Polimedicación en Catalunya

El Omeprazol, en el punto de mira de Salut: "La mitad de los mayores que lo toman no tienen indicación"

Este protector gástrico, junto a las benzodiacepinas y los opioides, es uno de los fármacos peor utilizados entre la población

Radiografía del paciente polimedicado en Catalunya: una mujer, de edad avanzada, que reside en Barcelona

Estos son los centros de salud de Catalunya con más pacientes polimedicados

Diversos envases de Omeprazol de distintos laboratorios

Diversos envases de Omeprazol de distintos laboratorios / LUISMA MURIAS / LNE

Beatriz Pérez

Beatriz Pérez

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La polimedicación empeora año tras año no solo en Catalunya, sino en España y en el resto de países occidentales, como reconoce la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). En el territorio catalán, un 4,1% de los pacientes estaban polimedicados (tomaban 10 fármacos o más) en 2023, último año del que ofrece cifras la Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries de Catalunya (Aquas),  dependiente de la Conselleria de Salut. En 2022, eran un 3,9%. "Nos preocupa la polimedicación porque los medicamentos no están exentos de efectos adversos", avisa Santi Grau, director del Área del Medicamento del Hospital del Mar (Barcelona).

El Omeprazol, advierte Salut, puede comportar una mala absorción de nutrientes y de vitaminas como el magnesio. También infecciones, osteoporosis y daños en el riñón

Aunque el envejecimiento poblacional puede explicar la polimedicación (los fármacos más prescritos en España son los destinados a enfermedades cardiovasculares –infartos o ictus– y al sistema nervioso –antidepresivos, ansiolíticos y demencias–, según la SEFH), los médicos llaman a revisar la prescripción de algunos que no son tan necesarios como parece. El Omeprazol, que a menudo se utiliza como protector gástrico, es uno de los medicamentos que peor se utilizan, según los expertos consultados por EL PERIÓDICO. Ocurre lo mismo con el ibuprofeno, las benzodiacepinas (psicotrópicos como sedantes, hipnóticos, ansiolíticos o relajantes entre los que figuran medicamentos como el Valium, el Lexatin o el Orfidal) y los energéticos opioides (como es el caso del Tramadol).

Se trata de algunos de los fármacos cuya ingesta Salut prevé disminuir con campañas de concienciación tanto para médicos como para pacientes. El Omeprazol, advierte Salut, puede comportar una mala absorción de nutrientes y de alguna vitamina como el magnesio. También infecciones, ya que hay muchas bacterias que entran a través del estómago. Y, por último, puede provocar osteoporosis y daños en el riñón.

"Se podría revisar"

"La mitad de la gente mayor que toma Omeprazol no tiene indicación. Este es uno de los fármacos que influyen en la polimedicación y que, en muchos casos, se podría revisar y retirar", señala Manuel Medina, médico de familia y experto en atención primaria del Aquas. "Tanto médicos como pacientes debemos incidir en la adecuación de los fármacos", añade. Según Salut, en la atención primaria de Catalunya, entre octubre de 2023 y septiembre de 2024, el 48,7% de las personas que recibieron un inhibidor de la bomba de protón (el Omeprazol pertenece a esta familia de fármacos) no tenían una indicación justificada.

"Del total de pacientes, un 20% de los que toman Omeprazol no lo necesitan. Y nadie ha hecho una revisión"

Neus Carrilero

— Coordinadora de investigación en atención primaria del Parc Sanitari Pere Virgili

En este extremo abunda también la farmacéutica Neus Carrilero, que a su vez es coordinadora de investigación en atención primaria del Parc Sanitari Pere Virgili. "Del total de pacientes, un 20% de los que toman Omeprazol no lo necesitan. Y no se ha hecho revisión", opina Carrilero. El médico de primaria y vocal de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària (Camfic), Jordi Mestres Lucero, señala a los hospitales. "Muchos casos de Omeprazol vienen prescritos del hospital", avisa. Los inhibidores de la bomba de protones son solo necesarios en casos concretos, como cuando se toma una combinación de medicamentos que puede provocar algún problema en el sistema digestivo, también cuando hay otros factores de riesgo como tener más de 65 años o que el paciente haya sufrido alguna úlcera.

Más fármacos

Más allá del Omeprazol, existe también una sobreprescripción de benzodiacepinas (los psicotrópicos como sedantes, hipnóticos, ansiolíticos o relajantes). "Hay mucha inadecuación. Un antipsicótico, por ejemplo, debe darse durante un tiempo corto, no se puede alargar más de equis meses. Pero hay gente que lleva con el Diazepam toda la vida, y esto causa somnolencias. Y, además, existe clarísimamente más riesgo de fracturas, sobre todo en gente mayor", señala Carrilero, quien admite que existe una "demanda social" de este tipo de medicamentos. "Sin embargo, hay otras maneras de batallar con el insomnio", cuestiona.

"Hay pastillas que se pueden parar. Hay un control excesivo de las enfermedades crónicas. En pacientes de edad muy avanzada, las guías recomiendan no ser tan estrictos con los controles"

Jordi Mestres Lucero

— Médico de primaria y vocal de la Camfic

Los antidepresivos y los energéticos opioides (para el dolor crónico no oncológico) tampoco se están "utilizando bien", precisa esta farmacéutica. En Catalunya, un estudio realizado en la atención primaria que incluyó a 22.691 pacientes con dolor crónico no oncológico ya mostró que un 87,4% de ellos recibieron una dosis equivalente a más de 50 miligramos de morfina por día y un 63,4% de ellos, de más de 90 miligramos, según Salut. "También se está intentando reducir un poco el uso del ibuprofeno. Ya se han empezado a rebajar las dosis: en las farmacias solo venden sin receta los comprimidos de 400 gramos", añade.

En paralelo, la atención primaria llama a hacer "más esfuerzos" para conciliar los fármacos. "Hay pastillas que se pueden dejar de prescribir. Hay un control excesivo de las enfermedades crónicas, por ejemplo de la diabetes. En pacientes de edad muy avanzada, las guías recomiendan no ser tan estrictos con los controles. No hablamos de parar la medicación, sino de reducirla. En esto consiste el balance riesgo-beneficio. A una persona de 90 años, encamada y con demencia, quizá no la beneficia", reflexiona Mestres Lucero. "Hay medicamentos que a una determinada edad no tiene sentido mantener", zanja.

Suscríbete para seguir leyendo