La financiación de la salud

La sanidad pública catalana necesita 5.000 millones más al año

protesta en el hospital clinic

protesta en el hospital clinic / Josep Garcia

Gisela Macedo

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Hace años que la sanidad pública catalana denuncia que le falta dinero, pero hasta ahora no se conocía la cantidad necesaria para vencer el problema: 5.000 millones de euros al año, ni más ni menos, son los que debería añadir Catalunya a su sistema sanitario para llegar a equipararse a países similares, teniendo en cuenta el Producto Interior Bruto (PIB) y el grado de envejecimiento de la población. Estas son las conclusiones del estudio ‘La malaltia de la sanitat catalana: finançament i governança’, que se ha presentado este jueves en Barcelona. La publicación ha sido editada por el Cercle de Salut y realizada por Guillem López-Casasnovas, catedrático de la Universitat Pompeu Fabra y director del Centre de Recerca en Economia de la Salut (CRES), y Marc Casanova, investigador del CRES.

El trabajo refleja la infrafinanciación de la sanidad pública catalana, después de analizar datos que van desde el 2003 hasta el 2016. Este último año, Catalunya le dedicó el 5,3% de su PIB, mientras que los países de la OCDE destinaban una media de 6,81%. Así, Catalunya se sitúa ligeramente por encima de Grecia, donde se destina el 5,19% del PIB, y muy lejos de países como Dinamarca (10,35%) y Finlandia (9,49%), que lideran la lista.

Sistema autonómico deficiente

En el conjunto de España se dedica una media del 6,39% del PIB a la salud pública, un punto por encima de Catalunya; una autonomía que, si estuviera en la media del Estado, incrementaría su gasto en 4.000 millones de euros, acercándose así a la cifra de 5.000 millones que demandan los expertos. Así, los autores del estudio aseguran que el actual sistema de financiación autonómica “castiga a las comunidades autónomas con un PIB más alto y un nivel competencial más desarrollado”. Así mismo, constatan que "si la Generalitat tuviera el mismo sistema que en el País Vasco, el presupuesto anual aumentaría unos 2.500 millones de euros. Es decir, un 23% más que el presupuesto del 2019".

Es por esto que López-Casasnovas insiste en la necesidad de asumir que “si la financiación que recibe Catalunya solo tiene que ver con el peso poblacional, siempre habrá un desfase entre lo que la sociedad y los profesionales demandan y lo que el Estado hace posible”. Además, el catedrático ha asegurado que, si no se modifica el sistema, solo quedará la posibilidad de “rascar el bolsillo” de los habitantes, que como contribuyentes ya sufren una elevada presión fiscal, comparable a la de países que invierten mucho más dinero en su sanidad.

"No hay que esperar a destrozar la salud pública para intentar salvarla"

Olga Pané

— Gerente del Parc de Salut Mar y miembro del Cercle de Salut

Precariedad del personal sanitario catalán

A pesar de la falta de ingresos, es innegable que gozamos de un sistema de salud de calidad y con buenos resultados. Sin embargo Lluís Bohigas, presidente del Cercle de Salut, asevera que este sistema no será sostenible a la larga. Esto se debe a que, en este momento, el déficit presupuestario se está compensando con largas listas de espera, así como recortando en los costes de plantilla (esto es, con salarios y ratios más bajos que en otros países). Ante esta situación, Olga Pané, gerente del Parc de Salut Mar, insiste en que “no hay que esperar a destrozar la salud pública para intentar salvarla”.

Pané también ha denunciado la desigualdad existente entre los trabajadores sanitarios que ejercen en difirentes ciudades españolas. La causa de ello es un salario que no varía según la zona. Así, ha alegado que “si en Barcelona tenemos el precio de vivienda que tenemos, a nuestros profesionales no les podemos pagar como en Soria”. Es por eso que la doctora exige que se tengan en cuenta las peculiaridades de cada región para adaptar los salarios y así evitar diferencias entre habitantes.