INVESTIGACIÓN

El 87% de las mujeres adictas sufre un trastorno psiquiátrico asociado

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Beatriz Pérez

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El 87% de las mujeres consumidoras de drogas por vía inyectada en Europa padecen, como mínimo, otra patología psiquiátrica asociada. Así lo pone de manifiesto el estudio 'Psychiatric comorbidity and intimate partner violence among women who inject drugs in Europe: a cross-sectional study' publicado en la revista 'Archives of Women's Mental Health', que ha sido financiado por la Comisión Europea (CE) y coordinado por la doctora Marta Torrens, jefa del grupo de investigación en adicciones del Institut Hospital del Mar d'Investigacions Mèdiques (IMIM) de Barcelona.

Padecer una adicción a las drogas y, a la vez, una enfermedad de origen psiquiátrico es lo que se conoce médicamente como patología dual o comorbilidad. Según este estudio, en el que han participado otros países como Austria, Italia, Inglaterra, Escocia y Polonia, nueve de cada 10 mujeres adictas a drogas inyectadas sufren, a causa de ello, un trastorno psiquiátrico. El más habitual es la depresión (la padecen el 76% de las mujeres que han participado en esta investigación), seguida de la ansiedad (el 54%) y el estrés postraumático (el 52%).

Las patologías más comunes asociadas a la adicción son la depresión, la ansiedad y el estrés

Los resultados de este estudio, con una clara perspectiva de género, destacan el factor femenino de la patología dual: los datos revelan que las mujeres adictas a drogas tienen tres veces más trastornos psiquiátricos en comparación con las mujeres de la población general. En relación a los hombres, presentan más trastornos de personalidad límite y consumen menos tipos de drogas, mientras los hombres padecen más trastornos de personalidad antisocial y consumen más drogas diferentes.

Violencia machista

"El que tantas mujeres adictas presenten además una patología psiquiátrica complica aún más su situación", explica la doctora Judit Tirado-Muñoz, primera firmante de este estudio que ha estado premiado por el European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction como una de las mejores investigaciones realizadas en el campo de las drogas ilegales. Además, como cuenta Tirado-Muñoz, las mujeres consumidoras de drogas inyectadas corren más riesgo de padecer violencia machista, hecho que incrementa las posibilidades de presentar un trastorno de estrés postraumático. "El riesgo de sufrir estrés traumático es el doble cuando sufres violencia machista", asegura esta doctora.

Como relata Tirado-Muñoz, el 70% de las mujeres que han participado en este estudio padecían o han padecido violencia machista a lo largo de su vida". La doctora hace hincapié en que "cuesta más" que las mujeres adictas "lleguen" a los tratamientos porque sufren más estigmas y, a menudo, "miedo" de perder la custodia de los hijos.

Las mujeres con patología dual tienen mayor riesgo de padecer enfermedades infecciosas

Los resultados obtenidos tras esta investigación, no son extrapolables a los hombres. "Ellos sufren otras patologías psiquiátricas. Lo que hace más vulnerables a las mujeres es que suelen estar involucradas en la violencia machista", dice Tirado-Muñoz. Además, también hay más hombres consumidores que mujeres: por cada cuatro varones que consumen, hay una mujer. Y, en los centros de rehabilitación, por cada ocho varones, hay una mujer.

Paralelamente, las mujeres consumidoras de drogas tienen otro factor de riesgo: la prostitución, que puede traer consigo enfermedades como el VIH o la hepatitis C. La investigación destaca que, en los casos de patología psiquiátrica asociada, hay un riesgo mayor de padecer enfermedades infecciosas, ya que se comparte de forma más habitual el material de inyección.

Muestra del estudio

En este estudio los investigadores han analizado los datos de 226 mujeres consumidoras de drogas, con una media de edad de 33,4 años y más de 12 años de adicción. Más del 70% habían consumido opioides (heroína, metadona o morfina) de forma habitual en los seis meses anteriores al estudio y las demás, drogas estimulantes como la cocaína, la efedrona, el éxtasis o la mefredona.

No se detectaron diferencias significativas en los resultados en función de la droga consumida. Sí que había diferencia entre aquellas mujeres que recibían tratamiento para dejar la adicción, pues presentaban más comorbilidades que las que se dirigían a centros de reducción de daño, donde pueden consumir de forma segura.