Dermatología

¿Qué es la miliaria, las ampollas y sarpullidos que aparecen en nuestra piel con el calor?

Efetcos de la miliaria, también conocida como sudamina o sarpullido de calor

Efetcos de la miliaria, también conocida como sudamina o sarpullido de calor

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Todo lo que rodea el cambio climático en cuanto a la frecuencia con la que van surgiendo las olas de calor -temperaturas extremas, riesgo de incendios, épocas de sequías, noches tropicales- comporta una serie de consecuencias para nuestra salud a corto -insolaciones, insomnio- y largo plazo que, por desgracia, tienen todos los visos de convertirse en dolencias y afecciones cada vez más habituales.

Una de esas afecciones es la miliaria, también conocida como sudamina o sarpullido de calor que sucede en escenarios de altas temperaturas y de gran humedad.

Síntomas de la miliaria

La miliaria es perfectamente visible porque origina unas ampollas en la piel de color rojizo -parecidas a las espinillas- que suelen provocar ardor y escozor en la piel. En contadas ocasiones también puede provocar cierta hinchazón de la piel.

Estos sarpullidos suelen aparecer en todas aquellas zonas donde la piel se pliega, donde la sudoración es mayor y, también donde el roce con la ropa es más habitual. Así, lo más común es que aparezca en muslos, pecho, codos, espalda y cuello.

Esto sucede cuando las glándulas sudoríparas se obstruyen y el cuerpo transpira más de lo normal. Es por ese motivo que afecta más a los bebés, que aún no tienen las glándulas sudoríparas perfectamente desarrolladas, que a los adultos.

Cómo prevenirlas y tratarlas

Y aunque no es una enfermedad grave, sí que es necesario extremar el cuidado en los infantes para prevenir estas ampollas, primando los lugares ventilados, frescos y secos y vistiéndolos con ropas ligeras y de tejido suave y absorbente para evitar que el roce de las telas originen los sarpullidos.

La forma de actuar cuando ya padecemos la miliaria también es sencilla: mantener la piel limpia y seca y esperar a que de forma natural vaya desapareciendo. Pero en caso de no remitir, o cuando el escozor y los sarpullidos se agravan, hay que acudir inmediatamente al dermatólogo.