ENTREVISTA

Josep Maria Argimon: "Catalunya tendrá inmunidad en otoño de 2021"

El secretario de Salut Pública muestra su preocupación por la Navidad y cree que el sistema de rastreo catalán es mejorable

Josep Maria Argimon

El secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon, el lunes en el ICS. / JORDI COTRINA

Beatriz Pérez

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Es el portavoz sanitario de la pandemia de coronavirus en Catalunya. Josep Maria Argimon (Barcelona, 1958), también director del Institut Català de la Salut (ICS), tomó en julio las riendas de la Agència de Salut Pública (Aspcat) tras dos meses de gestión errática de la Conselleria de Salut. Argimon es quien toma las decisiones de mayor envergadura en la gestión de la pandemia. En octubre enfermó e ingresó por covid-19: estuvo un mes de baja. Ahora, otra vez en filas, tiene anticuerpos del virus. "Creemos que durante unos seis meses", apunta el secretario de la salud pública catalana. Atiende a EL PERIÓDICO en su despacho del ICS, en Gran Via con Balmes.

Los catalanes se levantan por la mañana esperando su valoración de la pandemia. ¿Cómo se levanta usted? De hecho no se trata de cómo me levanto, sino de cómo me voy a dormir. Suelo tener los datos del día la noche anterior. Aunque siempre pueden variar unas décimas, me los sé. Y a veces paso noches más largas que días. Otras veces duermo mejor. Todo depende de los resultados.

¿Qué es lo que más le preocupa de la situación epidemiológica de Catalunya? La Navidad. Aunque hemos bajado mucho la incidencia acumulada -el número de casos diarios- y seguimos bajándola, y las personas ingresadas permanecen estables, la velocidad de transmisión del virus [la R o Rt] ha subido y está en el umbral de 1 [a partir de 1, el virus vuelve a estar en expansión, ya que un contagio infecta, a su vez, a más de una persona]. Si usted ha venido hoy hasta aquí, al centro de Barcelona, habrá visto mucho movimiento. Los días de Navidad serán también de mucho movimiento. Habrá muchos encuentros sociales que, por muchas recomendaciones que hagamos, se celebrarán. Ello comporta un riesgo. En algunos estados de los países que celebraron Acción de Gracias, como Canadá y en EEUU, ha habido un cierto repunte. Es de esperar que a nosotros nos pase lo mismo.

Da la sensación de que están dejando salir a la ciudadanía ahora para volver a encerrarla en enero. Nosotros hacemos recomendaciones. Sabemos que para mucha gente la Navidad es importante. Para otras personas, prima mucho más la prevención -pasar las fiestas con la máxima intimidad posible y el menor riesgo-. Existen las dos opciones. Yo optaría por la segunda.

Acción de Gracias provocó un repunte en EEUU y Canadá. Es de esperar que a nosotros nos pase lo mismo con la Navidad

¿El plan de Navidad se mantiene? Sí. Las cosas tendrían que ir muy mal para que no se mantuviese.

¿Subirán la Rt y los contagios esta semana? Yo espero que no suba la Rt, al menos durante los próximos días. Y, cuando digo que no suba la Rt, hablo de tendencias. Es posible que uno o dos días sobrepasemos el umbral de 1. Pero me interesa la tendencia, que debe ser de cuatro o cinco días. Espero no tener esa tendencia alcista por encima de 1. No solo es lo que deseo, sino que pienso que es lo que sucederá. Ahora bien, en Navidad es posible que la Rt aumente y también después de Navidad. Lo predecible esta semana es que nos mantengamos en valores similares a los que ya tenemos.

¿Cuándo prevé que aumentarán las hospitalizaciones y las ucis? No tenemos previsiones. En principio, por ahora se mantendrán ligeramente a la baja. Seguiremos bajando muy poco a poco, no haremos grandes bajadas en los próximos días.

Si sin movernos de la fase 1 hay un incremento en la Rt, ¿no tendría más sentido volver a cerrar la actividad? Siempre estamos en este equilibrio entre los datos epidemiológicos y los de la vitalidad social y económica del país. Catalunya no es un país rico; tampoco pobre. Hay un déficit fiscal con el Estado. España tampoco es rico, ni tampoco pobre. Pero por eso no estamos haciendo las mismas políticas sociales que otros países. Que la gente no trabaje tiene un impacto social y económico que se traduce en desigualdades, con unas consecuencias sanitarias muy importantes.

