Sigue la guerra entre administraciones

El Gobierno no levantará la alarma porque no se fía de los datos de Madrid

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Manuel Vilaseró

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Madrid capital y los otros ocho municipios de la región confinados perimetralmente lo seguirán estando, como mínimo, hasta el 24 de octubre, aunque el indicador de la incidencia acumulada baje del umbral de los 500 casos por 100.000 habitantes. El Gobierno no se plantea levantar el estado de alarma hasta que concluyan sus 15 días de vigencia porque, entre otras razones, sigue sin fiarse de las cifras que proporciona Madrid sobre la pandemia y cree que el objetivo debe ser bajar a menos de 200, o si se puede, de 100. «Una cifra que permita un margen de reacción», según ha declarado este martes el ministro de Sanidad, Salvador Illa.

Otra jornada de bronca

Las declaraciones de Illa zanjaban otra jornada de bronca con la Comunidad en la que Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde y portavoz del PP, José Luis Martínez Almeida, subieron el tono victimista llegando a acusar a  Pedro Sánchez de "dinamitar el estado de derecho" y caminar "hacia la anarquía" y "la vuelta a los régimenes totalitarios".

Illa no quiso entrar en la refriega política pero les advirtió que "con la salud pública no se juega". "No queremos a personas en la uci. Actualmente hay 11.200 españoles hospitalizados por el covid y más de 1.500 en las ucis", añadió.

El día podía haber sido propicio para acercar posiciones. A última hora de la tarde estaba convocada la reunión del denominado Grupo Covid-19, que sienta a representantes ministeriales junto a los de la Comunidad. Otras autonomías de distintos colores políticos estaban anunciando por iniciativa propia restricciones incluso más duras que las de Madrid, pero Ayuso parece cómoda en el choque frontal con el Gobierno mientras nada a contracorriente del resto de comunidades y de la práctica totalidad de los expertos.

Apenas una hora y media antes de la reunión, la presidenta regional realizó la  declaración conjunta con Almeida en la que ambos reclamaron el levantamiento inmediato del estado de alarma porque Madrid y varios municipios más ya se encuentran por debajo de 500 casos, uno de los indicadores marcados por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) para adoptar los cierres y la reducción de aforos en bares y restaurantes.

Contraprogramación

Illa contraprogramó la declaración sumándose a la habitual comparecencia de Fernando Simón y adelantando ésta una hora de modo que, como ya ocurrió hace dos semanas, la Comunidad y Sanidad realizaron dos ruedas de prensa simultáneas.

El ministro destacó que las cifras de Madrid "hay que tomarlas con mucha prudencia" por dos razones, por un lado, por el gran retraso en la notificaciones de los casos, "entre 5 y siete u ocho días". También por la fuerte caída del 40% en el número de tests PCR que ha hecho la Comunidad entre la última semana de septiembre (154.000) y la primera de octubre (92.000).

Madrid no informa de los tests de antígenos

El viceconsejero Antonio Zapatero, había asegurado que la caída de las PCR quedaban compensadas por los nuevos tests rápidos de antígenos, algo que Simón puso en duda por un simple hecho: hasta ahora Madrid sólo ha comunicado al ministerio los positivos detectados con esta nueva tecnología pero no el número de pruebas que ha efectuado.

"Todos los españoles saben que hay que dar un tiempo para que las medidas a las que da cobertura el estado de alarma surtan efecto", remachó el ministro sobre la duración del estado de alarma. En este sentido destacó que el estado de alarma pemitió que con respecto al mismo puente del año pasado, la movilidad haya bajado este año un 46% en la carretera, un 78% en ferrocarril y un 83% por vía aérea.

El hecho de que Illa citara también la necesidad de bajar de 200 o 100 casos, algo que ya había hecho en una entrevista radiofónica, enervó sobremanera a Ayuso y Almeida, que le acusaron de cambiar las reglas en medio del partido. "Si se dijo 500, hoy no les puede decir 200. No es justo secuestrar a los madrileños en este sentido", respondió Almeida.

El ministro no vincula, sin embargo, el estado de alarma a esos nuevos umbrales, sino que pretende introducirlos en una nueva estrategia de respuesta a las segunda ola en la que figuren indicadores concretos a partir de los cuáles habría que articular respuestas. "El estado de alarma ha sido una respuesta a una situación extrema a la que no deberíamos llegar», advirtió.

La reunión del Grupo Covid-19 ha acabado hacia las 21 horas de la noche de este martes sin ningún acuerdo.

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