Infección desconocida

Covid persistente: el coronavirus también deja secuelas indescifrables

Al menos 1.500 catalanes infectados en la primera oleada continúan sufriendo fatiga, dificultades respiratorias, dolores o niebla mental.

Este síndrome parece afectar más a los enfermos leves y a mujeres en torno a los 45 años.

Vall Hebron covid

Vall Hebron covid / Elisenda Pons

Beatriz Pérez

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Aproximadamente un 10% de las personas que se infectan de coronavirus, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), continúan teniendo síntomas como mínimo tres meses después de contagiarse pese a que las pruebas diagnósticas dan negativo y no hay restos del virus. Muchas llevan hasta un año así. Estos síntomas, que en teoría no deberían prolongarse más allá de tres semanas, son variados y van desde la fatiga, la disnea (o dificultad respiratoria), los dolores torácicos y de cabeza hasta las taquicardias e incluso la niebla mental. Esto es lo que se denomina síndrome del covid persistente (o 'long covid' en la literatura científica anglosajona), sobre el que aún no existe consenso médico debido a su gran desconocimiento. En Catalunya, unas 1.500 personas con este síndrome forman parte del Col.lectiu d'Afectades i Afectats Persistents per la Covid-19, pero seguramente hay muchas más que no forman parte de esta organización. En toda España hay unos 3.000 organizados en otros colectivos. Todas ellas se contagiaron en la primera oleada de la pandemia, continúan teniendo síntomas un año después y les une un sentimiento común: "Sentimos que la medicina no da respuesta a nuestra problemática. Es una enfermedad nueva, necesitamos investigación y eso se consigue con más inversión en salud", define al otro lado del teléfono una de sus portavoces, Sílvia Soler. Hasta el pasado enero, el Ministerio de Sanidad no incluía el covid persistente en su información científica sobre coronavirus.

El síndrome del covid persistente parece afectar sobre todo a personas que paradójicamente han pasado una infección leve (más del 80% de ellas no han necesitado de ingreso hospitalario) y a mujeres jóvenes, en torno a los 45 años. La Fundación Lluita Contra la Sida (FLS) creó en junio la primera unidad de covid-19 persistente de Catalunya, ubicada en el Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti), en Badalona. Desde entonces han atendido a unos 300 pacientes. Como de momento no hay tratamiento a esta enfermedad, los médicos son tratan los síntomas, dependiendo de cuáles sean. "Nuestro objetivo es encontrar un parámetro que nos diga qué está pasando en estos pacientes. Estamos convencidos de que tienen una alteración que los hace estar así", explica la doctora Lourdes Mateu, investigadora principal de esta unidad. "Hay médicos que no creen en este síndrome. Estos pacientes han sido doblemente olvidados: no fueron atendidos en la primera oleada porque el sistema estaba colapsado y las analíticas que se les hacen no ven alteraciones", añade Mateu.

Fatiga, disnea y dolores

"Hay un porcentaje de pacientes que siguen teniendo síntomas como fatiga, disnea, cansancio y dolores aunque ya no tengan covid. Son pacientes que no han estado ingresados y los síntomas son oscilantes. Les haces pruebas y no sale nada, pero el paciente no se encuentra bien", explica Judith Sánchez Raya, jefa del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Este centro no tiene una unidad dedicada específicamente al covid persistente, pero los médicos tratan a pacientes que lo padecen desde los servicios de Rehabilitación y Neumología. Según Sánchez Raya, el síndrome de covid persistente se ha visto en otras pandemias de la gripe o del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS), infecciones que "desembocaron en fatiga crónica" en un 30% de los pacientes. "No sabemos bien aún qué porcentaje de pacientes con covid acabarán desarrollando el covid persistente porque no ha pasado el tiempo suficiente", cuenta.

En pandemias como las de la gripe o el MERS, el 30% de las infecciones desembocaron en fatiga crónica

Este síndrome podría considerarse una secuela del covid-19. Los médicos explican que es muy parecido a la fatiga crónica, cuya existencia real también ha estado mucho tiempo cuestionada por la ciencia. "No sabemos aún si estos pacientes tendrán este síndrome de por vida. La mayoría se recupera a los dos o tres meses y no acaban desarrollando covid persistente", añade Sánchez Raya. Además, tampoco los niños se libran de él: en Can Ruti hay, desde diciembre, una unidad pediátrica de covid persistente. "A los niños les afecta menos que a los adultos. Pero, entre los menores de edad, quienes más sufren el covid persistente son los adolescentes. Tienen los mismos síntomas que los adultos", dice por su parte la doctora Mateu.

PCR negativa y sin secuelas

Los investigadores están realizando estudios a largo plazo para desentrañar en qué consiste esta nueva enfermedad, ya que de momento solo hay alguno a corto plazo. Para los médicos, existen dos requisitos a la hora de diagnosticar el covid persistente: uno, la PCR debe dar negativa y dos, no detectar ninguna secuela y que el resto de pruebas salgan bien. "Por ejemplo, si un enfermo tiene secuelas en la vía aérea, en la vasculatura o en el parénquima pulmonar, ya no es covid persistente. Lo más grave es la fibrosis pulmonar. Cuando hay una secuela como esta, ya no es covid persistente", señala Xavier Muñoz, neumólogo de Vall d'Hebron. "Cuando hacemos pruebas de esfuerzo cardiovasculares o estudios del sueño y no vemos nada, entonces es covid persistente", añade. Durante el último año, por el servicio de Neumología de Vall d'Hebron han pasado más de 1.400 enfermos graves con covid, a los cuales el hospital ha monitorizado para ver si tenían secuelas. El 70%, dice Muñoz, no tienen secuelas. Pero hay un 30% que sí, y entre estas secuelas se encuentra el covid persistente.

Para que se considere covid persistente, la PCR debe dar negativo y no debe haber otras secuelas

Mientras tanto, los enfermos que sufren este síndrome se sienten abandonados. "No hay un recuento de gente con covid persistente", dice Soler, desde el colectivo de afectados. Can Ruti y el Hospital del Mar son los únicos hospitales catalanes con una unidad dedicada a esta problemática. Pero prueba del desconocimiento existente y de la falta de consenso en torno al covid persistente es, por ejemplo, que el Mar declina en EL PERIÓDICO hablar sobre este tema porque "falta evidencia" y no hay "suficiente información", ni siquiera para "definir si se trata de un síndrome", según fuentes del centro. Pero los enfermos aseguran que lo sufren. Soler sufre, cada 15 días, brotes de febrícula, urticaria, dolor de cabeza, conjuntivitis crónica y dolores articulares. "Hay muchos médicos de la atención primaria que acusan a los pacientes de tener una depresión y los tratan con antibióticos. Y nosotros no sabemos si nos curaremos y cuándo, y eso afecta al sistema emocional".

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