Las enfermeras se indignan con la alusión de Comín a los pasillos de urgencias

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

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El 'conseller' de Salut, Antoni Comín, restó trascendencia, en una entrevista publicada por EL PERIÓDICO DE CATALUNYA el pasado fin de semana, al hecho de que algunos pacientes hayan de permanecer en una camilla en los pasillos de los servicios de urgencias hospitalarios, y consideró que, “en ocasiones, la permanencia en el pasillo responde a la decisión de la enfermera, que quiere tener al paciente a la vista”. Esta afirmación ha molestado notablemente a numerosas profesionales de la enfermería y ha motivado que las entidades que las representan expresen su queja. Entre ellas, el sindicato de Enfermería Satse, el Col.legi d'Infermeria de Barcelona y la Federació d’Associacions d’Infermeres de Catalunya (FAPIC).

Comín -que advirtió que expresaba una posición “polémica, pero cierta”- añadió en la citada entrevista que “más de una vez, teniendo plaza en un box de urgencias, la enfermera decide dejar al enfermo, sin familiar acompañante, en el pasillo". "Lo hace por la seguridad de ese enfermo", añadió el responsable de Salut."Desde el punto de vista profesional -dijo Comín-, el pasillo a veces es un espacio asistencial más. Si seguimos hablando de los pasillos como de algo dramático, nos equivocamos. Y no justifico lo injustificable”.

EJERCICIO DE DEMAGOGIA

Las profesionales de la enfermería han interpretado esas afirmaciones del responsable de la sanidad pública como un “innecesario ejercicio de demagogia”, un comentario que, entienden, las responsabiliza de mantener a los pacientes en condiciones inadecuadas en los servicios de urgencias. “Nos acusa directamente de tener a los pacientes en los pasillos porque así estamos más tranquilas -dice Satse en un comunicado-, y que es por esa razón que los enfermos pasan 72 horas o más en un pasillo, sin ropa suficiente, sin intimidad y sin la atención debida y merecida". "Esto [estar en un pasillo] se debe a falta de espacio arquitectónico suficiente, a falta de personal y a falta de voluntad política”, añade el sindicato. "Nosotras, las enfermeras -concluye Satse-, no somos las culpables de que en muchos hospitales catalanes los pasillos de urgencias ya sean una parte institucionalizada y no espontánea de permanencia, con su numeración". 

La presidenta de la FAPIC, Àngels Sabaté, enfermera del Hospital de Sant Pau y miembro del Consell de la Professió d’Infermeria de la Generalitat, asegura que en los hospitales “hay camas “ pero no existe “la voluntad” de abrirlas. Comín afirmó en la citada entrevista que “no hay ninguna cama cerrada en los hospitales”.

“Quiero suponer que, por falta de información, usted cree que las enfermeras, tal vez por capricho, sacamos a los pacientes al pasillo para verlos mejor”, añade la FAPIC. "Las enfermeras -prosigue- no tenemos poder sobre la gestión de las camas y no podríamos decidir que un paciente permanezca en el pasillo para controlarlo mejor. Si esto pasa, es porque los boxes están llenos y no hay más remedio que hacerlo".

El sindicato Satse advierte de que la enfermería cada vez asume más carga asistencial con una disponibilidad de personal siempre menguante. "Cada vez somos menos y sufrimos más precariedad laboral -añade-. Estamos cansadas de no poder hacer nuestro trabajo en condiciones adecuadas". Ambos organismos se ofrecen para dialogar con el titular de Salut. "Toda ayuda será buena para que usted haga un buen trabajo en beneficio de la salud de los ciudadanos", advierte Sabaté.