Patologías

La diástasis abdominal, la compañera invisible del suelo pélvico, afecta a una de cada tres mujeres tras el parto

Se trata de una afectación común pero con una respuesta deficitaria del sistema sanitario: no siempre forma parte del posparto y las cirugías no están financiadas

Los malos hábitos disparan la inflamación crónica, una epidemia silenciosa relacionada con el 50% de las muertes

Rafael Vicetto, director de la clínica Fisioterapia Vicetto, especializada en diástasis, con una paciente que sufre esta disfunción abdominal

Rafael Vicetto, director de la clínica Fisioterapia Vicetto, especializada en diástasis, con una paciente que sufre esta disfunción abdominal / Fisioterapia Vicetto

Patricia Martín

Patricia Martín

Madrid
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Elisa Martín tiene tres hijos, uno de 14 años, otro de 10 y una niña de 4 y nunca le han hablado, en las consultas antes o después del parto, de la diástasis abdominal, la alteración de la pared abdominal que se produce cuando los músculos rectos del abdomen se separan para que pueda prosperar el embarazo.

El problema es que, tras el parto, en dos de cada tres embarazadas la separación no se corrige del todo y en más de un 30% se produce una diástasis patológica que tiene lugar o bien cuando hay una gran apertura de los músculos rectos o bien cuando provoca síntomas como dolor lumbar, hinchazón abdominal, problemas digestivos o de suelo pélvico. También le sucede a un tercio de las personas con obesidad, el otro gran factor desencadenante.

Esta disfunción se puede aliviar con ejercicios específicos y sesiones de fisioterapia, pero hay mucho infradiagnóstico tanto en el posparto como entre personas con obesidad

La disfunción se puede aliviar con ejercicios específicos o sesiones de fisioterapia, pero el problema es que muchas personas que podrían verse afectadas, como Elisa, no lo saben, porque la información que se ofrece antes y después del parto –o en las consultas relacionadas con la obesidad– sobre esta afección ha ido mejorando pero, aún hoy, depende mucho del hospital o especialista que atienda al paciente.

Otro ejemplo: Laura fue madre hace un par de meses y no había oído ha oído hablar de la diástasis hasta que acudió a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico, consulta que ha pagado de su bolsillo porque en la sanidad pública este servicio no siempre se ofrece o tiene largas esperas. De hecho, se trata de dos disfunciones relacionadas: en la terapia de rehabilitación de la diástasis también se trabaja el suelo pélvico.

Atención "dispar"

“Como matrona le doy mucha importancia a la diástasis y derivo al fisioterapeuta a mis pacientes para que valoren el suelo pélvico y la competencia abdominal posparto, pero habrá colegas que no lo hagan; lo mismo sucede con los ginecólogos, habrá algunos que le den importancia y otros no, hay mucha disparidad”, explica Nazareth Olivera, autora de ‘Ser mamá: guía del embarazo, parto y posparto con ciencia y emoción

La respuesta del sistema sanitario es mala porque la mayoría de sanitarios no la tienen en cuenta la posibilidad de diástasis

Sergio Salido

— Cirujano especialista en abdomen

Más duro se muestra el doctor Sergio Salido, especialista en cirugía abdominal y del aparato digestivo y experto en diástasis, quien considera que “la respuesta del sistema sanitario” a esta disfunción es “mala” porque “la mayoría de sanitarios no la tienen en cuenta”.

“En el embarazo y el parto pueden ocurrir muchas cosas importantes y por eso a muchos ginecólogos, matronas o médicos de atención primaria esto les parece un tema menor y no lo tienen entre sus prioridades. Ocurrió hace años con el suelo pélvico, que ahora ya se tiene más en cuenta. En un futuro, a base de divulgación, formación y presión social, probablemente la respuesta del sistema sanitario mejore”, afirma.

