Tercera oleada

Una enferma de covid, desde el hospital: "No os juntéis con vuestras familias en Navidad"

EL PERIÓDICO entra en la 'planta covid' de Sant Pau y habla con los enfermos

Barcelona 18 12 2020  Reportaje en el Hospital de Sant Pau   Planta hospitalarias con enfermos de coronavirus covid-19 En la foto  las pacientes Ramona Vazquez (izda ) y Angeles Navarro (dcha)   ambas con covid   atendidas por la enfermera Montse Foto de Ferran Nadeu

Barcelona 18 12 2020 Reportaje en el Hospital de Sant Pau Planta hospitalarias con enfermos de coronavirus covid-19 En la foto las pacientes Ramona Vazquez (izda ) y Angeles Navarro (dcha) ambas con covid atendidas por la enfermera Montse Foto de Ferran Nadeu / Ferran Nadeu

Beatriz Pérez

Beatriz Pérez

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El miedo suele estar más presente en aquello que no se nombra que en lo que sí se menciona. "Me lo descubrieron esta misma mañana", llora Ramona Vázquez, de 73 años, con la voz entrecortada y evitando pronunciar el vocablo. Ella es una de las 30 pacientes ingresadas, el viernes, en la planta de hospitalización covid-19 del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, que a 18 de diciembre tenía, además, a otros 14 pacientes con el virus en la uci. Son cifras que, desde hace días, están subiendo.

Testimonios desde la planta covid del Hospital de Sant Pau

Testimonios desde la planta covid del Hospital de Sant Pau / Ferran Nadeu

"Es duro cuando te dicen esta palabra", explica pegada a la ventana. Esta gallega natural de Monforte de Lemos (Lugo), que lleva 60 años en Catalunya, no sabe dónde se infectó, pero cree que fue en este mismo hospital, donde estaba ingresada en otra área por una dolencia diferente. "Fue mi compañera de habitación", asegura. La realidad es que ambas recibieron visitas de familiares que, con mucha probabilidad, fueron el origen del contagio. Pero eso nunca se sabrá.

"Llevaba tres meses sin salir de casa, no quería ir a ningún sitio por cuidarme del virus. ¡Tanto que me escapaba de él...! No me juntaba con la gente, hablaba a distancia, no quería visitas", se lamenta Vázquez, que reconoce que no lo está "asimilando" nada bien. "Bueno, Ramona, pues póngase tranquila, que ya verá cómo lo solucionamos todo. Seguro", la anima, desde la otra punta del cuarto, el doctor Pere Domingo, coordinador de la 'planta covid' de Sant Pau. "Esto da miedo, claro que sí", añade el médico.

"Un poco de tos..."

Vázquez dice que todo comenzó con "un poco de tos". El jueves le hicieron la prueba PCR y el viernes por la mañana dio positivo. Pensaba celebrar la Navidad en casa con su marido, con quien convive pero, a seis días de la Nochebuena, sabe que no podrá. Y lo explica llorando, con un dolor que no oculta, y mandándole un mensaje a la población. "Yo le diría a la gente estos días que no se junte en familia. Porque pagarán justos por pecadores. Y esto se pega. Yo lo he visto bien ahora. Dejaos de tantas fiestas", advierte.

Junto a Vázquez está su compañera de habitación, Ángeles Navarro, de 72 años. Ella lleva desde el lunes ingresada en la 'planta covid' de Sant Pau y pronto la trasladarán al Hospital El Pilar para acabar de recuperarse del todo. Sabe por qué se infectó de coronavirus. "Me fui unos días a Tàrrega a casa de mi hija. Cené con mi consuegra, mi hija y las niñas. Días después, mi hija dio positivo y luego yo", reconoce. En su caso, los síntomas se iniciaron con unos vómitos.

Barcelona 18 12 2020  Reportaje en el Hospital de Sant Pau   Planta hospitalarias con enfermos de coronavirus covid-19 En la foto  las pacientes Ramona Vazquez (izda ) y Angeles Navarro (dcha)   ambas con covid Foto de Ferran Nadeu

Ramona Vázquez y Ángeles Navarro, enfermas de covid. / Ferran Nadeu

Aquel encuentro se produjo unos días antes del Puente de la Constitución. "Me encuentro bien", asegura esta mujer que admite que ella era de las que no le tenían miedo al coronavirus. "Ahora que me he visto así, sí me da miedo. Pero hasta ahora no porque pensaba: 'Mantengo la distancia, no me junto con gente...'". En mitad de la entrevista también Navarro se echa a llorar. "Pido a la gente que se esté en casa. Que Navidades habrá muchas. Que por favor piense en la familia. La juventud, que piense en los padres", reclama.

El inicio de la tercera oleada

El doctor Pere Domingo constata el aumento de nuevos positivos de coronavirus dentro del hospital. "Estamos teniendo entre siete y ocho ingresos diarios, mientras que semanas atrás eran dos o tres por día", explica. "Estamos al comienzo de la tercera oleada, y coincide con las tres semanas que pasaron desde que se empezaron a levantar restricciones [el 23 de noviembre] y con las dos semanas del Puente", añade. Según él, el efecto de las Navidades se verá en enero. "Sí, nos da miedo. Podemos llegar a ponernos como en octubre. O, aún peor, como en marzo. Vale la pena recordarlo: en marzo, estuvimos a horas del colapso. No a días, no. A horas", opina Domingo.

El doctor Pere Domingo, coordinador covid del Hospital de Sant Pau, atiende a la paciente Ángeles Navarro.

El doctor Pere Domingo con la paciente con la paciente Ángeles Navarro. / Ferran Nadeu

Este médico internista, experto en enfermedades infecciosas, opina que el cansancio no juega a favor de los sanitarios, quienes lo arrastran desde la primavera pasada. "El comportamiento ciudadano es francamente mejorable. Y hacen falta medidas más duras para evitar la interacción social, porque este virus solo se transmite si hay contacto", valora Domingo.

Él perdió a un compañero por covid en la primera oleada, un anestesista que no llegaba a los 60 años. "Per Nadal, cada ovella al seu corral", concluye Domingo. "Este año, este dicho tiene que ser estricto. Navidades habrá más. Si una persona tiene la desgracia de enfermar y fallece, no tendrá más oportunidades de celebrarlas".

"Veo a gente morir"

Rosa María Bas, pensionista, lleva dos días hospitalizada en la 'planta covid' de Sant Pau. Es sospechosa de coronavirus y está a la espera del resultado de una segunda PCR. La anterior dio negativo, pero estás pruebas tienen una sensibilidad del 75%, según el doctor Domingo, y a veces dan falsos negativos y también falsos positivos. "Tengo neumonía. Aunque cada año tengo bronquitis porque soy fumadora", explica en su habitación, en la que, a diferencia de Vázquez y Navarro, está sola para evitar que la contagien en caso de que no lo esté.

Asegura que siempre respeta el uso de mascarilla, la distancia física y la higiene de manos. Pero, de tener el virus, no tiene ni idea de dónde se pudo haber contagiado. "Claro que me da miedo el covid-19, como a toda la gente mayor. Los jóvenes se pasan la mascarilla por la falda", critica. "Veo a gente morir, a otros que no se recuperan bien, que tienen secuelas... Pido a la gente que se lo tome en serio". Y repite lo mismo que todos los entrevistados: "Habrá más Navidades".

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