la investigación en curso aclare los hechos "lo antes posible".

Intervención de la Generalitat

Este jueves trascendió a la prensa que la Conselleria de Justícia de Catalunya había asumido por encargo judicial la administración de las fundaciones privadas Cellex y Mir Puig y de sus cuatro sociedades mercantiles asociadas, cuyos patronos han sido cesados. Ambas fundaciones fueron creadas por el empresario químico Pere Mir, quien, nacido en 1919, fue el gran mecenas de la ciencia en Catalunya hasta su fallecimiento en 2017. Mir hizo una gran fortuna inventando una fórmula para extraer formol de la madera.

Además, la Generalitat también ha asumido las cuatro sociedades mercantiles vinculadas a ambas fundaciones: Simex, Mil Veinte, Interesessai y Jose Pàmies SA. Estas sociedades, dedicadas a diferentes y amplias actividades (desde la gestión de inversiones individuales y colectivas a la inversión inmobiliaria o la importación de materias primas), contaban con una estructura similar al patronato de las fundaciones. Se trata de una medida cautelar durante un procedimiento penal abierto a ambas fundaciones, según la Conselleria de Justícia, que desde el pasado martes ha asumido la administración judicial. 

Sin descendencia

Mir Puig, que estuvo casado con Núria Pàmies Gisbert (fallecida un año después que él), no tuvo descedencia y dejó por escrito que todo su extenso patrimonio (entre los cuales hay un gran número de bienes inmuebles en Catalunya, Argentina y Suiza) fuera para estas fundaciones, con el objetivo de que este retornase a la sociedad. Para ello designó albaceas a Tabernero (que fue el médico de Mir y quien certificó su defunción), Segarra y Capellas.

Desde 2003, año en que fue creada, la Fundación Cellex (utilizando los beneficios de la venta de su empresa Derivados Forestales, con la que Mir Puig forjó su fortuna) ha financiado proyectos como el Instituto de Ciencias Fotónicas, el Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Barcelona, el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi y Sunyer (Idibaps), el Vall d'Hebron Institut d'Oncologia (VHIO) o el programa CIMs+Cellex de becas para alumnos de bachillerato, especializado en ciencias y matemáticas.

Origen de las investigaciones

El origen de las investigaciones está vinculado a Àngel Surroca, que fue consejero delegado y administrador único de Derivados Forestales. Surroca, muy próximo a Mir, denunció en 2023 ante Justícia el posible desvío de fondos desde las dos fundaciones. En esa denuncia, Surroca acusa a Segarra (administrador único de Simex, una de las cuatro sociedades mercantiles vinculadas a las fundaciones de Mir) de dar la mitad indivisa de la propiedad de la finca y garaje de la Pleta de Baqueira Beret, en la Vall d'Aran (una de las propiedades familiares de Mir), al doctor Tabernero (apoderado de la sociedad) y la otra mitad, a la mujer del oncólogo. La propiedad, recoge la denuncia, se valora a efecto del pago de impuesto de sucesiones y donaciones por un total de 954.000 euros.

No está claro cuánta es la fortuna que dejó Pere Mir. Algunos cálculos estipulan en 400 millones de euros el legado de Mir, mientras otros rebajan la herencia a 40.