Rafael Vicetto, director de la clínica Fisioterapia Vicetto, especializada en diástasis, con una paciente que sufre esta disfunción abdominal

Rafael Vicetto, director de la clínica Fisioterapia Vicetto, especializada en diástasis, con una paciente que sufre esta disfunción abdominal / Fisioterapia Vicetto

Los déficits se sustentan en que hasta hace poco la diástasis abdominal se consideraba solo un problema estético. Incluso hoy día los casos más graves y que requieren cirugía para su corrección no están incluidos en la cartera de servicios del sistema público, salvo casos que vayan asociados a hernias o muy extremos, de aperturas de los rectos de más de 10 centímetros, lo que dificulta muchas tareas cotidianas a las personas afectadas. El resto, si quieren corregirlo mediante operación, tienen que acudir a clínicas privadas.

Problema 'estético'

“El sistema público, a la hora de la cirugía, lo considera un problema estético más que funcional, se ha llegado a pensar que con masajes mejoraba, porque había un gran desconocimiento, al igual que sucedía antes con las pérdidas de orina, que entendía que era algo normal”, explica Rafael Vicetto, director de la clínica especializada en diástasis Fisoterapia Vicetto.

No hay un criterio científico que indique, con exactitud, a partir de cuántos centímetros de apertura de los rectos hay que operar o un tamaño estandarizado a partir del cual la diástasis se considere patológica

Juan José Espert

— Cirujano gastrointestinal

También influye, a punta a su vez Juan José Espert, cirujano gastrointestinal del Hospital Clínic, que no hay “un criterio científico que indique, con exactitud, a partir de cuántos centímetros de apertura de los rectos hay que operar o un tamaño estandarizado a partir del cual la diástasis se considere patológica. Hay veces que con más de tres centímetros los pacientes no tienen ningún síntoma y otros con aperturas más pequeñas sí. No se le ha dado mucha importancia hasta ahora porque la bibliografía no se pone de acuerdo”.

Ante ello, algunos especialistas como la entrenadora y creadora del ‘Reto diástasis’ Gabriela Grande indica que lo ideal sería que el chequeo de esta disfunción forme parte de las pruebas rutinarias que se realizan en las consultas de ginecología y no solo durante o después del embarazo, porque también puede aparecer en la menopausia o con la vejez, dado que se diagnostica con una simple ecografía. Y, evidentemente, también se debería tener más en cuenta en personas con obesidad, tanto en hombres como en mujeres.

Tratamiento

Otro inconveniente es que no hay suficiente información sobre qué se puede hacer o no para evitar o mitigar la diástasis patológica. Prevenir cien por cien es difícil y más si la mujer que da a luz supera la treintena y tiene varios hijos. Incluso personas deportistas y con el abdomen musculado pueden sufrir diástasis patológica, porque influye también la genética y el colágeno que hace que el abdomen se recupere tras el parto. Pero hay menos incidencia entre personas que antes del embarazo tienen un abdomen fuerte.

Los abdominales tradicionales están contraindicados porque pueden aumentar la separación entre los rectos del abdomen

En cuanto a qué hacer tras el parto o tras el diagnóstico de una diástasis, el consejo general es acudir a un profesional especializado que indique el tratamiento concreto para cada tipo de disfunción abdominal y sus síntomas. Porque existe cierta confusión en torno a qué tipos de ejercicios conviene hacer. “Hasta hace poco parecía que los abdominales hipopresivos podían curar la diástasis, pero puede empeorarla”, advierte Vicetto.

Sí hay, en cambio, un consenso generalizado en que los abdominales tradicionales están contraindicados porque con el movimiento arriba y abajo “se aumenta la presión sobre el abdomen y puede hacer que la separación entre rectos se haga más grande”, indica Salido.

Fajas

También hay médicos que recomiendan el uso de fajas, pero no todos los especialistas lo apoyan. En separaciones de los rectos por encima de cinco centímetros y que provocan síntomas no queda más remedio que operar porque “la recuperación con fisioterapia es nula”, según Espert.

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