¿Está sobre la mesa volver a cerrar bares y restaurantes, si la situación empeora mucho? Eso siempre está sobre la mesa. Nosotros, cuando en octubre vimos datos que indicaban que empezaríamos a crecer en contagios, tomamos medidas. Y, si hay un rebrote importante, deberíamos volver a tomar medidas, es lógico. Si tenemos suerte y bajamos la Rt, también abriremos más.

Si hay un rebrote importante, volveríamos a cerrar bares y restaurantes. No descartamos una tercera oleada

¿Cuánto tiempo seguiremos en el tramo 1 de la desescalada? No lo sabemos. A todos nos cuesta la incertidumbre, pero las predicciones que podemos hacer son muy débiles porque esta es una enfermedad nueva, en la que estamos constantemente interviniendo. Nos movemos, en general, con modelos teóricos. Y otras veces, cuando nos fijamos en el histórico, solo podemos hacer predicciones a muy corto plazo.

Pero ¿con qué escenarios trabaja Salut para enero? ¿Habrá una tercera oleada? No es descartable. Pero también le insisto en que trabajamos con modelos matemáticos. Hay modelos matemáticos publicados por el Centro de Prevención de Enfermedades Infecciosas (CDC) que hablan de que, en torno a la Navidad, a inicios de año, habrá un incremento de casos y de ingresos hospitalarios y ucis. Nosotros también manejamos algún modelo que apunta a una posibilidad de rebrote en enero. 

¿Qué otros escenarios son esperables? El deseable por todos: uno sin rebrote y en el que comenzaremos la vacunación.

¿Y eso es muy posible? No puedo hacer una predicción a tres semanas. Tenemos algunos modelos que nos dicen eso, pero no le sabría decir.

¿Le preocupa que muchos bares y restaurantes no respeten las medidas? ¿No se debería sancionar más? Mire, hay un elemento que es la responsabilidad de todos. No solo del Govern, sino también del mundo local y de cada ciudadano. Si se pasea hoy por aquí [el centro de Barcelona], usted misma tendrá la respuesta.

El secretario de Salut Pública de Catalunya, Josep Maria Argimon, el lunes en su despacho.

Josep Maria Argimon, el lunes en su despacho. / JORDI COTRINA

¿Le genera tranquilidad el comportamiento de la ciudadanía? No. En las terrazas se ven, más de una vez y de dos, grupos numerosos [de más de cuatro personas]. Hay gente que ya ha acabado de tomarse el café y está sin mascarilla. Por mucho que estemos al aire libre, debemos llevar mascarilla. Por nosotros y por los demás. Desde este punto de vista, deberíamos mejorar.

El último CIS dice que el 55% de los españoles prefiere esperar a ver los efectos secundarios de la vacuna antes de ponérsela. ¿Tiene miedo Salut de que la campaña de vacunación del covid no sea exitosa por esta desconfianza? No, yo creo que será una campaña exitosa. Debemos decir claramente que no se han alterado las etapas habituales del desarrollo de las vacunas. Se han acelerado y solapado algunas fases, que es diferente. Cuando los primeros resultados de la fase dos empezaron a decir que estas eran vacunas seguras y eficaces, se pidió a las farmacéuticas que comenzaran a producir. Hubo acuerdos entre diferentes países como EEUU, Canadá o la Unión Europea (UE) para que algunas entidades filantrópicas empezaran a producir: ese es el gran cambio. También hubo un elemento muy importante: toda la investigación ha estado en abierto. El genoma del virus, publicado en enero, permitió que todos los grupos investigadores comenzaran a investigar con mucha velocidad.

¿Tendrá efectos secundarios la vacuna? Por lo que hemos visto en los estudios, no. De todos modos, todas las vacunas tienen algunos efectos secundarios, pero siempre el beneficio es mucho más importante que el riesgo. Esto es lo esperable ahora. Y, hablando de vacunas, la gente no lo recuerda, pero las personas, hace no tanto, morían de sarampión. Y siguen muriendo en países en vías de desarrollo y en países desarrollados cuando hay un brote grande que coge a las personas sin vacunar.

