Amenaza de covid-19

Australia afronta una "nueva fase" de la pandemia por la variante delta

El aumento de los contagios ha obligado a las autoridades a confinar Sídney y a ampliar las restricciones en otras regiones

Australianos haciendo cola para realizarse un test Covid-19 en Melbourne.

Australianos haciendo cola para realizarse un test Covid-19 en Melbourne. / AFP / William West

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La variante delta de la covid-19 ha llevado a Australia a un momento "crítico" de la pandemia por el aumento de los contagios, lo que ha obligado a las autoridades a confinar Sídney, la ciudad más poblada del país, y ampliar las restricciones en otras regiones.

Desde el estallido de la segunda ola en Australia de mediados de 2020, provocado por fallos en los protocolos de seguridad de los centros de cuarentena en la ciudad de Melbourne, el país oceánico, que ha sido reconocido por su buena gestión de la pandemia, no había afrontado una situación de tal gravedad.

"Es un momento crítico", ha dicho el ministro del Tesoro, Josh Frydenberg, en una entrevista este lunes con la cadena pública ABC, antes de la reunión de emergencia del comité de respuesta a la covid-19, que entre el domingo y el lunes suma unas 60 infecciones comunitarias en todo el país.

El brote detectado a mediados de mes en Sídney, confinada junto a sus zonas aledañas hasta el 9 de julio, supone "una nueva fase de la pandemia", según ha dicho Frydenberg, al referirse a esta crisis provocada por la variante "más contagiosa y peligrosa".

De Sídney al resto del país

El brote de la variante delta de Sídney, que se detectó a mediados de este mes en un conductor de una limusina que transportó a miembros de la tripulación de un vuelo internacional, acumula unas 130 infecciones en esa urbe, y afecta a los estados de Nueva Gales del Sur, Queensland, Australia Occidental y el Territorio Norte.

La jefa de Gobierno de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, alertó este lunes a periodistas en Sídney tras reportar las 18 nuevas infecciones locales, 15 de ellas vinculadas al conductor, que "tenemos que estar preparados para que los números oscilen y para que se incrementen considerablemente".

El virus también ha llegado a la ciudad de Perth, donde se han detectado desde el domingo dos casos positivos vinculados al brote de Sídney, lo que ha obligado al Gobierno de Australia Occidental a imponer este lunes un confinamiento en la región de Peel. La detección de casos con la variante delta en una mina del territorio norte hicieron que esta jurisdicción, que acumula siete infecciones, amplíe el confinamiento de Darwin y sus zonas aledañas hasta el viernes próximo, tres días más de lo anunciado la víspera. El estado de Queensland también reportó un caso con la variante delta en una trabajadora minera que se desplazó por la turística Sunshine Coast, lo que obligó a las autoridades a endurecer las medidas contra la covid-19 y sopesar la posibilidad de un nuevo confinamiento.

Una bestia distinta

Para el vicepresidente de la Asociación Médica Australiana, Chris Moy, la variante delta "es una bestia distinta. Uno tiene que ir fuerte contra ella, realmente esa será nuestra mejor oportunidad", recomienda el médico, según ha publicado este domingo el diario 'Sydney Morning Herald', al comentar esta crisis que ha desatado críticas por la lentitud en la orden del confinamiento, el programa de vacunas y las estrategias de cuarentenas de los viajeros internacionales.

Los otros estados y territorios de Australia, donde no se han reportado casos de covid-19 en los últimos días, limitaron los desplazamientos a sus jurisdicciones desde las regiones afectadas por el virus para evitar los contagios.

Además, Nueva Zelanda suspendió hasta al menos el martes su burbuja de viajes libre de cuarentena con Australia, país que perderá al menos unos 1.500 millones de dólares (1.271 millones de euros) por las dos semanas de confinamiento en Sídney.

Australia, cuyas autoridades vinculan todos los rebrotes a las repatriaciones procedentes del extranjero, acumula unos 30.500 contagios, que incluyen 910 fallecidos, y ha vacunado a más de 6 millones de pobladores, de los cuales 1,2 millones tiene la pauta completa.

Un estudio gubernamental publicado este lunes indica que Australia sufrirá los efectos económicos y demográficos de la pandemia al menos durante unos 40 años, a raíz de "la desaceleración del crecimiento de la población" influenciado, entre otras causas, por el envejecimiento poblacional y la baja tasa de natalidad que se ha exacerbado durante la covid-19