Enfermeras de práctica avanzada: "Queremos más remuneración por nuestra especialidad"

"No somos las cuidadoras de los pacientes, somos las prescriptoras de los cuidados". Lo dice Montse Martínez, adjunta a la Dirección de Enfermería como responsable del área del Conocimiento y Evaluación del Hospital Vall d'Hebron. "Una enfermera valora, diagnostica y se marca un plan de trabajo para conseguir unos objetivos de salud". Martínez sabe que, a la hora de la verdad, solo los pacientes son conscientes del verdadero papel de estas profesionales sanitarias. El covid-19 ha visibilizado la importancia de la enfermería, pero el colectivo, formado en un 80% por mujeres, sigue teniendo la sensación de que con frecuencia se simplifica su papel. "Hace falta una visión científica e innovadora de nuestra profesión, que tiene un impacto directo en la salud de los pacientes", insiste.

En los últimos años, la especialización, representada en la figura de las enfermeras de práctica avanzada (EPA), se ha ido abriendo camino en el campo de la enfermería, lo que refleja el afán de dar respuesta a las diferentes necesidades de los pacientes, cada vez más envejecidos. También es una prueba de la complejidad de una profesión que, a raíz de la crisis sanitaria, no solo se ha revelado necesaria, sino también imprescindible. Este 12 de mayo se celebra el Día Mundial de la Enfermería.

Anna Herraiz es enfermera en práctica avanzada en la Unidad de Lesionados Medulares del Hospital de Traumatología y Quemados de Vall d'Hebron. "Las enfermeras de práctica avanzada (EPA) son aquellas que tienen la experiencia, es decir, que tienen más conocimientos", cuenta Herraiz. Las EPA son profesionales de enfermería con un enfoque especializado, capacidad y conocimiento para tomar decisiones complejas y una amplia práctica. Tienen una especialización de máster universitario. ¿Cobran más por tener esta especialidad? "No. No tenemos más remuneración por esta especialidad, y esta es una de nuestras reivindicaciones", defiende Herraiz.

Lesionados medulares

El trabajo de esta enfermera consiste en evitar que los enfermos con lesiones medulares tengan lesiones fuera del hospital. "Y, cuando están dentro del hospital, formo a mis compañeras en la prevención de estas llagas", añade. En 2013, entró en la primera enfermera de práctica avanzada en el Hospital de Traumatología de Vall d'Hebron. El hospital cuenta con la especialidad de Herrainz desde 2018, si bien ella lleva trabajando con lesionados medulares desde 2006. "Estas especialidades se van creando en función de las necesidades de los enfermos, para hacer la continuidad de los cuidados fuera del hospital", dice Herraiz.

Las especialidades se crean en función de las necesidades de los enfermos, para continuar los cuidados fuera del hospital

Las lesiones medulares son una patología muy desconocida que, como explica esta enfermera, asusta mucho a la gente. Por eso ocurre a menudo que los enfermos con complicaciones leves acuden al hospital. "Y a veces no es necesario. Por eso tengo un 'feedback' con los CAP de la zona y con centros sociosanitarios que necesitan ayuda con los cuidados de estos pacientes", relata.

Herraiz, que ha rotado por todo el hospital, afirma que le gusta trabajar en esta unidad, pese a que es "dura" porque los pacientes que están en ella no se recuperarán. "Harán una vida más o menos adaptada, pero no tendrán la vida que tenían antes. Es hacer un parón y comenzar a vivir de otra manera, y eso a veces no es fácil". El perfil de los enfermos es muy variado, desde gente muy joven a gente muy mayor. "La implicación emocional es muy alta". El trabajo de Herraiz consiste también en adaptar al enfermo a hacer vida fuera del hospital, ya que muchos espacios no están adaptados para estos ciudadanos.

El testimonio

Uno de ellos es David Coca, de 45 años. Se quedó tetrapléjico en 2017 tras un accidente de moto. Es paciente de Herraiz en la Unidad de Lesionados Medulares. "Me ha ayudado a ganar mucha libertad porque, cuando salí a la calle, me lo encontré todo de nuevo", relata Coca. Él, por ejemplo, se pasaba prácticamente cada semana en las Urgencias del CAP. "Ayudado por Ana [Herraiz] tuvimos que enseñarles a la enfermera y el médico del CAP cómo se tenían que hacer las cosas porque desconocían totalmente la lesión medular. No sabían qué hacer", cuenta.

Para él, lo más importante que ha aprendido con su enfermera es saber lo que le pasa, cuándo le pasa y por qué le pasa. "Por ejemplo, cuando tengo más espasmos de lo normal o noto las piernas muy calientes es porque tengo infección de orina, por ejemplo", dice Coca. "Yo no siento el dolor, pero lo identifico de otra manera. Y eso me lo han enseñado aquí", concluye.

Suscríbete para seguir leyendo