Entrevista | Dr. ALBERT ALTÉS

“Retos hay muchos, como mantener la empatía en un mundo tan tecnificado”

Con motivo de la 45 Diada de la Sociedad Catalana de Hemología y Hemoterapia (SCHH) hablamos con el presidente de esta sociedad científica y jefe del servicio de Hematología de la Fundación Althaia

Dr. Albert Altés, jefe del servicio de Hematología de la Fundación Althaia y Presidente de la Sociedad Catalana de Hematología y Hemoterapia (SCHH)

Dr. Albert Altés, jefe del servicio de Hematología de la Fundación Althaia y Presidente de la Sociedad Catalana de Hematología y Hemoterapia (SCHH)

Beatriz García

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Todo el personal sanitario está concienciado que debe dar lo mejor de sí mismo precisamente durante las crisis sanitarias”. Ese convencimiento explica por qué ni siquiera estos tiempos difíciles disuadieron al Dr. Altés, experto en nuevas terapias hemato-oncológicas, de ocupar la presidencia de la Sociedad Catalana de Hematología y Hemoterapia. Un cargo que asumió a finales del pasado año, movido por un único leitmotiv: el anhelo de “mejorar las cosas”. Los días 2 y 3 de junio se celebra la 45 Diada de la SCHH, la primera bajo su presidencia.

 ¿Cuáles son las metas que se ha marcado para su presidencia?

Mejorar la formación continuada de los socios, facilitar la comunicación de los ensayos clínicos entre profesionales y establecer lazos de interacción con los pacientes y sus asociaciones.

 ¿Y en el ámbito de la investigación y los ensayos clínicos?

Desde la SCHH al respecto de la investigación poco podemos hacer. Dotamos cada año a un doctor o doctora recién finalizada su especialización de una beca que les permite realizar su tesis doctoral en un año adicional, pero no tenemos recursos para más. En cuanto a los ensayos clínicos podemos mejorar sustancial- mente las cosas. Estamos trabajando en crear un nuevo sistema de información digital capaz de facilitar información actualizada de todos los ensayos clínicos en hematología activos en Cataluña. Conseguir este objetivo parece fácil, pero no lo es. No obstante estamos convencidos que debemos llevarlo a cabo porque incrementará las posibilidades de tratamiento para los pacientes y facilitará el trabajo a los profesionales.

 ¿Qué impacto ha tenido la digitalización en esta especialidad?

Ya ha supuesto un cambio, y lo supondrá todavía más en el futuro, en nuestra actividad y forma de interaccionar con los pacientes. Todas las actividades de nuestra Sociedad son ahora virtuales y estoy seguro que en el futuro, la comunicación digital complementará la presencial. Lo mismo sucederá con las visitas a nuestros pacientes. Básicamente seguirá siendo presencial pero se complementará allí donde sea posible con propuestas digitales, del tipo que sean. La digitalización incide también muy decisivamente en la actividad formativa. Por ejemplo, personalmente coordino un curso universitario de especialización en una técnica puntera a nivel nacional que es totalmente online. Si no lo fuera resultaría irrealizable. Es un formato muy práctico para personas que no pueden desplazarse o tienen poco tiempo.

LA OPINIÓN

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 ¿Cuáles han sido los principales cambios desde la primera edición de la Diada hasta ahora?

En 45 años, los cambios han sido tan grandes que resulta imposible detallarlos. Baste decir que hemos avanzado en entender la fisiopatología de muchas enfermedades, las diagnosticamos mejor y sobre todo, las tratamos mucho mejor. Curamos muchos más pacientes y hemos reducido muchísimo el sufrimiento en cualquiera de los casos. En la reunión de este año celebramos que hace 20 se lanzó un fármaco como tratamiento para la leucemia mieloide crónica. En aquel tiempo, este diagnóstico significaba una supervivencia de 3-4 años. Sólo una pequeña parte podían trasplantarse con unos resultados también pobres y con muchísimo sufrimiento. Si alguno de esos pacientes lee estas líneas sabe a lo que me refiero. Desde entonces a los pacientes se les trata con una pastilla diaria, viven prácticamente igual que el resto de personas y aproximadamente el 20% podrá dejar el fármaco porque estará definitivamente curado. Es un ejemplo, pero afortunadamente existen muchos más. Nos impulsan la ciencia y el compromiso con nuestros pacientes.

 ¿Cuál ha sido la preocupación de la SCHH durante la pandemia?

Que nuestros pacientes que están especialmente inmunosuprimidos no sufrieran además esta enfermedad. Por otra parte, la aparición de casos de trombosis grave asociados a ciertas vacunas nos ha obligado a preparar con celeridad una respuesta coordinada diagnóstica y terapéutica para minimizar los efectos de este problema. Tengo que decir con orgullo que mis compañeros han sabido encontrar respuesta a este nuevo reto, garantizando una asistencia óptima a los pacientes. Qué bonito y sencillo seria el mundo si todos los colectivos respondieran así.

¿Cómo ha afectado la Covid-19 a los pacientes de esta especialidad?

Les ha afectado mucho, como a los pacientes de cualquier especialidad. Hemos transformado todas las visitas presenciales que hemos podido en telemáticas. Hemos modificado los tratamientos para que los pacientes no tuvieran que acercarse a los hospitales. ¡Incluso les hemos enviado la medicación a casa! Les hemos asesorado sobre su vacunación, los hemos intentado vacunar en el momento óptimo. Claro está, hemos atendido de la mejor forma que hemos sabido a nuestros pacientes con Covid. Sabemos que nuestros pacientes han pasado miedo. Algunos han tenido que realizar quimioterapias intensas justo en medio de la tormenta. Algunos pacientes desgraciadamente han muerto, pero nosotros nos quedamos con la convicción de que hemos hecho cuanto hemos podido.

¿Cuáles son los principales retos de la hematología en Cataluña?

Hay tantos... Podría hablar del reto que supone poder pagar terapias muy eficaces pero cada vez más caras. También de la necesidad de mantener un óptimo nivel de formación para todos los profesionales en un mundo rápidamente cambiante y en una especialidad cada vez más compleja. O, en un mundo tan tecnológico mantener intacta nuestra humanidad, nuestra empatía. Pero me quedaría con uno, conseguir que la ingente cantidad de profesionales que nuestras universidades están formando en el ámbito de la investigación biomédica consigan en un futuro quedarse con nosotros con sueldos dignos. Esa sería la mejor esperanza para nuestra especialidad y para el futuro de nuestra sociedad. Pero ese no es sólo un reto de la hematología, es el reto de nuestro país.

* Contenido impulsado por Celgene, una compañía de Bristol Myers Squibb