CONTROL DE UNA CRISIS SANITARIA

Antoni Trilla: "Catalunya debe mantener la vigilancia y el control sobre el ébola"

"Con excepción de quienes han ido bajo el paraguas de Médicos sin Fronteras o Cruz Roja, la respuesta a esta crisis en España ha sido muy limitada"

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icoy32398544 barcelona 2016 01 13 sociedad antoni trilla 160113200323 / JOAN CORTADELLAS

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

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Antoni Trilla, responsable del control epidemiológico en el Hospital Clínic, ha seguido a diario la evolución de la epidemia de ébola que ahora concluye, tanto por su vinculación con los organismos internacionales que cubren esa vigilancia, como por su función en el que sigue siendo el centro sanitario de Catalunya encargado de acoger a posibles infectados por el virus hemorrágico.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declarará este jueves el fin de la última epidemia de ébola en África occidental. ¿La sanidad catalana se desentendrá a partir de ahora del virus? Seguro que no. Ya no volveremos a pensar que se trata de enfermedades raras y lejanas. Hemos aprendido que hay que estar muy preparados, mucho más de lo que se pensaba al inicio de esta epidemia, porque el virus del ébola continúa en África y en cualquier momento reaparecerá. Y si allí hay nuevos brotes, el riesgo de que llegue un cooperante, un viajero o un periodista infectados es muy alto. Si no es el ébola, será la fiebre de Marburg, la de Lasa, el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio o el virus Nipah. Virus capaces de causar enfermedades graves y viajar a cualquier lugar del mundo los hay y habrá.

¿Cuántos sanitarios están formados para detectar un caso de ébola en Catalunya? Personas con información sobre qué es esta enfermedad, cómo se transmite el virus, qué hay que hacer en un CAP ante la sospecha de un caso o cómo colocarse un traje de protección intermedia, hay miles en Catalunya en estos momentos. Profesionales altamente especializados, capaces de diagnosticar y hacerse cargo de una persona infectada, unos 130.

¿En qué centros sanitarios trabajan? En el Clínic y en Sant Joan de Déu, los dos hospitales de referencia en Catalunya para atender posibles casos de ébola. Esas 130 personas podrían hacerse cargo de un enfermo, aplicándole los procedimientos diagnósticos y terapéuticos que necesitara. Se trata de médicos, enfermería, auxiliares, técnicos de mantenimiento, señoras de la limpieza, camilleros y  electricistas. Todas las profesiones implicadas en el control de un área de vigilancia intensiva de altísima tecnología. 

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"En Catalunya hay unos 130 profesionales\u00a0","text":"\"En Catalunya hay unos 130 profesionales\u00a0capaces de diagnosticar el \u00e9bola y de hacerse cargo de una persona infectada\""}}¿Ese equipo seguirá manteniéndo su preparación para atender un ébola? Esa es la idea. Si no es así, habremos malgastado lo invertido en su preparación. Son los únicos profesionales de Catalunya que han recibido formación y entrenamiento, han participado en simulacros y están preparadas para aplicar los protocolos. Esos equipos han de estar constantemente formados, deben actualizar sus conocimientos y proseguir los simulacros. Catalunya ha de mantener la vigilancia y el control sobre el virus del ébola. Sería un error muy grave no preservar esa preparación.

¿No está convencido de que se vaya a hacer así? Estoy absolutamente convencido de que así se hará. La voluntad del Servei Català de la Salut existe, pero debe haber una dotación presupuestaria que nos ayude a afrontar ese gasto. Mientras tanto, el Clínic mantendrá esa formación.

La unidad de aislamiento para el ébola del Clínic tiene capacidad para un enfermo. Sí. Tenemos una muy buena unidad de cuidados intensivos, pero, para afrontar una posible contingencia, habilitamos otras cuatro habitaciones que hubieran podido actuar como semi-ucis. En total teníamos cinco. Pero el problema no son las instalaciones, sino el personal. No teníamos suficientes profesionales preparados para atender a cinco enfermos.

¿Qué hubiera ocurrido si hubieran coincidido cinco? Habríamos tenido un serio problema. No con cinco, sino incluso con tres. Graves dificultades para atenderlos. Una situación de saturación. De hecho, establecimos un protocolo de coordinación entre los siete hospitales de España con un estado de preparación similar, capaces de acoger a pacientes de ébola. Estaba previsto el trasvase de enfermos entre esos siete centros, el Clínic entre ellos, en caso de que en alguno coincidieran más de dos pacientes.

¿Consideran que el virus del ébola es ahora más agresivo, dado que ha afectado a tres países simultáneamente? No. Esa expansión ha obedecido a la coincidencia del virus en un entorno social determinado. Genéticamente, el virus va mutando, pero esa evolución biológica aún no justifica un incremento en su letalidad. No obstante, sigue siendo un virus desconocido, rodeado de incógnitas.

¿Por ejemplo? No sabemos cuál es su reservorio animal. Todos los estudios apuntan a diferentes especies de murciélagos, que se dispersan por África, pero no está demostrado completamente. No sabemos cómo el virus se mantiene en la naturaleza mientras no hay epidemia humana. Es evidente que hay alguna especie de ser vivo que no sufre la enfermedad pero la preserva. 

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Nuestra capacidad de respuesta\u00a0","text":"\"Nuestra capacidad de respuesta\u00a0ha sido muy, muy muy limitada, con excepci\u00f3n de los profesionales que han ido a \u00c1frica bajo el paraguas de oeneg\u00e9s\""}}Y un día inicia una nueva epidemia. Sí. Y para que eso suceda parece que el animal más indicado es el murciélago. Un día, se produce un contacto entre murciélago-hombre, o murciélago-primate no humano-primate no humano-hombre: y pone en marcha una epidemia. 

¿Lecciones de esta epidemia? Las enfermedades son globales. Ante una epidemia hay que informar con claridad. Ha quedado en evidencia la falta de disponibilidad de España, y Catalunya, para participar y contribuir ante una necesidad sanitaria internacional. Nuestra capacidad de respuesta ha sido muy, muy, muy limitada. Con excepción de los profesionales que han acudido bajo el paraguas de organizaciones no oficiales, como Médicos sin Fronteras o Cruz Roja, cuyo trabajo ha sido, y es, excelente. Como país, no tenemos capacidad de respuesta.