POSICIONAMIENTO COLEGIAL

Los médicos abogan por matizar el secreto profesional ante pacientes de oficios estratégicos

Proponen una evaluación periódica para policías, pilotos, conductores de autobús y jueces

Jaume Padrós, en el despacho del servicio médico del Barça.

Jaume Padrós, en el despacho del servicio médico del Barça. / JULIO CARBÓ

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

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Los médicos que ejercen en la mayoría de países occidentales están obligados por sus colegios profesionales a guardar secreto sobre los datos de la historia clínica de los pacientes que atienden, pero ese imperativo merece ser matizado cuando alude a enfermos que ejercen profesiones estratégicas en las que está implicada la vida de terceras personas. Así lo entiende Jaume Padrós, presidente del Col.legi Oficial de Metges de Barcelona (COMB), entidad cuya junta de gobierno que prevé publicar la próxima semana un documento que recogerá esas puntualizaciones. Esta publicación coincidirá con el primer aniversario de la tragedia desencadenada por el piloto Andreas Lubitz, de la compañía aérea Germanwings, cuando estrelló el avión que dirigía y causó la muerte a 150 personas. Lubitz había recibido días antes del vuelo un dictámen médico en el que aconsejaba su ingreso en un centro psiquiátrico, documento que fue silenciado por el facultativo ateniéndose al secret profesional.   

PROTECCIÓN DE SÍ MISMO

El texto del COMB -'Límites del secreto profesional y protección de terceros'- será una extensión de lo que el código deontológico del COMB ya dictaminó en 1997 para atender a médicos que sufren adicciones, trastornos psicológicos graves o infecciones transmisibles. En él se advierte de que la protección del secreto profesional no debe impedir que se adopten medidas que protejan a un facultativo de sí mismo, a la vez que a las personas a las que atiende. "Esto que ya dice nuestra deontología podría extenderse a profesionales que tienen en sus manos la vida de colectivos", afirma Padrós, que cita entre otros a agentes de cuerpos de seguridad, pilotos de aviación, conductores de autobús o jueces.

En estos momentos, y ante una situación similar a la que afrontó hace un año el psiquiatra que atendía a Lubitz, un médico barcelonés ya podría actuar, añade Padrós. "Si un médico considera que está en peligro la vida del paciente al que atiende, o la de las personas a su cargo, puede recurrir al teléfono de emergencias 112 y promover la intervención judicial, involuntaria, del enfermo", indica. "Esto debería hacerse sin que entraran en colisión el derecho de los pacientes a que el médico preserve su intimidad, y el derecho de las personas a su cargo a conservar la vida", añade Padrós.

"Es preciso arbitrar una norma que recoja las posibles situaciones excepcionales en las que sería necesaria esta actuación -prosigue el presidendel del COMB-. La salud psíquica y física de las personas que ejercen determinadas profesiones debería ser evaluada periódicamente".

El presidente del COMB también es partidario de que la baja laboral que extiende un médico a un trabajador se comunique automáticamente a la empresa interesada -"utilizando la tecnología de la información", puntualiza- evitando que sea el empleado quien lo haga.