ENTREVISTA

Michel Daudon: "Los cálculos urinarios reflejan la evolución de la sociedad"

Michel Daudon, en el Laboratorio CRISTAL del Hospital Tenon de París

Michel Daudon, en el Laboratorio CRISTAL del Hospital Tenon de París / periodico

Carme Escales

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Desde 1986, Michel Daudon dirige el Centro de Investigación e Informaciones Científicas y Técnicas Aplicadas a la Litiasis (Laboratorio CRISTAL) un referente en Europa, ubicado en el hospital Tenon de París. Allí este científico, licenciado en farmacia y graduado en componentes naturales de estructuras químicas, desde su práctica en análisis de cálculos y la diplomatura que sobre ello creó en la Sorbona defiende la necesidad de analizar las piedras hechas en las vías urinarias para curar y prevenir, con igual interés.

Análisis de cálculos como detector de enfermedades.

El cálculo es un síntoma, la traducción de una enfermedad que se debe identificar. Lo más común es que el urólogo dé el alta al paciente después de extraer el cálculo. Pero la salud requiere una reflexión mucho más global que incluya el estudio de la causa de ese cálculo y el acompañamiento a la hora de prevenir nuevas formaciones. El sistema no contempla la evolución de las enfermedades, y eso es un problema político. La salud es más cara sin prevención.

¿El cálculo sería solo la punta de un iceberg de información?

Exactamente, debemos sensibilizar a la comunicad médica sobre la valiosa información que ofrecen los cálculos sobre posibles enfermedades. El 80% de ellos son acumulación de calcio, pero hay más de 100 causas diferenciadas extremamente diversas y una clasificación de 22 categorías -ocho solo de calcio-. Los cálculos cuentan la historia del enfermo, su epidemiología es una puerta abierta a la medicina. Son un reflejo de la alimentación y el modo de vivir, los nefrólogos lo sabemos. Nos servimos de lo que sale para explicar lo que entra. 

"Los nefrólogos sabemos que los cálculos cuentan la historia del enfermo. Nos servimos de lo que sale para explicar lo que entra", afirma

¿Qué analiza de un cálculo?

La composición, la textura, el color y la forma. Aunque la composición sea la misma, si la forma cambia, cambia el resultado del análisis. También, a partir del punto en el que se empezó a originar, estudiamos su proceso de formación. Uno muy bien organizado, como un árbol, responde a una cuestión dietética, una dolencia digestiva por ejemplo. Algunos no organizados pueden deberse o bien a problemas constitucionales, metabólicos o a la genética. Pero, en ambos casos, la dieta agrava o ayuda a cuidar un mal genético.

¿Con qué enfermedades se relaciona claramente la litiasis?

La diabetes de tipo 2, que deriva en el sobrepeso y la obesidad por la resistencia a la insulina –la hormona que protege al cuerpo de un exceso de azúcar-, es un factor de litogénesis. Las personas diabéticas tienen dos veces más de riesgo de sufrirla que la población en general. Es una relación que demostramos ya en 1998. Luego hay cálculos particulares por problema de pH urinario y otros son causados por ciertos medicamentos.

¿No hay aún medicamentos que inhiban la producción de cálculos?

Los hay pero mal tolerados porque en el 30% de los casos tienen efectos secundarios y  algunos graves como complicaciones cutáneas hematológicas o renales. Pero, en la mayoría, si el paciente acepta encargarse del cambio de alimentación y hábitos, se pueden evitar las cristalizaciones.

¿De qué estaríamos hablando?

De cómo nos alimentamos, el deporte que realizamos, si tenemos o no problemas de hidratación, y de la vida que llevamos, el trabajo… La litiasis es un reflejo de un equilibrio que va vinculado a los efectos sobre el Planeta. El retorno a la alimentación natural es preciso individual y globalmente. Los ‘bio’ no solo ofrecen calidad porque no se usan pesticidas, también porque aporta los nutrientes. Medioambiente, comportamiento social y naturaleza están implicados en una alimentación natural vinculada a la variabilidad estacional. La naturaleza produce todo lo que necesitamos: vegetales, carne… en términos de calidad nutricional tenemos una oferta excelente y completa. Muchas veces el éxito terapéutico es esa toma de conciencia de los pacientes. El mensaje debe pasar, la necesidad de cambiar la manera de alimentarse, hidratarse, cómo se vive, aspectos psicosociales, medioambientales, comportamentales, deporte, viajes... 

¿Hay alimentos favorables y no recomendables para la litiasis?

