LOS AUTORES DE 'EPIDEMIOCRACIA'

"Los ertes y el ingreso mínimo son dos grandes herramientas de salud pública"

jpadilla y pgullon car 1200

jpadilla y pgullon car 1200 / periodico

Beatriz Pérez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Epidemias como la actual de covid-19 nacen de un contexto social, político y económico concreto. Tienen un origen, no surgen de la nada. Esta es la idea que defienden el epidemiólogo Pedro Gullón (Madrid, 1988) y el médico de familia Javier Padila (Madrid, 1983), autores de 'Epidemiocracia: nadie está a salvo si no estamos todos a salvo' (Capitán Swing). El término "epidemiocracia" es prestado de la epidemióloga norteamericana Nancy Krieger y hace referencia a que las epidemias son fenómenos que deben tener en cuenta al pueblo ('demos') y el poder ('cracia') para entender cuál es su origen y el de las desigualdades que entrañan. Por eso, defienden Gullón y Padilla, hacen falta mucho más que políticas sanitarias.

-¿Por qué una epidemia no nos afecta a todos por igual?

-Javier Padilla (JP): La enfermedad suele ser un gran estratificador social, a la vez que tiene una gran relación con el tejido económico. Aumenta las desiguales sociales. Las epidemias tienen una gran capacidad para mostrar las costuras y las desigualdades dentro de nuestro sistema social y económico. Principalmente porque las personas, dependiendo de su clase social, no se exponen igual al virus. Por ejemplo, para que un consultor esté teletrabajando desde su casa, tiene que haber otras personas que estén trabajando de cajeros de supermercados, de 'riders' de Glovo, etcétera. Es decir, desempeñando los llamados servicios esenciales. Por otro lado, también sabemos que, si coges el covid-19 y eres pobre o de clase social baja, es más probable vayas a tener una enfermedad más grave. En sociedades con una alta presencia de empleo informal, como Latinoamérica, acciones como el confinamiento son mucho más complejas porque mucha gente no tiene medios de subsistencia para poder quedarse en casa. Si se quedan en casa, se amplia la brecha salarial por clase social y eso es una bomba de relojería.

-Porque salud y economía son dos términos que están muy entrelazados. 

-Pedro Gullón (PG): La salud tiene que ver con la economía, no tiene sentido dicotomizarlo de forma tan sencilla. Se trata más bien de un tira y afloja entre ambas. A veces tira más la protección de la salud y otras tira más la economía. Pero no puede haber economía si no hay personas saludables. Es algo básico. Tenemos herramientas para responder a la crisis económica y que no sean las personas vulnerables las más afectadas. El científico David Stuckler dice que lo que mata no es la recesión, sino las políticas de austeridad que vienen después. La duda es si la respuesta que daremos ahora va a ser la misma que se dio en el 2008.

-JP: Los ertes o el ingreso mínimo vital son dos grandes herramientas de salud pública ahora mismo. Hay que conjugar la priorización de la salud con una respuesta institucional que garantice mantener cierta economía.

"El virus entró en Europa a través de personas con corbata, no a través de personas en patera"

Pedro Gullón

-¿Veremos en España una diferencia mayor entre ricos y pobres?

-JP: Veremos una diferencia mayor, aunque es cierto que se están tomando algunas medidas que pueden paliarlo, como los ertes y el ingreso mínimo vital. Con esta segunda fase de la epidemia, más centrada en brotes concretos, sí que estamos viendo el enclave social de todo esto. En Catalunya ha quedado muy de manifiesto con el brote de Lleida, vinculado a los temporeros. España, además, tiene algunas de las regiones con mayor desigualdad de Europa, como Madrid, que es además el lugar donde más ha impactado el covid-19. Y, si miramos cuáles son los distritos donde más ha afectado, aparecen Vallecas, Fuencarral o Moratalaz, de población obrera y clase trabajadora.

-Ustedes defienden que los virus sí entienden de fronteras. ¿No era lo contrario, que no entienden de fronteras? 

