Salud

El 60% de las personas mayores de 30 años tienen nódulos benignos en las glándulas suprarrenales

Se suelen diagnosticar de forma accidental cuando una persona se hace un TAC

El estrés aumenta los niveles de cortisol, pero no causa síndrome de 'cushing'

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Un TAC en un hospital catalán.

Un TAC en un hospital catalán. / El Periódico

Beatriz Pérez

Barcelona
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El 60% de las personas mayores de 30 años tienen "nodulitos" en las glándulas suprarrenales, dos pequeños órganos que se ubican encima de cada riñón. Son benignos y se llaman "incidentalomas suprarrenales no funcionantes", precisamente porque "no funcionan". "Se suelen diagnosticar de forma accidental cuando una persona se hace un TAC. Entonces salta la alarma y la gente cree que tiene el síndrome de Cushing, pero no es así", explica la endocrina del Hospital Clínic (Barcelona) Felicia Hanzu, coordinadora del área de neuroendocrinología de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). 

El síndrome de Cushing se produce cuando el cuerpo tiene demasiado cortisol (la hormona del estrés, pese a que los médicos aclaran que estar estresado no causa Cushing) durante mucho tiempo. Glándulas de la tiroides como la suprarrenal "pueden ser propensas" a generar nódulos. "La mayoría no hacen nada, pero se deben practicar pruebas para asegurarse de ello. Se llaman incidentalomas y son nódulos que aumentan con la edad", cuenta Hanzi. En tiroides, estos nódulos son más frecuentes en mujeres mayores de 30 años. Así como "no aumentan" los pacientes con Cushing, sí crece el número de incidentalomas. Es decir, personas que llegan a la consulta con imágenes con un nódulo. "La razón es porque se hacen más pruebas de imagen, más TAC. Se llaman hallazgos subclínicos", cuenta Hanzu.

Cortisona para el dolor

Los fármacos son el principal motivo del Cushing. La cortisona es un medicamento indicado para patologías como el asma, la artritis o incluso el cáncer, entre otras muchas afecciones. Sirve para aliviar el dolor o la hinchazón. "La cortisona, como medicamento, se ha utilizado en muchas enfermedades porque nos ayuda en situaciones de estrés: baja la inflamación o las defensas si estas están demasiado disparadas", apunta el jefe de sección emérito del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital del Mar (Barcelona), Albert Goday.

En los últimos años, precisa Goday, se están prescribiendo menos medicamentos con cortisona porque existen más fármacos dirigidos a estas afecciones. "Por este motivo vemos menos los problemas médicos por exceso de esta hormona", apunta este endocrino, quien recuerda que los corticoides tienen sus "riesgos". "En general hablamos de personas que fabrican la hormona [el cortisol] de manera normal, pero que necesitan niveles mucho más altos para superar su enfermedad pulmonar, su asma, su cáncer...", cuenta.

Por último, el endrocino precisa que, junto al cortisol, las otras dos hormonas implicadas en el estrés son la adrenalina y la hormona del crecimiento. "Cuando tenemos una situación estresante, el corazón va más rápido y aumenta la frecuencia cardiaca. Hace que suba la presión arterial, que tengamos los ojos más abiertos. La hormona del crecimiento, en situación de estrés, también sube", concluye este endocrino del Hospital del Mar.