El verano en Catalunya
Medusas, erizos y peces araña: los males más temidos de las playas catalanas
Turistas con otitis, picaduras de erizos de mar y resfriados: el día a día en verano de un CAP de la costa Brava
Fiebre hemorrágica: la enfermedad transmitida por garrapatas y que diseminan las aves migratorias (y no la inmigración, como dice Vox)
Beatriz Pérez
Periodista
Responsable del área de sanidad/salud de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA desde 2018. En este tiempo he podido profundizar en temas de relevancia social y humana, como la pandemia de covid-19, el sistema de salud catalán, los avances médicos o las desigualdades en el acceso a la sanidad. En abril de 2024, gané la primera edición del Premi Salut i Drets Socials del Col.legi de Periodistes de Catalunya (demarcación de Tarragona).
Las patologías más típicas del verano que ve la atención primaria son las picaduras de medusas, de erizo de mar y de pez araña. También hay otras emergentes como el dengue, transmitida por el mosquito tigre y cada vez más habitual en el Mediterráneo, o la fiebre botonosa mediterránea y la enfermedad de Lyme, ambas transmitidas por las garrapatas.
"Las cosas más habituales son siempre las relacionadas con el mar. Medusas, erizos y peces araña. El más raro es este último", explica el médico de familia Jordi Mestres Lucero, vocal de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària (Camfic). "Y fuera de mar, son posibles las enfermedades transmitidas por mosquitos y garrapatas, que se irán incrementando", advierte.
Así por ejemplo, en el Mediterráneo son frecuentes las medusas, que inoculan una neurotoxina y generan una quemadura, un "dolor muy intenso". "Estas picaduras deben vigilarse mucho en niños pequeños, porque a veces se ponen la mano con la picadura de la medusa en la cara", explica. Por su parte, el pez araña es propio de zonas que están "debajo de la arena". Tiene un pincho y, al pisarlo, inocula una neurotoxina. "Genera un dolor muy intenso y, en algunos casos, aunque es muy raro, puede provoca un 'shock' anafiláctico", cuenta este médico.
En el caso de picadura de medusa se recomienda salir del agua e intentar retirar el resto de tentáculos con una pinza. Y la zona afectada se ha de poner en agua salada, no agua dulce, precisa Mestres. "A partir de aquí hay que vigilar mucho con la exposición al sol, porque es como si quedara una quemadura", añade.
En el caso del pez araña, debe intentarse sumergir la zona afectada en agua caliente porque el calor inactiva la toxina. "Los erizos dan problemas locales, pero no inoculan toxinas. Y aquí se tiene que intentar retirar bien el pincho", cuenta. Hay pomadas específicas que ayudan a expulsar el pincho del erizo.
Picaduras
Las picaduras de garrapatas, la mayoría de las veces, "no generarán transmisión de ninguna patología". Pero es verdad que sí se producen algunas, como por ejemplo, la fiebre botonosa del Mediterráneo, que consiste en la inoculación de la bacteria 'Rickettsia conorii' y que genera un estado febril.
Las garrapatas, cuyas picaduras se producen sobre todo en el campo y zonas rurales, también transmiten la enfermedad de Lyme, cuya frecuencia es "baja". Se trata de una enfermedad bacteriana que a veces no causa una clínica "tan aguda como la fiebre botonosa". En la fase inicial pueden darse fiebre y malestar y aparecer manchas en la piel, por lo que se puede diagnosticar fácilmente un Lyme, pero la afectación al cabo de semanas o meses puede ser en el corazón o en el cerebro, con arritmias, parálisis facial y pérdida de memoria o sensibilidad.
Las garrapatas, de manera excepcional, también pueden transmitir la fiebre hemorrágica Crimea-Congo, pero en casos más minoritarios. La enfermedad ha vuelto recientemente al foco mediático porque un hombre de 74 años murió a finales de julio en el Hospital de La Paz de Madrida causa de haber contraído esta fiebre tras una picadura de garrapata. Puede empezar como una "especie de gripe" que rápidamente desemboca en unas hemorragias internas y externas en la persona. "Es una enfermedad grave. En España hubo unos 14 o 15 casos en los últimos años y unas cinco muertes. La letalidad es elevada", explicaba hace días en EL PERIÓDICO el epidemiólogo Joan Caylà.
"Nos estamos tropicalizando un poco. Por eso hay que hacer un buen seguimiento de los casos de dengue autóctono transmitido por mosquitos", destaca este médico. El dengue incluye síntomas como dolores de cabeza, dolores musculares, náuseas o vómitos. Normalmente es bastante leve, pero en el 10% de los casos se producen complicaciones que pueden comportar, por ejemplo, daños neurológicos. Se trata de una enfermedad importada del sur, pero cada vez es más habitual que se den casos autóctonos, transmitidos a través de la picadura de mosquitos.
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