-PG: Pensemos en cómo llegó el coronavirus y su desigual distribución entre los diferentes países. Los países más afectados de Europa en la primera oleada fueron Francia, Italia y España. No es casualidad que sean los que tienen más de 40 millones de turistas anuales. El virus entra en los países a través del turismo y de los negocios, de los viajes internacionales: entra a través de personas con corbata y no de personas en patera. Esto prueba que entiende perfectamente de fronteras porque al final las condiciones de cada uno de los países los hacen más o menos vulnerables.

-Dicen que las crisis del siglo XXI no son solo sanitarias, sino 'matrioshkas'. ¿A qué se refieren? 

-PG: Es muy complicado situar una crisis como esta en el terreno exclusivamente sanitario. Esta metáfora en las 'matrioshkas' -las muñecas rusas que están unas dentro de otras- sirve para mostrar que la crisis sanitaria a la que nos enfrentamos se encuentra inmersa dentro de una crisis económica y social que venimos arrastrando desde el 2008. Y, a su vez, hay una crisis aún mayor: la ecológica. Todas estas crisis forman lo que hemos denominado el "sustrato epidemiológico": las condiciones económicas, políticas, sociales y sanitarias que hacen que las epidemias sean posibles en un momento u otro.

-¿Cuál es el sustrato de la epidemia de covid-19?

- PG: Hay tres elementos fundamentales que caracterizan ese sustrato. Uno, la invasión de ecosistemas, muy típico del capitalismo tardío, que hace que algunas enfermedades que estaban en los animales salten a los humanos. Dos, nuestra dependencia de los viajes internacionales, por turismo y por negocios, que posibilita que una enfermedad que surge en un mercado de Wuhan pueda estar presente en todo el mundo tres o cuatro semanas después. Tres, cómo los sistemas sanitarios están preparados para dar respuestas en global, cómo han sido fortalecidos o debilitados.

"En la Comisión de Reconstrucción no encontramos nada nuevo. Vemos cosas que se pedían hace 15 años. Pero ahora existe la oportunidad de llevarse a cabo"

Javier Padilla

-También hablan de la extraciudadanía. ¿Quiénes son los extraciudadanos en esta epidemia? 

-JP: Aquellos que quedaban fuera de las políticas públicas hasta que son considerados un riesgo o peligro para la salud pública, para las personas que sí tienen la condición de ciudadanía. Por ejemplo, las personas indocumentadas, sin hogar, las que están en centros penitenciarios. Gente que, a pesar de ser colectivos de extremada vulnerabilidad desde el inicio de la epidemia, no ha ocupado el centro de la epidemia hasta que no ha ocurrido algo que hiciera que fueran relevantes. Las pandemias suelen sacar el matiz más utilitarista que mira a esas personas por su capacidad de poner en riesgo a los demás y no tanto por sus propios derechos.

-PG: Esas situaciones de extraciudadanía están sacando a la luz algunas condiciones que estaban antes y que ahora se visibilizan. Por ejemplo, en el caso de los temporeros, sus condiciones laborales y de vida son las mismas de siempre, pero ahora parece que la gente se lleva las manos a la cabeza por un criterio utilitarista, al pensar que son un foco de contagio. Esta epidemia también visibiliza las deplorables condiciones de vida en las que viven algunas personas en España.

-¿Cambiará todo esto los sistemas de salud? 

-JP: Básicamente nos hará conscientes de que nosotros también somos vulnerables. Situaciones como la actual abren un espacio de posible cambio, de reforma, de reconstrucción del sistema. Siempre tomando elementos que previamente ya estaban en la agenda. Si miramos la ponencia de la parte sanitaria de la Comisión de Reconstrucción del Congreso, no vamos a encontrar nada nuevo. Veremos las mismas cosas de los últimos 15 años, pero ahora con un elemento de oportunidad política para que se puedan llevar a cabo. Nosotros abogamos por centrarnos en tres aspectos: el fortalecimiento de la salud pública, la potenciación de la atención primaria y la conversión de los hospitales en espacios más flexibles.

-PG: En España está aprobada desde el 2011 la ley general de salud pública, que no ha tenido ningún desarrollo normativo. La crisis de ahora ha generado un consenso de todos los partidos para desarrollarla.

Suscríbete para seguir leyendo