Sin un factor de riesgo previo, conviene reducir proteínas y sal, y beber dos litros de agua al día, comprendiendo todo líquido: cafés e infusiones… De la fruta, mejor la que contiene citratos (limón, naranja…), pero tampoco en exceso por la fructosa. En la industria se utiliza mucha fructosa, que en alta concentración no estimula la secreción de saciedad y contribuye a la diabetes. Espinacas, chocolate negro o gelatinas, muy utilizadas en la alimentación industrial, contienen oxalato de calcio que no es indicado para quien produce piedras. Serían útiles centros de nutrición para ayudar a modificar comportamientos, aprender a comer bien, porque se envía a casa al paciente que tiene un cálculo y lo visitas al cabo de seis meses. Pero el día a día, si quieres que cambie, que haga más ejercicio, necesita acompañamiento. El agricultor que vende localmente, con gente que se abona para recibir su producción fresca, ayuda al retorno a la alimentación más sana. La comprensión de la enfermedad, tomar la responsabilidad de cuidarse uno mismo capacita para mejorar la situación, al contrario de alimentarse desequilibradamente o mantener adicciones más agresivas.

¿Qué más dicen los cálculos?

Su análisis epidémico es el reflejo de la evolución de la sociedad.

¿Y qué se lee en esa evolución hasta el momento?

En los 40 años que yo llevo analizando cálculos, he visto el aumento del 'fast food' en nuestras vidas. Ya no cocinamos en casa como antes, no se ve el equilibrio entre verduras, fruta, fécula, carne, sino alimentación industrial. Y no solo eso, también cómo se comía antes, en familia, conversando, hoy lo hace cada cual en su rincón, solos y rápido. Todo esto tiene consecuencias en el metabolismo y vemos que los cálculos son el reflejo de ese comportamiento.

A través del microscopio ¿Cómo se ve eso?

Todo ello se traduce en un cambio en la composición de los cálculos y en un aumento de su frecuencia. Hoy en día estamos más o menos de acuerdo que en todos los países industrializados las categorías de cálculos han progresado, desde el punto de vista epidemiológico. También hemos visto la irrupción de las infecciones que en otra época respondían a problemas de higiene y que con el tiempo habíamos conseguido controlar gracias a la medicación y la detección precoz y su curación, pues bien, en los últimos 15 años hemos visto un progreso, un repunte de las infecciones.

¿Qué significa?

Para nosotros indica un empobrecimiento de la sociedad. Somos genéticamente más débiles, y más quien vive en medios más desfavorecidos. Estadísticamente esto es un reflejo de la sociedad y quiere decir que nuestra sociedad se empobrece. Hoy la población produce más cálculos que antes. En Europa, alrededor del 10% de la población general produce cálculos y dos veces más los hombres que las mujeres. Este porcentaje hombres-mujeres ha ido disminuyendo porque antes los hombres comían más por los trabajos físicos que tenían y poco a poco con la incorporación de la mujer al trabajo las mujeres han empezado a comer más. Y algo que hemos visto en los últimos años son pacientes de 20 o 30 años con cálculos renales, quiere decir que durante la infancia el comportamiento alimentario no fue sano.

¿De dónde viene su interés por el análisis de cálculos?

Fue por azar. Yo soy farmacéutico especializado en biología. Me interesaba la toxicología de los medicamentos. Me ocupaba del análisis en un hospital y me pusieron un jefe que  había trabajado con Jean Hamburger, considerado el padre de la nefrología. Quisimos innovar en el análisis de cálculos para identificar patologías, algunas graves. Y en los años 80 empezamos a analizar simultáneamente la morfología, que también en la Fundació Puigvert de Barcelona han integrado [la doctora Sílvia Gràcia ha sido discípula de Daudon]. Ahora en el laboratorio Cristal tenemos 83.000 cálculos de riñón, vesícula y uretra.

En el laboratorio Cristal de París guardan 83.000 cálculos. El mayor analizado por Daudon pesaba 1,3 kilos

¿Cuál ha sido el más grande que ha analizado?

Pesaba un quilo y 300 gramos.

¿Qué trata la diplomatura sobre litiasis urinaria que creó en la universidad de la Sorbona?

Impartimos clases de litogénesis, el tratamiento y la toma de control por parte del paciente. Son 100 horas de enseñanza y tenemos unos 40 alumnos al año que son mayoritariamente el 80% son nefrólogos, el resto biólogos y urólogos. Creé los estudios para ofrecer una visión integrada de los cálculos.

Ahora que la cirugía opta por el láser, ¿Cómo lo hacen para analizar la forma de los cálculos?

Se pueden hacer fotos. Sé de un médico en Burdeos que las hace antes de intervenir. Porque, insisto, es importante disociar una genética específica de la nutrición como causas de los cálculos. La genética juga un rol mayor, pero la alimentación es clave para mejorar o empeorar y, además, siempre tiene un beneficio complementario.

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