¿Cómo será la Semana Santa de 2021, con 450.000 catalanes inmunizados? Estas son las previsiones. Pero yo preferiría hablar del verano. En Semana Santa aún será muy prematuro porque ahí habremos vacunado a la gente más vulnerable. Pero hacia el verano habremos vacunado a la gente mayor de 70 u 80 años, con factores de riesgo. Pienso que tendremos un verano mejor que el de 2020, aunque tampoco será como el de 2019. Será un verano en el que deberemos mantener las precauciones de la mascarilla, la distancia física y la buena higiene de manos. Pero será mejor, claramente.

El verano de 2021 será mejor que el de este año, aunque tampoco será como el de 2019

¿Cuándo tendrá Catalunya inmunidad de grupo, que en el caso del coronavirus se alcanzará cuando el 60% o 70% de la población esté vacunada? Creo que en otoño de 2021. La Navidad de 2021 será mucho mejor que esta. El grueso de las personas susceptibles de vacunarse ya se habrán vacunado.

¿La población ya no tendrá que llevar mascarilla? Eso no. Que las medidas de prevención se relajen no significa que no haya virus ni enfermedad.

Pero no llegaríamos al punto de tener que parar el país. Clarísimamente no.

¿Volveríamos a la normalidad? (Risas) No, pero seguramente sí a una situación más normal de la que tenemos ahora.

¿Sabe Salut cuándo se produjo el primer contagio en Catalunya? El primer caso ingresado fue el 25 de febrero. El primer contagio es muy difícil saberlo, en aguas residuales se encontraron restos en diciembre. Después otro grupo lo encontró en marzo. Es un virus que llevaba circulando en Europa cuatro meses.

Pero no conocemos el primer contagio en Catalunya. No. Nosotros en el ICS y desde atención primaria hicimos un estudio que recogía cómo en febrero la curva de la gripe comenzó a subir. Los médicos de cabecera diagnosticaban muchos síndromes gripales. La hipótesis más plausible es que ya teníamos coronavirus en un número muy importante de personas. Pero para los jóvenes, era un síndrome gripal.

Cuando me propusieron ser secretario de Salut Pública, acepté con la condición de que [la gestión de la pandemia] se hiciera desde el ICS

¿Cómo lleva ser el secretario de Salut Pública y, a la vez, director del ICS? Bien. Cuando me lo propusieron puse esta condición porque pienso que, en una pandemia, no puedes trabajar solo desde el punto de vista de la salud pública, sino que debes también trabajar desde el punto de vista asistencial. Ello ha ayudado a controlar un poco más esta pandemia.

¿Tuvo dudas? No. Lo único que dije es que [la gestión de la pandemia] se debía hacer en el ICS. Hubo una sinergia entre el mundo asistencial y de la salud pública.

¿Y en qué se traduce? En que Salut Pública pone la inteligencia, pero el ICS la ejecuta. Por ejemplo, cuando llegamos, cambiamos el protocolo y empezamos a hacerles PCR a los contactos estrechos de casos positivos. Se les dio instrucciones claras a los equipos de primaria de por dónde ir. Además, comenzamos a ser proactivos y a hacer cribados masivos para buscar el virus.

¿Qué aprendió desde julio? A tener una visión de país más holística -yo me formé en Medicina Preventiva-. Por ejemplo, a tener más en cuenta estos equilibrios entre lo social, lo económico y la salud. Si solo mirase por la salud, deberíamos estar todos encerrados. Pero entonces quizás nos moriríamos de tristeza y de pobreza.

¿Le preocupa el impacto de la pandemia en la salud mental? Sí. Es lo que más me preocupa. Es una de las consecuencias de las desigualdades sociales y económicas.

¿Cómo debe abordarse? Con políticas de país. No se trata de poner más sanitarios u hospitales. Una desigualdad social debe abordarse desde la educación, porque fomenta la igualdad de oportunidades. Los barrios más desfavorecidos son los que tienen más servicios de salud. Y debe ser así, pero fíjese: ello no ha conseguido reducir las desigualdades en salud. Eso se consigue con un mundo más justo, igualitario y democrático.

¿En qué se ha equivocado Catalunya y en qué ha acertado en la gestión del virus? Una de las cosas que pueden mejorar es el rastreo. Hemos hecho bien la respuesta asistencial desde la primaria y hospitales. El rastreo ha mejorado, pero le queda mucho por mejorar. Y no hacen falta más rastreadores -como sucedió en junio, algo que se corrigió-, sino que se trata de conseguir una coordinación mucho más clara durante el proceso. Es un tema más organizativo que de números.

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