Consorci Sanitari de l'Anoia

Las dificultades del cerebro para aprender de los errores podrían explicar las autolesiones en jóvenes

Autolesiones, intentos de suicidio y anorexia: cuando el 'bullying' se sufre en silencio

Las autolesiones en jóvenes generan adicción y un 30% pueden acabar en suicidio, el doble que en adultos

Un menor de edad juega con su teléfono móvil.

Un menor de edad juega con su teléfono móvil. / Emilio Morenatti / AP

Beatriz Pérez

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Los jóvenes que se autolesionan tienen dificultades para procesar el aprendizaje por refuerzo negativo, es decir, para evitar comportamientos con consecuencias negativas. Esta dificultad se explica por una menor activación del núcleo accumbens, una región del cerebro clave en el procesamiento de recompensas y castigos. Esta alteración hace que estas personas tiendan a centrarse en el beneficio inmediato y a no considerra las consecuencias a largo plazo.

Así lo recoge un estudio publicado en la revista 'Journal of Affectibe Disorder' realizado por investigadores del Servei de Salut Mental i Addiccions del Consorci Sanitari de l'Anoia y que contó con la financiación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. La investigación buscaba explorar cómo el sistema de recompensa del cerebro está alterado en jóvenes que se autolestionan y en ella han participado jóvenes de entre 18 y 30 años, mayoritariamente de la comarca de la Anoia. Para ello, los investigadores utilizaron técnicas avanzadas de resonancia magnética funcional para analizar el procesamiento de recompensas y castigos del cerebro.

Tres grupos

Como explica a este diario el investigador principal y psicólogo Daniel Vega, el estudio contró con tres grupos. El primero era el grupo de control, compuesto por jóvenes que no se autolesionaban y sin problemas de salud mental. El segundo era el grupo "subclínico" y estaba formado por jóvenes que se autolesionaban pero que no estaban en tratamiento y que no tenían ningún trastorno diagnosticado. Y el tercero era el grupo "clínico", el más extremo de los tres, formado por personas con trastorno límite de la personalidad.

"Queríamos ver si lo que nosotros esperábamos encontrar se daba igual o parecido en el grupo subclínico y en el clínico, en comparación con el grupo de control", cuenta este psicólogo, quien añade que la resonancia magnética funcional tiene la particularidad de que permite ver, en tiempo real, lo que pasa en el cerebro cuando el individuo está haciendo una tarea.

Memorizar frutas

Así, los investigadores colocaron a los participantes en el escáner y, una vez allí, les pidieron memorizar una asociación de frutas y a continuación clicar un botón en función de cuál creían que era la fruta ganadora. "Si acertaban, les salía un 'like'. Si no, una equis. Esto muchas veces nos indica cómo aprende la persona: si más por reforzamiento positivo o negativo". Y fue cuando vieron que las personas que se autolestionan tienen dificultades para aprender por el refuerzo negativo, es decir, para anticipar las consecuencias negativas de su comportamiento.

"En estas personas tienen más peso las consecuencias positivas a corto plazo que las consecuencias negativas a largo plazo. Y es un resultado muy parecido tanto en el grupo clínico como en el subclínico", señala el psicólogo. "Este estuido nos ayuda a entender mejor los mecanismos neurobiológicos de las autolestiones", añade. Además, las conclusiones también aportan información valiosa por orientar tratamientos más efectivos para que estas personas puedan "identificar" las consecuencias negativas de la autolesión y empezar a plantearse un cambio.

Este es el primer estudio que aplica un paradigma de selección de estímulos probabilísticos por analizar el aprendizaje de recompensas y penalizaciones en jóvenes que están lidiando con la autolesión, ofreciendo una nueva perspectiva sobre cómo las alteraciones del sistema de recompensa pueden contribuir a estas conductas.