Efectos del envejecimiento en España
Las caídas mortales llegan a su máximo histórico y superan a los suicidios: provocan 11 muertes al día
Más del 80% las sufren personas mayores de 65 años, ya sea en casa, solas, o en la calle
Los expertos critican que las administraciones apenas dediquen recursos a la prevención y a los cuidados
Las mujeres protagonizan el envejecimiento activo: copan las universidades y talleres para mayores
Patricia Martín
Periodista
Escribo en la sección de Sociedad, normalmente sobre temas sanitarios, de mujeres, violencia machista, infancia o consumo; aunque también he trabajado en otras secciones de El Periódico, como Política o Tribunales. Mi trayectoria profesional comenzó en medios locales, incluida una emisora regional de la 'Cadena Ser', y trabajé también para 'El País' y 'Cinco Días'.
La estadística del INE sobre defunciones en 2023, publicada a finales de junio, revela que las caídas superaron a los suicidios como primera causa de muerte externa (no causada por una enfermedad). Se trata de una realidad que forma parte del día a día en los servicios sanitarios pero que es bastante desconocida entre la población porque pocas veces se piensa que una caída, salvo que sea muy grave, de un puente al vacío, por ejemplo, pueda provocar la muerte de la persona.
Pero lo cierto es que el año pasado se produjeron 4.018 caídas mortales, frente a 3.952 suicidios , 3.625 ahogamientos y 1.750 accidentes de tráfico, lo que supone que una media de 11 personas al día fallecen después de precipitarse accidentalmente o semanas o meses después, a consecuencia del siniestro. Y no se trata de un hecho puntual, sino una tendencia al alza desde los años 90, que en España marcó en 2023 un máximo histórico debido al envejecimiento de la población. En 1980 se producían unas 700 caídas mortales, cinco veces menos.
Cada día vemos más caídas en los servicios de urgencias y tiene una explicación: el envejecimiento de la población, unido a que muchas personas mayores viven solas y están polimedicadas
"Cada día vemos más caídas en los servicios de urgencias y tiene una explicación: el envejecimiento de la población, unido a que muchas personas mayores viven solas y están polimedicadas", explica José Ramón Casal, secretario de formación de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES).
En las casas y en la calle
Efectivamente, más del 80% de las caídas mortales las sufren personas mayores de 65 años, sobre todo mujeres que se suelen caer en su casa y solas. "Es muy frecuente que nos lleguen personas que se caen porque se levantan al baño, no encienden la luz y se desorientan", explica el doctor Casal. No obstante, también se producen muchas caídas en el exterior y algunas investigaciones establecen que la mitad son en el hogar y la mitad en la calle.
Y, aunque las caídas son el resultados de múltiples factores de riesgo, los estudios suelen diferenciar entre causas ambientales o extrínsecas, como son el estado del suelo, los bordillos, socavones o el uso inadecuado de alfombras en las casas, e intrínsecas, en referencia a las enfermedades que pueden favorecer o provocar que una persona se caiga.
"Las caídas no están relacionadas con la edad en sí, sino con las patologías crónicas, sobre todo las enfermedades neurológicas, cardiovasculares y la toma de ciertos fármacos", añade Marco Inzitari, expresidente de la Sociedad Catalana de Geriatría y Director de Atención Intermedia (geriatría y cuidados paliativos) del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya.
Las caídas pueden estar provocadas por problemas de hipertensión, demencias, osteoporosis o problemas visuales o auditivos y evolucionan peor cuanto más edad tiene la persona que sufre el accidente
De hecho, un estudio realizado por la Fundación Mapfre con más de 1.600 pacientes mayores de 65 años, atendidos en cinco servicios de urgencias, indica que los factores ambientales son más frecuentes en menores de 75 años (el 67%) pero en los mayores de 85 años casi la mitad de las caídas son por factores relacionados con el propio paciente. Por ejemplo, suelen padecer hipertensión, demencias, osteoporosis o problemas visuales o auditivos. Además, las caídas suelen evolucionar peor a más edad del paciente, provocan ingresos hospitalarios más largos y más fallecimientos.
"La caída que se lleva la palma son los traumatismos craneoencefálicos. Si una persona mayor se golpea en la cabeza y toma anticoagulantes, se puede producir una hemorragia cerebral que acabe en fallecimiento. Y también son complicadas las roturas de cadera, las personas se quedan encamadas, lo que puede provocar atrofia muscular y más infecciones. La actividad es vida. Y las intervenciones quirúrgicas son más complicadas en este sector de la población", añade el urgenciólogo.
Tras una caída, cae un 10% la cifra de personas independientes, un 2% se convierte en dependiente y a los 6 meses, un 11% ha muerto y un 8% ha sido trasladado a una residencia
El estudio de Mapfre, de los pocos que arrojan luz sobre este fenómeno, indica que las caídas en personas mayores suelen provocar un importante deterioro funcional: mientras antes del accidente el 60% de los pacientes eran independientes, después el porcentaje cae hasta el 50% y un 2% se convierte en totalmente dependiente. Y a los seis meses, el 11% han fallecido, un 8% han sido trasladados a una residencia, un 10% ha sufrido una nueva lesión y un 4,5%, una nueva fractura.
"El problema es de primera magnitud pero la respuesta de las administraciones no está a la altura"
El problema es, por tanto, de primera magnitud, pero la respuesta de las administraciones no está a la altura, según denuncia Javier Larrea, presidente del Observatorio de Prevención de Riesgos y Accidentes. "Sin querer denostar nada ni a nadie, se ha montado todo un despliegue de recursos para evitar los incendios o las muertes por violencia de género, pero hay cero euros del Estado y de las comunidades para evitar las 4.000 muertes por caídas. Es un problema social no atendido por las autoridades políticas y administrativas. Y como se ha visto con los accidentes de tráfico, cuando se invierte, hay reducción. Si no se hace nada, aumenta el problema", sostiene. En mente, una realidad: con la mayor esperanza de vida, cada vez hay más personas mayores de 65 años. Según proyecciones del INE, en 2074, el 30,3% de las personas residentes en España, que serán unos 54,6 millones, tendrán 65 años o más.
No hay recursos suficientes para ayudar a los pacientes y sus familias y servicios de rehabilitación o ayuda a domilicio tienen largas listas de espera
Además de la escasa inversión en prevención, Larrea critica que tampoco hay recursos suficientes para ayudar a los pacientes y sus familias tras una caída. Solicitar ayuda a domicilio o una residencia tiene largas listas de espera, así como los servicios de fisioterapia, por lo que mientras las ayudas llegan, las familias tienen que cuidar a las personas que tras el siniestro quedan dependientes, asumiéndolo ellas como pueden o pagando servicios privados.
Para paliar el problema, Larrea propone crear un Centro Nacional de Prevención de Accidentes, que se encargue del seguimiento y registro de las muertes accidentales y de la puesta en marcha de medidas preventivas. Asimismo, reclama que los ayuntamientos creen concejalías de longevidad, que se ocupen de las necesidades de las personas mayores.
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