Escuela inclusiva

Uno de cada tres alumnos catalanes con altas capacidades sufre acoso escolar: "Para muchos el colegio es una tortura"

El 40% de este tipo de alumnado recibe tratamiento psicológico, según un estudio

El infradiagnóstico en Catalunya es superior a la media estatal porque, según las familias, "no se invierte en la formación de profesores"

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El patio de una escuela catalana.

El patio de una escuela catalana. / ACN

Beatriz Pérez

Beatriz Pérez

Barcelona
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Uno de cada tres alumnos catalanes con altas capacidades sufre acoso, mayoritariamente en la hora del patio, y más del 40% se encuentra en tratamiento psicológico. Así lo refleja un estudio en el que han participado más de 300 personas y que ha sido llevado a cabo por la Associació Promotora de la Fundació de Nenes i Nens amb Altes Capacitats (Fanjac), de la que forman parte unas 1.800 familias. En Catalunya hay detectados un 0,27% de alumnos con altas capacidades, frente al 0,6% de España. En algunas comunidades existen cribados para detectar a niños potencialmente con altas capacidades, pero no así en Catalunya, donde el infradiagnóstico es aún mayor que el de la media estatal.

"Los expertos sostienen que existe entre un 10% y un 15% de alumnos con altas capacidades. Catalunya está muy por detrás en la detección porque no se invierte en la formación de profesores, ni en equipos de asesoramiento y orientación psicopedagógico, los llamados EAP. Todo queda en manos de las propias familias", explica Sílvia González, presidenta de Fanjac Barcelona. La entidad estima que, pese al avance de los últimos años, todavía hay un 90% de personas infradiagnosticadas. Este 14 de marzo se celebra el Día Mundial de las Altas Capacidades.

Mayor infradiagnóstico entre niñas

Según Fanjac, en Catalunya hay unos 3.814 alumnos con altas capacidades, de los cuales un tercio son chicas, y dos tercios, chicos. Los especialistas sospechan que esta diferencia entre sexos se debe a que en ellas el infradiagnóstico es aún mayor. "Es más difícil detectarlas porque socialmente se camuflan. Intentan tener un perfil más bajo para integrarse y que no las señalen", señala González. Ocurre lo mismo, por ejemplo, con el trastorno del espectro autista (TEA): el 70% de las mujeres permanecen sin diagnosticar, entre otras cosas porque saben camuflarse mejor.

Los niños y niñas con altas capacidades, por sus propias características, se sienten rechazados por sus iguales dado que tienen un alto nivel cognitivo. Su cerebro funciona de forma más rápida que lo habitual y son capaces de dar respuesta y aportar soluciones innovadoras a los problemas. Cuando esta situación no tiene un acompañamiento y persiste en el tiempo, puede derivar en una "problemática de salud mental", advierte Fanjac. Así, más del 40% de los alumnos están actualmente en tratamiento psicológico y casi el 50% afirma que lo ha estado en algún momento a lo largo de sus estudios.

En ocasiones, los especialistas se han encontrado también a niños con altas capacidades "diagnosticados erróneamente". Por ejemplo, con un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

Falta de recursos públicos

En el 90% de los casos, quien hace la evaluación de los niños y niñas con altas capacidades es un centro privado, "lo que refleja que las escuelas y los EAP no hacen su trabajo", apunta la presidenta de Fanjac Barcelona. El 6% de los diagnósticos los realiza el EAP del departamento de Educació. Y el 4%, los centros públicos. "Sin embargo, el 11% de los informes privados no son aceptados por los EAP", critica González. En Catalunya, a los alumnos detectados con altas capacidades, "en el mejor de los casos", se les hace un "plan individualizado".

"Es fundamental que el sistema tome conciencia de la importancia que tiene para estos alumnos sentirse integrados en el grupo y que, por tanto, ofrezca formación a los docentes e inspectores para ayudarles a detectarlos", añade González. La mayor parte de las veces, son las familias quienes piden una evaluación profesional. Solo en el 4% de los casos son solicitadas por representantes de los EAP o los centros de desarrollo infantil y atención precoz (CDIAP).

Para Fanjac, solo el 21% de los docentes catalanes tienen conocimientos suficientes sobre las características y condiciones de esta diversidad. En su mayoría, "no saben cómo actuar ni cómo ayudar a los alumnos". "Ninguna de las universidades catalanes que forman a nuestros profesores del futuro tratan el tema de las altas capacidades. En el mejor de los casos, es un pequeño apartado dentro de una asignatura que acostumbra a ser optativa", cuestiona González.

La hora del patio, crucial

Según el estudio de Fanjac, la hora del patio es el momento en el que se producen más casos de acoso, superando las horas del comedor y de la clase. Además, a pesar de que la mayoría de las escuelas en las que estudian disponen de protocolos contra el acoso escolar, en una proporción considerable no se activan. "Para ellos el colegio es una tortura. Algunos acaban desarrollando problemas psicológicos, o dolor de barriga, de cabeza... Estados de ansiedad provocados por estar tantas horas en clase", dice la presidenta de Fanjac.

Aunque no existe un "perfil homogéneo" de alumno con altas capacidades, sí hay unos "rasgos". "Son niños con una curiosidad diferente por muchos temas. Una creatividad inusual que se sale de lo estándar, una gran capacidad para observar, un gran nivel de lógica y una gran capacidad de memoria", apunta Mónica Cortés, psicóloga especializada en altas capacidades. Según Cortés, los alumnos con altas capacidades tienen "muchas ganas de aprender y aprenden muy rápido", y muchas veces lo hacen "de forma diferente". "Normalmente tienen intereses de edades que no les tocan y les gustan mucho los retos: son autoexigentes y perfeccionistas", añade.

"No es ninguna patología"

Los psicólogos prefieren hablar de "identificación" de las altas capacidades en vez de "diagnóstico" porque "no es ninguna patología". "Estos niños se identifican mediante pruebas psicométricas. También evaluamos la creatividad, la personalidad, la parte emocional… Y hacemos entrevistas con los padres y la escuela", explica Cortés.

En el ámbito emocional, "hay pocos estudios al respecto", reconoce esta psicóloga, pero sí se ve "una mayor intensidad en sus demandas, una autoexigencia y un perfeccionismo", que a veces les juega "una mala pasada". No necesariamente, precisa, tienen por qué tener "dificultades" en las relaciones sociales.

Una persona con altas capacidades no es lo mismo que una persona superdotada. Las altas capacidades son un "paraguas" que engloba la precocidad, los talentos simples (el tener una habilidad en un área concreta, como por ejemplo la lingüística), los talentos compuestos (en los que se juntan varias capacidades: aquí suele estar el talento académico, pero los expetos matizan que solo un porcentaje pequeño de niños con altas capacidades sacan buenas notas) y la superdotación (donde se mezclan todos los talentos).

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