A partir del 20 de abril

España dice adiós a las mascarillas en interiores mientras mira de reojo la subida del covid

La evolución de las próximas semanas pondrá a prueba la nueva estrategia de control de la pandemia, centrada solo en los vulnerables

¿En qué espacios seguirá siendo obligatoria la mascarilla?

¿En qué espacios seguirá siendo obligatoria la mascarilla? / Luis Tejido

Beatriz Pérez

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Hay quienes contienen la respiración con la retirada en España, a partir de este miércoles 20 de abril, de la obligatoriedad de las mascarillas en interiores. Otros no creen que vaya a influir demasiado en la evolución de la pandemia de covid-19, pues los cubrebocas seguirán siendo obligatorios en espacios como el transporte público, hospitales o residencias de ancianos. En Catalunya, los alumnos volverán mañana a las aulas sin ellas. Todos los expertos consultados por este diario coinciden, eso sí, en que habrá que estar alerta a lo que pueda pasar con el fin de esta medida, la más simbólica quizás de estos dos últimos años pandémicos. Lo que ocurra a partir de ahora pondrá a prueba la nueva estrategia de control del virus, centrada solo en la protección de los vulnerables.

El epidemiólogo Joan Caylà advierte de que, en las últimas semanas, las cifras del covid-19 en Catalunya son "preocupantes". El índice de transmisión (la Rt, que marca la velocidad a la que se reproduce el virus) está desde hace días por encima de 1 (en 1,18 en concreto), lo que indica que el coronavirus vuelve a estar en expansión. "Con la retirada de las mascarillas en interiores, la población puede pensar que esto ya está y no. Ya vimos que, en Carnavales, los indicadores subieron", señala Caylà, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE). Apunta, con cierta preocupación, que también la Semana Santa hará subir la cifra de contagios. Y que, para retirar las mascarillas en interiores, la incidencia acumulada en los últimos 14 días debería estar en los 40 casos por 100.000 habitantes; este lunes en Catalunya está en los 227,27 casos por 100.000 habitantes, según la Conselleria de Salut.

Otros países

Sin embargo, para el infectólogo Benito Almirante, Jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, la retirada de las mascarillas no tiene por qué suponer un problema. "Ya se ha hecho en varios países de nuestro entorno -Francia, Alemania, Reino Unido, Dinamarca- y hemos visto que no ha subido la presión hospitalaria", dice Almirante. Este, insiste, es "el indicador más importante". En Catalunya hay ahora mismo 871 pacientes ingresados con covid-19 en los hospitales y 40 en ucis, según Salut. Esta última es la cifra más baja de toda la pandemia.

Las vacunas, según este infectólogo, han supuesto un "cambio fundamental". "Siguen siendo eficaces [pese a la variante ómicron, más contagiosa, aunque menos grave que las anteriores] y han hecho que la inmensa mayoría de la población no tenga enfermedad grave", insiste. Almirante respalda la estrategia de pasar a concentrar todos los esfuerzos en las "personas vulnerables", como ancianos o enfermos.

El entorno escolar

El Grupo de Biología Computacional y Sistemas Complejos (Biocomsc) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) no espera que el virus vaya a "descontrolarse" en el entorno escolar. La retirada de las mascarillas dentro de las aulas ha sido una de las principales demandas de la Conselleria de Salut en las últimas semanas. Esta medida requería de una aprobación en el Consejo Interterritorial del Ministerio de Sanidad. Por fin se hará efectiva en Catalunya incluso un día antes, a partir de mañana 19 de abril, día en que vuelven los niños al cole.

"Hemos hecho un estudio y hemos visto que la mascarilla en las escuelas no comporta una gran reducción del virus. ¿Por qué? Porque los niños están muchas horas juntos y muchas veces no las tienen bien ajustadas, las mascarillas acostumbran a ser de tela o quirúrgicas [menos eficaces]...", valora la investigadora del Biocomsc Clara Prats. "Pero este resultado no es extrapolable al cine, al transporte público al comercio", precisa. Los cubrebocas seguirán siendo obligatorios en estos últimos.

Prats también cree que dejar de usar la mascarilla en el interior de bares y restaurantes no afectará mucho al virus. "La lógica dice que no influirá demasiado porque no hay más que ver cómo la usa la gente en estos espacios. El 90% está todo el tiempo sin ella, las mesas ya no guardan distancia. No esperamos que aquí haya más transmisión", dice esta investigadora.

"Al carro de GB"

El cambio de estrategia de control del coronavirus, que pasa a centrarse en los entornos y personas vulnerables, implica la concepción de que ya no es tan grave que el virus circule o que la gente se contagie, dado que, sin la amenaza de una nueva variante agresiva (de momento), la mayoría de la ciudadanía se infecta levemente. Esta estrategia tiene sus detractores, como el epidemiólogo Joan Caylà, que considera que el control del virus es "mejorable". "Somos el único país de la Unión Europea que tiene esta estrategia. El otro país es Gran Bretaña. España se ha apuntado al carro de Gran Bretaña", lamenta.

Contar caso por cosa era imposible, dice, en el punto álgido de la sexta ola, cuando los "miles y miles de casos" eran "inasumibles". Pero ahora, considera Caylà, podría volver a hacerse. Este epidemiólogo insiste en la necesidad de seguir estudiando todos los casos y a sus contactos, algo que España ya no hace, sino que solo contabiliza los graves. Quienes enferman levemente o sin síntomas ya no se tienen ni que confinar.

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