Estudio europeo

Una dieta equilibrada y el ejercicio físico mejoran la capacidad cognitiva en el síndrome de Down

Una macro-investigación internacional describe cómo estas personas tienen mayor tendencia a la obesidad, y eso se debe al estilo de vida

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Miembros de una asociación de síndrome de Down.

Miembros de una asociación de síndrome de Down.

Beatriz Pérez

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Barcelona
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Las personas con síndrome de Down tienen tendencia a padecer obesidad, y esto no se debe a factores genéticos, sino de estilos de vida. Las personas con síndrome de Down tienen una preferencia por los alimentos dulces y de alto contenido graso. Así lo establece el estudio europeo GODS21 ('Gene overdosage and comorbidities during the early lifetime in Down Syndrome'), un macro-proyecto de investigación internacional iniciado en 2020 con la participación de 12 centros de seis países distintos. Entre las instituciones que lideran este estudio se encuentran el HMRIB-Instituto de Investigación del Hospital del Mar (HMRIB) y el Centro de Regulación Genómica (CRG).

Las conclusiones de este estudio, que no se habían descrito antes y que se han dado a conocer este viernes, también revelan que un mayor consumo de proteínas de calidad, verduras y cereales integrales se asocia con un cociente inetelectual más elevado. En otras palabras: una dieta equilibrada, junto al ejercicio físico, puede mejorar la capacidad cognitiva.

"Este proyecto identifica por qué las personas con síndrome de Down tienen tendencia a la obesidad, y esto no se debe a factores metabólicos, sino que está más bien ligado a la calidad de la dieta", explica a este diario Rafael de la Torre, coordinador del Grupo de Farmacología Integrada y Neurociencia de Sistemas del HMRIB-Instituto de Investigación del Hospital del Mar. De la Torre destaca la "amplitud" de este estudio, en el que han participado desde niños de 12 años a personas mayores. Este especialista destaca, además, que las personas con síndrome de Down suelen ser "más bien sedenterias", pues "su cuerpo no está predispuesto a hacer deporte".

En paralelo, de la Torre señala que la obesidad de una persona suele estar "asociada" a la madre, por eso es importante que las dietas para bajar de peso deben llevarse "de manera conjunta" entre progenitoras e hijos. Esta investigación pone de relieve la necesidad de un enfoque integral en la nutrición de las personas con síndrome de Down, involucrando tanto a las familias como a los profesionales de la salud.

Uno de cada mil bebés

Se estima que la incidencia del síndrome del Down en todo el mundo es de aproximadamente uno de cada mil recién nacidos. Estas personas pueden sufrir varias afecciones médicas que las ponen en mayor riesgo de desarrollar obesidad, en comparación con la población general.

Si la nutrición, como demuestra esta investigación, está asociada a una mayor inteligencia, entonces esta debe considerarse clave en el desarrollo cognitivo y la protección frente a las alteraciones asociadas a la edad. La alimentación equilibrada y el ejercicio físico son fundamentales para prevenir comorbilidades como la diabetes o la esteatosis hepática y para mejorar la capacidad cognitiva.

Según Mara Dierssen, líder del grupo de Neurobiología Celular y de Sistemas del programa de Biología de Sistemas en el Centro de Regulación Genómica de Barcelona), en el síndrome de Down hay "una predisposición genética a la preferencia por los alimentos dulces o de alto contenido graso, como han evidenciado los estudios en modelos animales, posiblemente relacionados con genes específicos".