ENTREVISTA

Miquel Vilardell: "El sistema sanitario ha de recuperar los 1.500 millones recortados y mucho más"

El expresidente del Col·legi de Metges y exasesor sanitario de Artur Mas analiza el estado de la sanidad pública catalana

Miquel Vilardell

Miquel Vilardell / RICARD CUGAT

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Miquel Vilardell (Borredà, 1946) dejó la sanidad pública el 31 de julio, después de ejercer durante 45 años una medicina próxima y humanista en dos grandes hospitales de Barcelona, el Clínic y el del Vall d’Hebron, y de haber transitado por instituciones y cargos de representación política de todo tipo. Presidió el Col.legi de Metges de Barcelona, coordinó dos informes que se conocen con su apellido y con los que el Gobierno catalán de José Montilla intentó afianzar las bases del sistema, y asesoró al sucesor de aquél, Artur Mas, desde una posición crítica con los recortes presupuestarios que incomodó a la Generalitat.

-¿En qué situación ve el sistema sanitario público de Catalunya?

-Tenemos un buen sistema público de salud. No reconocerlo así sería faltar a la realidad. Mantiene la calidad porque cuenta con unos profesionales maduros, muy bien formados, de los mejores del mundo, que cuando se enfrentan a un problema de salud van hacia él y lo solucionan. Esos profesionales hace tiempo que advierten de que algo hay que hacer.

-¿Qué ha empeorado con la crisis?

-El tiempo para acceder a exploraciones y a soluciones terapéuticas o quirúrgicas que no son vitales o urgentes. Es decir, las esperas para resolver pruebas diagnósticas y tratamientos que no ponen en riesgo la supervivencia pero sí afectan a la calidad de vida. Es consecuencia de que falta dinero para financiar un sistema que se encarece a medida que aparecen nuevas tecnologías, y que cada vez atiende a más personas.

-El Gobierno de Artur Mas fue de los que más recortaron en sanidad pública de toda España.

-Los recursos de la sanidad pública ya eran insuficientes antes de los recortes, y lo que se hizo fue empeorarlos. Es imprescindible aportar más presupuesto. De otra forma no se podrá mejorar. El sistema sanitario ha de recuperar los 1.500 millones de euros que se le recortaron hace cinco años, y mucho más. Ha de recibir los millones que en realidad son necesarios para que la asistencia pública mantenga la excelencia que aún conserva.

-El presupuesto previsto para este año no prevé nada de eso.

-Pero es necesario. El sistema ha de incorporar tecnología nueva, ha de actualizar métodos quirúrgicos y debe mantener su calidad. En paralelo, hay que analizar la eficiencia del modelo.

-La eficiencia.

-Es preciso hacer un estudio demográfico de los profesionales. Determinar cuáles han de ser sus funciones y fijar objetivos. En contrapartida, hay que ofrecerles una remuneración correcta.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"No es justo ni l\u00edcito hacer","text":"\"No es justo ni l\u00edcito hacer\u00a0sostenible el sistema a base de recortar el salario del personal\""}}-Los sueldos del personal sanitario bajaron más de un 20% en la anterior legislatura, y así siguen.

-En efecto. Lo que no vale, no es justo ni lícito, es hacer sostenible el sistema a base de disminuir el salario de los profesionales. No puedes centrar el mantenimiento del sistema en una política de personal apoyada en la constante reducción de salarios. No es sensato disminuir los salarios de unos profesionales excelentes en su trabajo, con vocación y que cumplen los objetivos que se les marcan. Se les debería ofrecer políticas incentivadoras, incluído su salario. Con controles de la eficiencia, insisto.

-Cada vez hay más voces que dicen que la situación es insostenible.

-Es insostenible la situación de los profesionales sanitarios. De ellos depende que todo funcione. Ya han demostrado que son capaces de mantener activo el sistema cada vez con menos recursos, ejerciendo en condiciones indeseables, a cambio de sacrificios personales. Eso lo aguantas porque haces un trabajo que te gusta, pero todo tiene un límite.

-Los retrasos en la asistencia ¿afectan a la supervivencia de los enfermos?

-Yo creo que no. Las enfermedades degenerativas [óseas, articulares, oculares…], que son las más afectadas por las demoras, no varían de un mes a otro. Las inflamatorias o las neoplásicas [cánceres], sí, pero esas no están en las listas de espera. Lo que ocurre es que las degenerativas alteran gravemente la calidad de vida.

-Causan sufrimiento.

-Sufre el que espera, sí. Aunque, de forma general, los ciudadanos dicen estar satisfechos con su sistema de salud. Si una persona mayor padece cataratas y eso le impide leer, que es precisamente lo que más podría hacer a su edad, aplazarle la cirugía es empeorarle la calidad de vida. Y lo mismo si se trata de una artrosis grave de rodilla.

-¿Dónde falla el control de la eficiencia al que alude?

-Hace tiempo que se habla de la unificación de servicios, de centralizar algunos en función de la experiencia, para ahorrar recursos. La idea es que no todos los hospitales lo traten todo. Y es imprescindible saber desde el principio, y hasta el final, adónde va a parar el dinero que se destina a un CAP o a un hospital público. Hay que modificar el control de la financiación. Que se conozca todo el camino por el que transita el dinero.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Es imprescindible\u00a0","text":"\"Es imprescindible\u00a0saber, de principio a fin, ad\u00f3nde va a parar el dinero destinado a un centro p\u00fablico\""}}-¿No es así ahora?

-Hay quejas y ha habido problemas. Si hubiera habido un modelo de financiación totalmente transparente, algunas de las cosas que han ocurrido no se hubieran producido.

-Abrir líneas de atención privada en los hospitales públicos concertados solucionaría algo?

-El hecho de que una misma empresa concertada y pública tenga dos unidades de negocio, una financiada desde Salut y otra privada, no debería causar conflicto. La condición para ello es que todos los circuitos estén totalmente separados, incluido el edificio. En principio, no debería ser un problema.

-Pero lo es.

Sí. El sector puramente privado se queja de que hospitales públicos utilizan sus recursos públicos para el negocio privado. Los que tienen esas dos líneas [en especial el Clínic] alegan que los beneficios privados revierten en la parte pública del hospital. Y es así.

-¿Deberían disponer de tecnología privada para su área privada?

-Eso sería la transparencia máxima, pero, si no es posible, lo que hay que hacer es que cuando utilizan tecnología pública lo hagan constar así: informando de que tal paciente ha sido operado en tal quirófano, con esta tecnología y en este horario.