Guía | 10 consejos para proteger a los niños del impacto de la contaminación

Tomar conciencia

Conocer las consecuencias del cambio climático y sus efectos en la infancia y las mujeres gestantes hace que la persona pueda decidir más conscientemente dónde compra, come, cocina, viste y, en definitiva, cómo vive.

Disminuir la contaminación atmosférica

Por ejemplo, reduciendo el uso de vehículos motorizados y potenciando la movilidad activa y sostenible (a pie o en bicicleta), ya que al tiempo que disminuimos la emisión de partículas contaminantes, aumentamos nuestra actividad física y la de nuestros niños.

El embarazo: una gran oportunidad

La gestación puede ser una buena etapa para adoptar nuevos hábitos saludables y evitar la exposición a riesgos ambientales (como la alimentación, la cosmética, los productos de limpieza...) que pueden tener consecuencias negativas en el feto y en generaciones futuras.

Alimentación sostenible

Moderando el consumo animal y basando nuestra ingesta en alimentos vegetales, de proximidad y no procesados, podemos conseguir una dieta saludable al tiempo que reducimos el impacto medioambiental que comporta.

Ventilación

Las personas pasan entre un 80% y un 90% de su tiempo en espacios cerrados, inhalando diferentes sustancias tóxicas que ellas mismas generan o son liberadas por los materiales de los tejidos (como polvo, humedad, compuestos orgánicos volátiles, etcétera). Una ventilación diaria de pocos minutos, también en las escuelas, puede evitar esta acumulación y sus posibles efectos.

El agua: un bien escaso

Disponemos de diferentes opciones de consumo de agua para cubrir nuestras necesidades (logísticas, familiares y económicas), por lo que hay que hacer el uso más adecuado posible.

Renaturalización

El contacto con la naturaleza aporta claros beneficios en la salud infantil, sobre todo en la esfera de la salud mental, y en el aumento de la actividad física.

Reducir el ruido

Un diseño urbano dirigido a la reducción del ruido y la existencia de planes de acción específicos son claves para disminuir los riesgos acústicos para la salud de las ciudades. Por ejemplo, el uso de pavimentos sonorreductores, limitar el volumen del tráfico, disminuir los límites de velocidad o la promoción de áreas verdes y silenciosas, entre otras.

Planificación urbanística

Las ciudades diseñadas para las personas (con espacios delimitados, zonas verdes y azules y con el transporte público como eje principal) permiten desplazamientos más seguros, fáciles, agradables y una vida más saludable.

"Los pequeños cambios son poderosos"

A medida que se toma conciencia de cómo mejorar la salud mendioambiental, las personas también ven que queda mucho trabajo por hacer. Es importante tomar perspectiva e ir sumando pequeños cambios que estén al alcance, según Faros, el observatorio para la promoción de la salud del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona.